Los homenajeados que aquí presentamos no son Alejandro Villanueva, Lolo Fernández o Jorge Alcalde, esas grandes leyendas peruanas que animaron los Juegos Olímpicos de Berlín, en agosto de 1936. Son otros jugadores de ese mismo equipo, quizás menos populares, pues sus nombres no dieron identidad a grandes estadios. Fueron otros futbolistas, pero también capaces, con su esfuerzo y talento aún amateurs, de convertirnos en una gran selección nacional. Ellos eran “amateurs”, aunque ya habían logrado jugar un mundial, campeonatos sudamericanos y partidos internacionales.
Eran hombres del pueblo, curtidos, recios en la lucha por la sobrevivencia y en el campo de juego no lo pensaban dos veces para poner la pierna fuerte, defender el balón a muerte y asegurar que nuestros goleadores consiguieran el triunfo en el arco contrario. Ellos eran parte, por ejemplo, de la “Muralla”, esa defensa histórica del Perú en los años 30 y todos intervinieron en las Olimpiadas de Berlín, como uno de los 16 equipos presentes para imponer en esos lejanos parajes el juego peruano.
Sus nombres eran: Víctor Guarderas Lavalle, Arturo Fernández Meyzán, Carlos Tovar Venegas y José Morales, todos ellos homenajeados de una manera singular por el diario El Comercio, a través de unas ilustrativas viñetas con sus virtudes y algunos defectos como los que tenía cualquier futbolista de su época.
El fútbol en las Olimpiadas de Berlín ‘36
Por muchos años, la leyenda de la participación de la selección peruana de fútbol en las Olimpiadas de Berlín 1936 nos llevaba a aceptar la idea de que todo fue un robo descarado. En el caso menos grave se mencionaba que en una “extraña maniobra” la organización olímpica alemana quería obligar a la selección peruana –el único país sudamericano en el torneo– a jugar de nuevo con Austria, selección a la que había derrotado 4 a 2, con goles de Villanueva, Lolo y Alcalde, el 8 de agosto de ese año. Días antes, el 6 de agosto, los peruanos habían goleado a Finlandia 7 a 3. Luego de ese choque, el Perú era uno de los favoritos.
En respuesta, la selección se retiró de los juegos y con ella toda la delegación peruana. Los futbolistas fueron recibidos como unos héroes, entre ellos estos cuatro jugadores que El Comercio inmortalizó en un trabajo gráfico sin precedentes, justamente unos días después de su retorno triunfal.
Pues bien, investigaciones más recientes como las del periodista peruano Luis Carlos Arias Schreiber aclaran detalles como el que el partido no fue suspendido por los alemanes sino por la FIFA, ante el reclamo austriaco por una pelea con hinchas peruanos, quienes invadieron el campo de juego y golpearon a los europeos. Sin embargo, como cuenta Arias Schreiber, antes del partido no había, al menos en el ambiente del conjunto austriaco, ninguna animadversión contra el Perú. Todo lo contrario, existen pruebas de que Austria veía el partido contra el Perú de una manera cordial y hasta amistosa.
El equipo austriaco, como el resto de selecciones asistentes a esos juegos, era amateur y no tenía en sus filas para esos juegos a su estrella Matthias Sindelar, uno de los grandes jugadores europeos de esos años, cuenta Arias Schreiber. Por lo tanto, no era la potencia mundial como cierta prensa quiso hacer creer en el Perú, aunque hay que admitir que, pese a todo, Austria llegó a la final de esos juegos y se enfrentó a Italia ante la cual perdió 2 a 1.
Lo cierto es que en el Perú, el gobierno de Óscar Benavides respaldó la decisión de los dirigentes del Comité Olímpico Peruano y, por supuesto, apoyó a los seleccionados nacionales, que se sentían agredidos por las autoridades alemanas. En esos momentos, sin información detallada del Viejo Continente y sin la distancia histórica suficiente para observar el caso, los jugadores eran vistos por la sociedad y los medios como unos ídolos. Y lo han sido a lo largo de las décadas en el imaginario popular peruano.
De esta forma, en general, los lectores peruanos de agosto de 1936 querían conocer quiénes eran estos hombres, estos futbolistas que se atrevieron a retar a Adolf Hitler en el corazón de Alemania, en Berlín. El Comercio pensó en cómo hacerlo de manera atractiva e informativa a la vez. Y así surgió la idea del dibujante del diario, José Benavides Gárate, quien los inmortalizó en las viñetas que les presentamos en este artículo. La mano diestra de este artista del diarismo nacional quedó impresa en el diario Decano antes que acabara ese patriótico mes de agosto.
Las viñetas de algunos hombres del Berlín ’36
Víctor Guarderas Lavalle (defensa, Alianza Lima)
Más conocido como “Víctor Lavalle”, este jugador era un fuerte defensor, seguro y dúctil para las salidas, que empezó en equipos de tercera y segunda división, hasta que llegó a jugar en el club Alianza Lima desde 1932, con solo 21 años. Había nacido en Lima, el 25 de julio de 1911, y su primer partido con los ‘grones’ fue internacional ante el Audax Italiano de Chile.
Era un defensor central que brindaba seguridad a la zaga aliancista, y lo mismo hizo en la bicolor. Un hombre que, junto con Arturo Fernández, le daba garantía de solidez al `Mago` Valdivieso, quien desde el arco peruano los veían con admiración y respeto. Lavalle formaba con Fernández una buena dupla en la selección que dirigía el técnico inglés Jack Greenwell; fue el defensa clave que destacó en los juegos de Berlín de 1936, soportando la carga de los delanteros europeos, y luego en el campeonato sudamericano que Perú ganó en 1939. Víctor Lavalle murió, en El Porvenir, La Victoria, el 10 de octubre de 1975, con solo 64 años.
Arturo Fernández Meyzán (defensa, Universitario)
Arturo fue hermano de Lolo, sí, de Lolo Fernández. Fue siete años mayor que el “Gran Cañonero”. Nació en San Vicente de Cañete, por supuesto, el 3 de febrero de 1906. Antes de jugar por Universitario, defendió la camiseta del Ciclista Lima como zaguero. Luego se convirtió en un gran defensa de la “U” y en su director técnico durante la década de 1940. Pero antes fue clave en la defensa de la selección peruana, junto con Víctor Lavalle, formando la famosa “Muralla” peruana. Arturo demostró su fuerza defensora controlando a la delantera de Finlandia y, especialmente a la de Austria, en el partido de la polémica de los Juegos Olímpicos berlinés.
El Comercio le rindió homenaje a su regreso de Alemania (un largo viaje en barco) con una viñeta que resumió su vida: un accidente en su adolescencia cuando un sujeto le disparó al verlo sacar fruta de un árbol en Cañete; su lesión en el brazo derecho que llevó a que le dijeran “Manco” (chapa que no le gustaba, por cierto) y su afición irrefrenable por el juego de naipes. Arturo Fernández Meyzán murió a los 93 años, el 27 de noviembre de 1999.
José Morales (delantero, Alianza Lima)
También conocido como José ‘Cholo’ Morales, este delantero de Alianza Lima (antes pasó por Ciclista Lima) nació en Lima, el 30 de octubre de 1908. Era uno de los cracks que formaría el conocido “Equipo de Oro” blanquiazul, formando un antiguo “Rodillo negro” al lado de José María Lavalle, Adelfo Magallanes y Alejandro Villanueva.
Puntero izquierdo veloz y certero, Morales fue el sucesor en Alianza Lima del mítico Jorge Koochoi Sarmiento. Con la camiseta ‘grone’ fue campeón varias veces en la década de 1930. Estuvo en los juegos de Berlín ‘36, y en el campeonato sudamericano de Lima en 1939. Vivió la bohemia, como todo hombre de barrio, y en ese ir y venir dejó Alianza Lima en 1940, y la selección nacional un poco antes. Sin embargo, su estilo personal de contundencia y elegancia en la valla rival quedó en la memoria de varias generaciones.
En la viñeta de homenaje de El Comercio se puso de relevancia su pase a Alianza Lima y su capacidad como “wing” para moverse con inteligencia y efectividad, pues “dispara al arco”. Además, el dibujante observó un detalle físico que resaltó en el trabajo: su cabello hirsuto, que aplacaba con gomina y un gorro. José “Cholo” Morales falleció a temprana edad.
Carlos Tovar Venegas (mediocampista, Universitario)
Tovar fue interior izquierdo en sus inicios en Huaral, pero destacó desde 1932 como mediocampista en Universitario, donde también jugó como back izquierdo. Jugó en la “U” hasta 1945, ganando dos campeonatos nacionales. Era un zurdo efectivo y sólido.
Participó en la recordada “Selección del Pacífico”, formada por jugadores peruanos y chilenos en los años 30, y debutó en la selección nacional en 1935 en un partido contra Uruguay. Tovar había nacido en Chancay, el 2 de abril de 1914, y cuando jugó en las históricas Olimpiadas de Berlín de 1936 contaba con 22 años. En el decisivo partido contra Austria, que llegó hasta tiempo extra, Tovar fue el dueño del mediocampo.
En la viñeta que publicó El Comercio se destacaron sus cualidades físicas, y una que sin duda resaltaba eran sus piernas notoriamente arqueadas, motivo por el cual le llamaban el “Chueco” Tovar. En el dibujo de El Comercio se resaltó, además, una características suya: su “hobby”, como se decía entonces, por las mujeres con las que salía a divertirse en su auto. Carlos Tovar Venegas murió en Chancay, el 15 de junio de 2006, a los 92 años.
Estos fueron solo cuatro de ese grupo de grandes jugadores que tuvo el honor de vestir la camiseta bicolor en los recordados Juegos Olímpicos de Berlín ’36. El arte gráfico triunfó por goleada en este ilustrativo homenaje.