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Jorge Basadre en el recuerdo: el historiador que se despidió del Perú hace 42 años | FOTOS INÉDITAS

A los 77 años, el notable historiador peruano Jorge Basadre Grohmann murió en Lima, luego de haber pensado sobre el destino del país y sus ciudadanos con la mayor lucidez y honestidad posibles. Ese 29 de junio de 1980 el Perú quedó en silencio.

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Lima, 30 de junio de 1980. El entierro del historiador Jorge Basadre se realizó en el Cementerio ''El Ángel'. Poco antes, su féretro reposó por unos minutos en los hombros de los jóvenes cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos que lo llevaron hasta su última morada. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 30 de junio de 1980. El entierro del historiador Jorge Basadre se realizó en el Cementerio ''El Ángel'. Poco antes, su féretro reposó por unos minutos en los hombros de los jóvenes cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos que lo llevaron hasta su última morada. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Carlos Batalla

Tacneño de nacimiento (vio la luz en 1903, en pleno cautiverio chileno), formó parte de una generación de intelectuales comprometidos con el destino del Perú. Perteneció a la “Generación del Conversatorio Universitario” de 1919, al lado de figuras como Raúl Porras Barrenechea, Jorge Guillermo Leguía, Luis Alberto Sánchez y Manuel G. Abastos. El centenario de la independencia (1821-1921) también los marcó, especialmente a Basadre, para quien el Perú se convirtió en el centro de sus reflexiones históricas, jurídicas y filosóficas.

Jorge Basadre escribió libros y ensayos muy agudos y reflexivos a la vez; como muestra basta recordar algunos títulos: “La iniciación de la República”, en dos volúmenes (1929-1930); “Perú: problema y posibilidad” (1931); “Historia del Derecho Peruano” (1937); y especialmente su “Historia de la República del Perú”, que empezó en 1939 con un primer volumen, y luego amplió hasta 16 volúmenes entre 1968 y 1969. Era, además, un ensayista penetrante, de mirada zahorí, que pensaba y sentía el Perú como un proyecto, siempre como una posibilidad. La esperanza en las nuevas generaciones es una de sus certezas que hasta hoy recuerdan los lectores del maestro.

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Era un joven intelectual muy firme. En un homenaje al héroe de Arica, Francisco Bolognesi, Basadre sentenció: “El que muere, si muere donde debe, vence y sirve”. Entonces, con los años y las decepciones, ese hombre, ese intelectual tan querido y respetado que era Jorge Basadre empezó a enfermar. Desde fines de los años 70, el historiador sentía que el tiempo le quedaba corto y, como una reacción natural, empezó a hablar más de Tacna y su infancia; de su juventud, de su primera formación como historiador. En el ensayo “La vida y la historia” (1975), afirmó nostálgico:

Lima, 24 de setiembre de 1956. El historiador Jorge Basadre Grohmann (en el centro) durante la develación del busto de José Pardo. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 24 de setiembre de 1956. El historiador Jorge Basadre Grohmann (en el centro) durante la develación del busto de José Pardo. (Foto: GEC Archivo Histórico)
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Un importante elemento de mi primera formación intelectual proviene de los días de mi niñez en Tacna. Es el sentimiento de la Patria invisible, el concepto del Perú como un símbolo (…). De niño, el Perú fue para mí, como para muchos, lo soñado, lo esperado, lo profundo; el nexo que unía a la lealtad al terruño y al hogar que invasores quisieron cortar, la vaga idea de una historia con sus fulgores y sus numerosas caídas y la fe en un futuro de liberación (…)”.

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Para hacer historia en el Perú se requiere de mucha preparación técnica, de muchas lecturas, de un espíritu analítico y una visión crítica y a la vez comprensiva del mundo. Pero, también, de algo que poseía claramente Jorge Basadre -ese hombre que supo comprender desde su juventud a un todavía incomprendido-: la sensibilidad para entender las razones y sinrazones del comportamiento humano en sociedad, en medio de su cultura y propia idiosincrasia.

LA MUERTE DE BASADRE: EL DÍA MÁS TRISTE DE LA HISTORIOGRAFÍA PERUANA

El “Historiador de la República”, como se le llamaba a Basadre, sufrió un paro cardiaco, a las 7 de la mañana de ese domingo 29 de junio de 1980, cuando estaba internado en la Clínica San Borja. El gran tacneño contaba con 77 años de edad.

Lima, 26 de enero de 1979. Jorge Basadre recibió la Orden del Sol del Perú, en el Grado de Gran Cruz. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 26 de enero de 1979. Jorge Basadre recibió la Orden del Sol del Perú, en el Grado de Gran Cruz. (Foto: GEC Archivo Histórico)
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El miércoles 25 de junio anterior, Basadre había sido internado por complicaciones en su salud. Tras su fallecimiento, su cuerpo fue conducido a su casa, en la avenida Orrantia, en San Isidro. Allí fue velado en una adusta capilla ardiente, como le hubiese gustado.

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Hasta allí llegaron a darle los pésames a la familia, numerosas personalidades del mundo académico, intelectual, diplomático y político del país; entre estos estaban los ex presidentes, el doctor(Basadre fue su ministro de Educación Pública en los años 40) y el arquitecto (en ese instante, presidente electo por segunda vez).

También asistió el Jefe de la Casa Militar de la presidencia de la República, el coronel Juan Zubiaga Álvarez, quien fue a nombre del aún Jefe de Estado, general Francisco Morales Bermúdez. Aún estaba fresco el recuerdo de enero de ese año del ‘79, cuando el Gobierno militar le otorgó en mérito a su destacada obra histórica, la Orden del Sol del Perú, en el Grado de Gran Cruz.

Lima, 29 de junio de 1980. Horas después de su fallecimiento, Basadre fue velado en su casa de la avenida Orrantia (luego avenida J. Basadre). Lo visitaron personalidades como el ex presidente José Luis Bustamante y Rivero (de costado en la imagen). (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 29 de junio de 1980. Horas después de su fallecimiento, Basadre fue velado en su casa de la avenida Orrantia (luego avenida J. Basadre). Lo visitaron personalidades como el ex presidente José Luis Bustamante y Rivero (de costado en la imagen). (Foto: GEC Archivo Histórico)

Al día siguiente, el lunes 30 de junio de 1980, sus restos fueron paseados por la ciudad de Lima. Desde las 9 de la mañana, el cortejo fúnebre salió hacia el Club Tacna (avenida Salaverry); para luego dirigirse al centro de Lima: a la Casona de San Marcos del Parque Universitario y a la Biblioteca Nacional del Perú, de la avenida Abancay. En cada alto hubo sendos homenajes. Después el cortejo se encaminó por el jirón Ancash hacia el Cementerio ‘El Ángel’, en el mismo Cercado de Lima.

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Eran alrededor de las 11 y 20 de la mañana, cuando lo cargaron cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos. Las seis cintas las tomaron los doctores José Luis Bustamante y Rivero, José Jiménez Borja, el canciller Arturo García y García, el rector de San Marcos, Gastón Pons Muzzo, el doctor Felipe Ortiz de Zevallos y el periodista Arturo Salazar Larraín.

La muerte de Jorge Basadre fue inesperada para muchos, por ello la conmoción que generó en diversos ámbitos del quehacer nacional. Con ese sentimiento de orfandad que nos dejó su desaparición física, sus restos recibieron honores de ministro de Estado. Representantes del Gobierno militar, pero también del próximo gobierno constitucional ya electo, con Belaunde Terry a la cabeza, se unieron a intelectuales, académicos y estudiantes universitarios que no olvidaban al eximio maestro universitario.

Lima, 29 de junio de 1980. El concurrido velatorio en la propia casa del historiador Jorge Basadre, en San Isidro. En el centro de la imagen, se distingue al entonces presidente electo Fernando Belaunde Terry. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 29 de junio de 1980. El concurrido velatorio en la propia casa del historiador Jorge Basadre, en San Isidro. En el centro de la imagen, se distingue al entonces presidente electo Fernando Belaunde Terry. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Tomaron la palabra en las instalaciones del cementerio limeño, cerca de una decena de oradores; todos ellos emocionados ante el féretro que estaba cubierto en ese instante por una bandera peruana. De una u otra manera, cada quien destacó las dotes intelectuales, académicas, humanas y de hombre público de Jorge Basadre Grohmann.

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Destacaron en sus oratorias personalidades como el Almirante Melitón Carvajal, por el Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú; el doctor Gonzalo Ortiz de Zevallos, Decano del Colegio de Abogados de Lima; el doctor Félix Denegri Luna, presidente de la Academia Nacional de Historia; el doctor José Jiménez Borja, director de la Academia Peruana de la Lengua; y la doctora María Bonilla de Gaviria, directora de la Biblioteca Nacional del Perú (Basadre fue también director de la BNP tras el incendio de mayo de 1943).

Pero también dejaron sentir su admiración y respeto por el maestro Basadre, el doctor Gastón Pons Muzzo, rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (la gran alma máter de Basadre); el profesor Nemesio Reinafarje, del Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe (primerísima alma máter del historiador junto con el Colegio Alemán); y finalmente, un niño, David Rojas Carrasco, del CEP “Jorge Basadre”.

Lima, 30 de junio de 1980. Antes de reposar para la eternidad en el Cementerio 'El Ángel', el ataúd con los restos de Basadre paseó por la Facultad de Letras de San Marcos, en la vieja Casona. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Lima, 30 de junio de 1980. Antes de reposar para la eternidad en el Cementerio 'El Ángel', el ataúd con los restos de Basadre paseó por la Facultad de Letras de San Marcos, en la vieja Casona. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Una anécdota curiosa la protagonizó el rector sanmarquino, Pons Muzzo, quien pidió que la avenida Orrantia, donde vivía el historiador, pasara a llamarse “avenida Jorge Basadre”. Su deseo fue cumplido al poco tiempo. Otro pedido suyo que cumplió fue poner el nombre del historiador y hombre de leyes “al pabellón de la Biblioteca Central de la cuatricentenaria universidad de San Marcos”.

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El cuerpo exánime de Jorge Basadre quedó enterrado en el jardín San Bernardo del Cementerio ‘El Ángel’. Entonces, un soldado corneta del Ejército Peruano interpretó el ‘toque de silencio’, ante los gestos y las muestras de pena, dolor y tristeza de la familia y amigos concurrentes.

Los dos últimos aportes ensayísticos del maestro Basadre fueron: “Elecciones y centralismo en el Perú. Apuntes para un esquema histórico” (1980); y el trabajo publicado póstumamente “Sultanismo, corrupción y dependencia en el Perú republicano“ (1981). Su obra total es, hasta hoy en día, una revelación para los lectores adultos y jóvenes del Perú.

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