Alejandro y María Laura nos presentan en vivo su nuevo disco
Czar Gutiérrez

La casa sí existe y está en San Isidro. Hay un estudio, guitarras, amplificadores y una computadora donde han aterrizado 12 archivos musicales después de su breve viaje a través de la fibra óptica. Lo que no existe es el esférico, pero basta un suave clic para que empiecen a temblar los parlantes: el redoble de un cajón peruano empata con las cuerdas flamencas y luego todo se hace bucólico. El crescendo perfecto para que, de pronto, se abra una puerta y aparezca ella, la vocalista, exhibiendo un vientre suavemente pronunciado: tiene cinco meses de embarazo.

“A nosotros nos gusta que la gente nos escuche en el orden que aparece en el disco, ese es el concepto”, dice Alejandro pulsando el siguiente track de la nueva producción que acaban de dar a luz cinco meses antes de ser padres y que puedes escuchar parcialmente en la sesión acústica que acompaña esta nota.

Un disco y una niña casi en simultáneo. Chicos enamorados. Creadores por duplicado. Se sientan frente a la computadora y reviven cada tema en el orden correcto, idealizando a un escucha improbable en tiempos de Sound Cloud, Spotify, Deezer y Bandcamp. Sin un solo long play en el horizonte, todos los oyentes somos ‘random’.

MOVIENDO MASAS
“Agüita del equilibrio, cuídala, aléjala / de los precipicios / cuídala / aléjala / de los choferes borrachos, cuídala”, dice el coro del single que escogieron como punta de lanza de un material producido por el argentino Juan Serrano, AKA Juanito ‘El Cantor’, especie de chamán musical psicodélico del extrarradio bonaerense, un Santolalla de la periferia especializado en fabricar compuestos edulcorados que empatan el indie de guitarra y voz con cierta autoctonía amerindia. Juanito tiene que ser el culpable de que esta pareja de peruanos se haya embarcado en narraciones imbricadas, cuidadosamente crípticas, de sustancia naif y corte naturalista que terminan resolviéndose como canciones-película.

Precisamente así, “La película”, se llama el tema que abre el tercer disco de Alejandro y María Laura: “Todos morimos al final / créditos en tu funeral / suena una orquesta invisible y puedes ver / como se abre el plano sobre la ciudad / como te pasas una vida sin mirar / y ya se van difuminando los colores”. Encabalgamientos onomatopéyicos y códigos secretos cuidadosamente dispuestos en una coctelera surrealista que termina por cumplir perfectamente el primer mandamiento del indie folk con mensaje. Unos 38.496 likes exhibe su fanpage de Facebook, tanta gente no puede estar equivocada.

VINO Y ROSAS
Capas de sonidos que se prolongan y superponen, que discurren en paralelo y lentamente se ahogan en murmullos de un lírismo onírico, cromático, de vuelo infantil especialmente pronunciado en “El avión”: “Tengo que descargar / un par de toneladas de / recuerdos / hace dos años que las turbinas / son casa de flores y pájaros / y un árbol atraviesa / lo que antes fueron puertas / de emergencia”. ¿Han viajado mucho para construir este disco? “Lo compusimos en ocho ciudades distintas y lo grabamos en tres. Este nuevo disco es un poco así, collage y etéreo”, explica la futura mamá.

Con un par de esféricos precedentes –“Paracaídas” (2011) y “La fiesta de los muertos” (2013)–, el nuevo parto de Alejandro y María Laura acierta cuando es frontalmente pop (“Últimas luces del día”), chispa de luz de escasa duración en un conjunto insistentemente ecléctico: trova, rock, carnavalito y hasta coqueteos bluegrass. Pero su honestidad como dúo les da derecho a soñar con un Devendra Banhart bicéfalo.

MÁS DATOS

Disco: “La casa no existe”. Año: 2017. Letra y música: Alejandro Rivas y Maria Laura Bustamante. Producción: Juanito el Cantor. .

El DATO

Lugar: Teatro Luigi Pirandello. Av. Alejandro Tirado 274, Santa Beatriz. Cuándo: 8 de marzo, 8 p.m. Entradas: Joinnus y Teleticket.

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