¿Escuchar tanto de la Gioconda pero nunca poder verla ni siquiera en una foto? Esa es la realidad para millones de personas invidentes alrededor del mundo, a quienes se les dificulta el acceso al arte. Pero un equipo de diseñadores decidió cambiar esa situación con el proyecto Unseen Art.
Unseen Art busca acercar las obras clásicas del arte a las personas con discapacidad visual por medio de impresiones 3D. Las pinturas son transformadas en esculturas en tres dimensiones con relieve, para que los invidentes puedan tocarlas y descubrir los detalles que todos los demás ven a simple vista.
El diseñador finlandés Marc Dillon está detrás de Unseen Art y busca llegar a la mayor cantidad de personas, ya sean museos o coleccionistas de arte. La reducción del precio de las impresoras 3D lo impulsó a realizar este proyecto, cuyo plan es también crear un archivo online con modelos que puedan ser descargados e impresos fácilmente.
Dillon viene realizando una campaña en Indiegogo con la que pretende recaudar la mayor cantidad de fondos para hacer realidad su proyecto y ayudar a millones de invidentes en el mundo. “El impacto global de Unseen Art es que las personas con discapacidad visual puedan experimentar la inspiración, educación y sentimientos que el arte provoca”, explica.