Una persona empachada de tanto comer. | Imagen referencial: Towfiqu barbhuiya / Unsplash
Una persona empachada de tanto comer. | Imagen referencial: Towfiqu barbhuiya / Unsplash
Laura Espinoza Busato

Siempre se escucha hablar de que la forma en la que comemos aumenta el peso. La es una parte importante de nuestras vidas, no solo para sobrevivir. Su papel es fundamental para mantener la calidad de la salud en general y evitar enfermedades causadas por alimentos excesivamente procesados o azucarados.

Comer rápido no hace que engordes necesariamente, pero la digestión es más lenta. La idea es masticar bien para así diferir mejor los alimentos y que al final de la comida estemos satisfechos. La hora de comer tiene que ser tranquila para poder así disfrutar mejor”, comentó la nutricionista Karla Courreges de “la vie nutritive” a del Diario El Comercio.

Asimismo, lo que engorda en realidad es comer de más y la velocidad no es una aliada. Una alimentación saludable no solo depende de los alimentos que consumimos en las comidas diarias, sino también del tiempo que invertimos en comerlos y cómo lo hacemos. Sentarse, masticar bien, elegir alimentos saludables o comer en un ambiente tranquilo con la familia es fundamental para una buena digestión y ayuda a enviar señales al cerebro cuando ya es suficiente.

Beneficios y consecuencias de comer rápido o lento

Cuando comemos lento se segrega la hormona leptina, la cual es la encargada de avisar al cerebro de que ya estamos satisfechos, pero su funcionamiento tarda unos 20-30 minutos en activarse. Por ello, a veces comemos más de lo que realmente queremos.

“Comer lo mismo en menos tiempo nos saciará menos, por lo que tendremos que ingerir más comida hasta sentirnos llenos. Se ha comprobado científicamente que las personas que comen rápido tienen un índice de masa corporal (IMC) más elevado”, indica Lara Joaquím, endocrinóloga del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, al Diario Cuídate Plus.

Dulces. Foto: ¡Stock.
Dulces. Foto: ¡Stock.

Además, comer lento y dedicarle tiempo a masticar hace que el alimento se impregne en la saliva y se descomponen mejor. Esto favorece a la absorción de nutrientes.

Cuando comemos rápido sucede todo lo contrario. Muchas veces no se mastican bien los alimentos y el estómago se ve obligado a gastar más energía para digerir trozos más pesados de comida, ello hace que se produzcan más jugos gástricos que ayudan a digerir los alimentos, haciendo que la digestión sea mucho más lenta.

Consejos para comer más despacio

Luego de explicar las razones por las que comer lento es importante, Cuídate Plus nos da algunos consejos para poder hacerlo:

  1. Dedícale tiempo al acto de comer: La comida debe triturarse bien para que los alimentos se digieran correctamente.
  2. Corta trozos pequeños: Llevarnos trozos pequeños a la boca ayudará a masticar mejor y de esta manera haremos que se convierta en un hábito.
  3. Suelta los cubiertos cuando te llevas un alimento a la boca: Esto hará que se hagan pausas entre un bocado y otro.
  4. Usa platos y cubiertos pequeños: Esto ayuda a servirnos raciones más pequeñas.
  5. No tengas conversaciones que causen estrés.
  6. Evita hablar mientras comes.
  7. Desconecta la televisión y el celular para evitar distracciones y ser plenamente conscientes de lo que comemos.

Contenido sugerido

Contenido GEC