Dentro de la gama cromática del color gris están los claros, que aportan luminosidad y dan brillo a los espacios; y los oscuros, que imprimen una dosis de carácter y elegancia. “Los más usados son los tonos que se encuentran entre un punto medio y los más suaves, ya que se pueden aplicar en grandes extensiones (paredes, techos y muebles de gran tamaño). Los oscuros se añaden en medianas y pequeñas proporciones, ya sea en un muro protagónico, una chaise longue o butaca, o accesorios puntuales”, indica la arquitecta Gisella Vicente.
Refuerza la claridad del gris, usando maderas claras, como cumala, capirona, roble y haya, las cuales pueden estar en pisos, mesas, consolas y en enchapes de pared. Para que este material genere un contraste con la tonalidad elegida, usa nogal, caoba, iroko o wengue. Si quieres emplear madera oscura en ambientes de tono gris intenso, necesitas un buen ingreso de luz, para que el lugar no se aprecie pequeño ni lúgubre.