Los quistes ováricos son sacos o cápsulas llenas de líquido que se desarrollan en un ovario o en su superficie, las cuales suelen ser lesiones benignas y de dos tipos, simples y complejos.
Los quistes ováricos son sacos o cápsulas llenas de líquido que se desarrollan en un ovario o en su superficie, las cuales suelen ser lesiones benignas y de dos tipos, simples y complejos.
Milenka Duarte

Las son una serie de males que se localizan en las mamas, el útero, los ovarios, el o la vagina. Desde luego, estas afecciones pueden ser causadas por diferentes razones, como infecciones, desequilibrios hormonales, factores genéticos, malformaciones congénitas, entre otros. Por lo general, este tipo de impactan en la salud de gran cantidad de de edades diversas; sin embargo, son bastante frecuentes a partir de los 40 años y en aquellas que se encuentran atravesando la menopausia. Dentro de las enfermedades más frecuentes e importantes que debemos prestarle atención, se encuentra el quiste ovárico que, de acuerdo con un publicado en la revista Nature Medicine, entre un 10% y 18% de mujeres en en todo el mundo son afectadas por este problema que, si bien en muchos casos pueden desaparecer, en otros pueden ser persistentes y ocasionar complicaciones.

¿Qué es el quiste ovárico?

Básicamente, las lesiones quísticas ováricas son sacos o cápsulas llenas de líquido que se desarrollan en un ovario o en su superficie. Generalmente, suelen ser lesiones benignas y son de dos tipos, simples y complejos, cuya señal de alerta son los trastornos del ciclo menstrual, es decir, cuando la paciente presenta alteraciones en su regla, ya que algunos meses le viene la menstruación y otros no. La mayoría no provoca síntomas; no obstante, algunas mujeres pueden experimentar: dolor abdominal, el cual puede manifestarse como punzante en la zona bajo el ombligo e hinchazón abdominal, señaló María Fernanda Piedra, ginecóloga de SANNA Centro Clínico Chacarilla a de El Comercio.

Según la especialista este problema del aparato reproductor guarda relación con los estilos de vida poco saludables, principalmente, la falta de actividad física regular y una mala alimentación pueden aumentar las probabilidades de desarrollar este tipo de lesiones. Asimismo, otros factores de riesgo pueden ser: el sobrepeso, la obesidad, el tabaquismo, los estados de hiperestrogenismo, la endometriosis, las infecciones, entre otros.

¿Cómo se diagnostica el quiste ovárico?

Si una paciente presenta alteraciones en el ciclo menstrual o se observa que tiene sobrepeso, acné o hirsutismo, estos pueden ser signos que generan cierta sospecha, razón por la cual, es necesario realizar estudios de imágenes. En el caso de que una persona no haya iniciado su vida sexual, se le solicita una ecografía pélvica, mientras que, una ecografía transvaginal es la mejor opción de diagnóstico en aquellas mujeres que son sexualmente activas, precisó la ginecóloga.

“Tras realizarse estos dos exámenes de inicio y dependiendo de los hallazgos, pueden solicitarse estudios adicionales, como resonancia con contraste, alguna tomografía o incluso pruebas de marcadores tumorales, puesto que, a pesar de que suelen ser lesiones benignas, hay quistes complejos que pueden ser malignos y requieren otro planteamiento de la paciente”

Aunque el quiste ovárico no suele presentar síntomas, siendo su principal señal de alerta los trastornos del ciclo menstrual, algunas mujeres pueden tener dolor pélvico agudo e hinchazón abdominal.
Aunque el quiste ovárico no suele presentar síntomas, siendo su principal señal de alerta los trastornos del ciclo menstrual, algunas mujeres pueden tener dolor pélvico agudo e hinchazón abdominal.

¿Hay alguna relación entre el quiste ovárico y el cáncer de ovario?

Los quistes de ovario complejos pueden ser en algunos casos cáncer de ovario, pero es importante tomar en cuenta otros factores. Por ello, se suelen emplear algunas escalas ecográficas, como la de IOTA que fue desarrollada por el International Tumor Analysis Group, la cual es un método predictivo basado en series de datos multicéntricos con mediciones y recolección de información estandarizada que logran un nivel de predicción de patologías maligna bastante aceptable, según se detalló en un publicado en la Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia. En concreto, esta permite sospechar de una lesión y ayuda a determinar si existen criterios de malignidad.

“Si bien es mínimo el porcentaje de estos casos, puesto que los quistes suelen ser simples y benignos; sin embargo, hay casos en pacientes jóvenes, inclusive niñas pequeñas con quistes complejos que tienen cáncer de ovario. Por este motivo, es importante que dejemos atrás los estigmas y mitos de que las menores no necesitan atención ginecológica, pues es fundamental llevar un control desde edades tempranas para garantizar la salud de las mujeres en general”.

¿Cuáles son los tratamientos disponibles para los quistes ováricos y cuál es el más adecuado para cada caso?

El manejo del quiste ovárico difiere según el tamaño de la lesión, ya que como destacó la profesional de salud, cuando esta es menor a 5 centímetros debe ser controlada médicamente a través de la observación, por lo que se debe realizar un seguimiento cada tres o seis meses, ya que este puede desaparecer con el tiempo. Adicionalmente, si el médico lo considera pertinente, se puede abordar por medio de anticonceptivos, puesto que podría ayudar a que este se reabsorba. No obstante, si el quiste es mayor a los 5 centímetros, su tratamiento es netamente quirúrgico porque tiene implicaciones para la paciente, específicamente, el riesgo es la torsión ovárica, es decir, el ovario al torcerse pierde su circulación, por ende, no le llega el oxígeno necesario.

“La paciente suele llegar a la emergencia con un cuadro de dolor pélvico agudo, por lo que se procede a realizar los exámenes correspondientes; sin embargo, el tiempo es muy valioso para el ovario que se encuentra sin oxígeno, por este motivo, la intervención permite extrae el quiste y también destorcer el ovario. No obstante, en caso este no se recupere, debe ser retirado, por lo que la paciente pierde el ovario. Por consiguiente, un diagnóstico precoz puede ayudarnos a evitar este tipo de situaciones, ya que además esto afecta la tasa de fertilidad en las mujeres.”.

Otro punto a tomar en cuenta es que, si un quiste no se reabsorbe o desaparece, más allá de que sea inferior a los 5 centímetros y simple, pasa a ser un quiste persistente, el cual debe ser operado. En cambio, todos los quistes complejos, sin importar el tamaño deben sacarse, destacó.

Si se determina que el quiste es menor a 5 centímetros, se maneja a través de la observación, ya que es probable que se reabsorba. Mientras que, si es superior a esta medida, se trata únicamente con una intervención quirúrgica, con la cual se extrae la lesión quística.
Si se determina que el quiste es menor a 5 centímetros, se maneja a través de la observación, ya que es probable que se reabsorba. Mientras que, si es superior a esta medida, se trata únicamente con una intervención quirúrgica, con la cual se extrae la lesión quística.

¿Cómo es el procedimiento quirúrgico de un quiste ovárico?

En definitiva, cuando es un quiste simple de más de 5 centímetros, la cirugía es bastante sencilla, pues se realiza una laparoscopia, la cual es mínimamente invasiva, ya que se hacen pequeñas incisiones, una umbilical de más o menos un centímetro y dos o tres más de medio centímetro a nivel abdominal, que permiten extraer la cápsula del quiste y, gracias a ello, la paciente al día siguiente está de alta y a los dos días puede reincorporarse a sus actividades con normalidad.

Por otro lado, si la paciente presenta una lesión quística compleja con altos criterios de malignidad, ahí no se puede realizar este tipo de intervención, sino una cirugía abierta, pues la idea es sacar el saco completo sin que se rompa. “Además, cuando se tiene una lesión de este tipo es necesario realizar durante la operación una biopsia por congelación, la cual es un método que se emplea para determinar si el tumor es maligno o benigno y, en caso sea malo, se realiza una revisión general para evitar que la persona entre en un segundo tiempo operatorio”, indicó María Fernanda Piedra.

¿Existen medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar quistes ováricos?

En efecto, como señaló la médica de SANNA, es sustancial mantener un peso adecuado, por lo que es necesario realizar deporte como mínimo 30 minutos tres veces por semana. Igualmente, la dieta debe consistir en cinco comidas al día que impliquen frutas, verduras, proteínas, carbohidratos, específicamente, el plato tiene que estar dividido en cuatro porciones, de las cuales dos tiene que ser de ensaladas, una cuarta parte tiene que contener carbohidratos y la otra de proteínas.

De igual manera, recalcó que los métodos anticonceptivos deben ser determinados por un médico ginecólogo, basándose siempre en una evaluación de las características de la paciente. Sin duda, esto ayuda mucho a mejorar la salud reproductiva, a disminuir las lesiones quísticas ováricas y a tener madres sanas.

“Desde luego, es primordial recibir la guía de un ginecólogo y no hay que tenerle miedo a la consulta, pues un diagnóstico temprano siempre va a proporcionar un mejor pronóstico, por lo que, si el quiste ovárico es quirúrgico, lo ideal es no aplazar mucho la cirugía para evitar la torsión o en casos más severos, perder uno de los ovarios”.

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