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Día del Trabajo: el camino para lograr una justa jornada laboral de ocho horas en el Perú | 1 de Mayo

El 1 de Mayo es feriado en el Perú, como lo es también en gran parte del mundo. Se conmemora el Día del Trabajo o Día del Trabajador. Hacemos una revisión de nuestra historia para obtener la información de esas extraordinarias jornadas de lucha obrera por las ocho horas en nuestro país. Los hechos acaecidos durante ese mes de enero de 1919, hace 104 años, es algo que no debemos olvidar.

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Lima, 1 de mayo de 1964. En un día de descanso por el Día del Trabajo en los años 60, estos jóvenes panaderos se pusieron a competir para saber cuál de todos era el más veloz. El lugar de la singular carrera fue en la avenida Salaverry, Campo de Marte, Jesús María. (Foto: Mario Torreblanca/ GEC Archivo Histórico)
Lima, 1 de mayo de 1964. En un día de descanso por el Día del Trabajo en los años 60, estos jóvenes panaderos se pusieron a competir para saber cuál de todos era el más veloz. El lugar de la singular carrera fue en la avenida Salaverry, Campo de Marte, Jesús María. (Foto: Mario Torreblanca/ GEC Archivo Histórico)
/ EL COMERCIO
Carlos Batalla

El reconocimiento al trabajador con un día especial como el 1 de Mayose inició con una huelga, una protesta laboral que brotó en los primeros días de mayo de 1886. Los obreros de una fábrica industrial en Chicago, Estados Unidos, fueron masacrados por las fuerzas policiales simplemente por exigir una jornada de ocho horas, como lo tenían ya los empleados de las oficinas federales. Un obrero norteamericano laboraba en esos días unas 14 horas diarias, en pleno proceso de industrialización.

La huelga fue nacional, pero en la ciudad de Chicago, por su dimensión industrial, el paro fue realmente trascendental. El 4 de mayo de 1886 fue un día sangriento. Huelguistas y policías se enfrentaron en el parque de Haymarket. Cerca de 20 mil obreros marcharon por la ciudad, entre ellos también muchos anarquistas que incendiaron todo a su paso, con bombas caseras que hicieron retroceder a los agentes policiales.

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En esos incidentes murió un guardia y otros fueron heridos. Pero la arremetida policíaca provocó 38 obreros fallecidos y un centenar de heridos. Las consecuencias generaron por años una polémica que incluso llegó a considerar lo ocurrido como un genocidio. La cuestión empeoró cuando, luego de un largo proceso, la justicia norteamericana sentenció a la pena capital a varios dirigentes sindicales. Es así que surgieron en la memoria histórica los “Mártires de Chicago”. Se había iniciado el sindicalismo en América.

Días violentos en todo el mundo precedieron al derecho de una jornada laboral de ocho horas. El Perú no fue la excepción. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Días violentos en todo el mundo precedieron al derecho de una jornada laboral de ocho horas. El Perú no fue la excepción. (Foto: GEC Archivo Histórico)

El Perú y el histórico 1º de Mayo

En el Perú, la fuerza o movimiento sindical empezó a organizarse recién en los primeros años del siglo XX, según se incrementaban las fábricas en las ciudades más importantes. Por otro lado, los académicos y políticos se sintieron motivados para hacer estudios en torno al “avance social del trabajo”.

Uno de estos investigadores en Derecho fue quien luego sería el director del diario El Comercio por varias décadas (1935-1974). Su temprana formación jurídica y en Humanidades, y su sensibilidad social lo condujo hacia la defensa de los derechos laborales de los trabajadores.

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Era evidente el desamparo legal de la masa trabajadora. Un aspecto de ese abandono se expresaba entonces en los accidentes en horas laborales. Miró Quesada propuso la teoría del riesgo profesional: “En el ejercicio del trabajo o de la profesión se corre el riesgo de un accidente y que al producirse este, el empresario tiene el deber de indemnizar a la víctima”, indicaba el joven abogado. Estas ideas las plasmó el autor en un libro pionero en el tema: “El riesgo profesional aplicada al Perú”, cuestión sobre la que dio una primera conferencia el 21 de octubre de 1900, en la Sociedad “Unión Obrero” N° 1 de Lima.

Lima y el Callao de hace poco más de 100 años recibía estos “1º de Mayo” con mucha tranquilidad, pero no dejaba de ser un día distinto para los trabajadores. Pasaba como un feriado laboral, lo cual implicaba -en los meses finales del segundo gobierno del (1914-1919)- que no funcionaran los servicios del tranvía, las fábricas ni los talleres. No había atención en bancos ni en centros comerciales.

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Asimismo, el Teatro Municipal se prestaba para “actuaciones obreras” y el pueblo paseaba festivamente por el Parque de la Exposición y el Jardín Zoológico, espacios sociales y públicos que invadían con espontáneo jolgorio y tranquilidad.

Justamente uno de los gremios que inició las protestas en la capital peruana fue el de los panaderos.  (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)
Justamente uno de los gremios que inició las protestas en la capital peruana fue el de los panaderos. (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)

La jornada de ocho horas en el Perú

El presidente José Pardo soportó las huelgas más incontrolables en lo que iba del siglo XX, tanto en Lima, el Callao y en provincias. Sin embargo, la paralización más prolongada fue la de los tranviarios en 1917. Ya para fines de 1918, un paro general fue muy puntal en su exigencia: exigían una jornada laboral de ocho horas.

Empezaba 1919, pero desde antes los trabajadores peruanos celebraban el Día del Trabajo como un recordatorio de los derechos que debían tener en el país. Era gente dedicada a la panadería, a la tejería, a la curtiembre; hombres que se esforzaban como motoristas o transportistas de buses y tranvías. En enero de ese año de 1919, el asunto social y laboral no aguantaba más.

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En el paro general de diciembre de 1918 se involucraron diversos gremios como los panaderos, que radicalizaron su medida de lucha, y los obreros textiles que asumieron el mayor liderazgo. Les siguieron también los trabajadores de la baja policía. Era una suma de organizaciones sindicales, una escalada que terminó con la adhesión de la sociedad peruana en pleno.

Las huelgas se sucedían una tras otra; y todos los gremios de trabajadores se fueron sumando a finales de esa década de 1910. (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)
Las huelgas se sucedían una tras otra; y todos los gremios de trabajadores se fueron sumando a finales de esa década de 1910. (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)

El Comercio: palabras urgentes

El Comercio no pudo ser ajeno a este momento histórico que siempre apoyó desde su línea editorial. De esta forma, el 14 de enero de 1919, el editorial de la edición de la mañana fue claro y directo: “Razones de humanidad y de justicia nos han hecho mirar con simpatía las aspiraciones del proletariado”.

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Y aún más: “Es preciso armonizar las necesidades de la industria con las que el obrero tiene en el orden moral y material; cuidar del mantenimiento de la salud de los trabajadores, evitándoles un desgaste exagerado de energías en la faena diaria”, indicaba el diario decano.

Tras duras jornadas de lucha, protesta y de presión desde los medios de prensa, el gobierno de Prado cedió al justo reclamo de los trabajadores. (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)
Tras duras jornadas de lucha, protesta y de presión desde los medios de prensa, el gobierno de Prado cedió al justo reclamo de los trabajadores. (Foto-titular: GEC Archivo Histórico)

Luego de esas líneas, el presidente José Pardo no pudo más que asumir su responsabilidad y firmar, el 15 de enero de 1919, al día siguiente del pronunciamiento de El Comercio, el decreto supremo que establecía la jornada laboral de ocho horas en nuestro país.

Además de ello, el primer mandatario peruano reguló por primera vez el trabajo de las mujeres y los niños. Fue una conquista histórica de los trabajadores peruanos. Nadie lo iba a hacer por ellos.

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