Fernando Botero. (Foto: AFP)
Fernando Botero. (Foto: AFP)
Enrique Planas

Ellos rompieron con los estilos dominantes de su época. Se enfrentaron a toda tradición academicista y vincularon la naturaleza con la revolución industrial de la posguerra. Abrazaron el expresionismo, la abstracción, el surrealismo, la liberación de las formas. Si el perfil de una feria de arte se lo da su sección principal y la exposición de sus galerías consolidadas, podríamos decir que este año apuesta por la presencia de los grandes maestros de Latinoamérica.

"A nivel de arte moderno, viene una oferta increíble a la feria. Es una oportunidad de acercamiento muy interesante", señala su directora, Rochi del Castillo. En efecto, esta oferta podrá verse claramente en la galería Duque Arango (Medellín), que trae la obra del colombiano Fernando Botero (cuyas piezas son escasas en Lima), del chileno Roberto Matta y del ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Asimismo, otro maestro ya presente en anteriores ediciones de la feria como el venezolano Carlos Cruz-Diez estará representado por Marion Gallery (Ciudad de Panamá). Otros artistas latinoamericanos fundamentales cuyas obras podrán verse en la feria limeña son los colombianos Edgar Negret, Olga de Amaral, el chileno Jorge Tacla, el venezolano Jesús Rafael Soto y el argentino Julio Le Parc.

A esta apuesta por el arte moderno se le suma la representativa muestra "Maestros peruanos", organizada por Héctor La Rosa para Art Lima bajo respaldo institucional de la Asociación Generación Cultura, que incluye obras de Alberto Guzmán, David Herskovitz, Emilio Rodríguez Larraín, Marina Núñez del Prado, Joaquín Roca Rey, Fernando de Szyszlo, Gerardo Chávez y José Tola.

—El arte de conversar—
Este año, la organización de las diversas mesas de debate y conversatorios en Art Lima estará a cargo, por primera vez, de la Asociación de Curadores del Perú. Presidida por Gisela Urday, la asociación aprovecha la plataforma ferial para presentarse en sociedad, buscando difundir entre el público el sentido del trabajo curatorial, así como promover la defensa de sus derechos. "Las condiciones laborales de un curador son horribles", enfatiza Urday.

"No hay conocimiento ni respeto por nuestro trabajo. La mayor parte de curadores no recibe una remuneración aceptable. En los contratos no se especifica el tipo de trabajo por hacer, y muchas veces el curador debe encargarse hasta de gestionar auspicios". La asociación, iniciativa impulsada originalmente por los curadores Jorge Villacorta y José Carlos Mariátegui, nació para institucionalizar este oficio crítico, amenazado siempre por la improvisación.

"No hay una profesionalización del sector. ¡Había un momento en que todo el mundo era curador! Y sí, era una preocupación para nosotros. Se trata de tener criterio, sensibilidad, capacidad de investigar para adentrarse en una obra para comunicar e inspirar a las personas. Esa es nuestra motivación principal", explica Urday.

¿Cuál es el lugar del curador en el sistema de las artes? Como señala Urday, lo fundamental es la obra del artista, ejerciendo el curador una función complementaria. "Nuestra labor es acompañar, si tiene la chance, el desarrollo de la obra. Identificar y potenciar la fuerza comunicativa del artista". La vocera del gremio reconoce y critica a los colegas que construyen todo un discurso para una obra que no lo sostiene.

"Cuando el curador interviene de esa manera, hay que tener cuidado. El público lo percibe. A veces, el curador tiende a inflar, a hacer un discurso exuberante sobre una obra que parece no tener correlación. En la asociación tratamos de incidir en lo que son las buenas prácticas. El sentido del curador es trabajar de manera ética", añade.

Con Art Lima como plataforma para estrenarse como representación gremial, la directiva de la ACP está integrada, con Urday a la cabeza, por José Carlos Mariátegui como secretario, Patricia Ciriani como tesorera, y los vocales Gustavo Buntinx y Giuliana Vidarte. "Es una buena oportunidad para empezar a andar", añade su presidenta.

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