Al final las proporciones se equilibran. Más o menos.
Al final las proporciones se equilibran. Más o menos.

A lo largo de la historia, las parejas han recurrido a medidas extraordinarias para influir en el sexo que tendran sus hijos. En la Edad Media, las mujeres crean que podran tener ms posibilidades de tener un varn si les pedan a sus maridos que miraran hacia el este durante el acto sexual. Otras los seducan con un cctel preparado a base de vino tinto y tero de conejo fresco.

Si eso no funcionaba, el anatomista francs del siglo XVIII Procope-Couteau tena un truco ms extremo: los hombres que daran su testculo izquierdo por tener un nio deban, efectivamente, hacerlo. Segn el mdico, esa ciruga no era mucho ms dolorosa que la extraccin de una muela.

Incluso hoy da, si buscas en internet encontrars una serie de exticas soluciones, desde vitaminas hasta jarabes para la tos o ciertos colores de ropa interior.

Para los ms racionales, eso no sirve de nada; siempre existen las mismas posibilidades de tener un nio o una nia. Es una cuestin de probabilidades y no se puede engaar a la diosa Fortuna.

Sin embargo, algunas investigaciones recientes probaran que los verdaderos factores son an ms extraos de lo que nuestros supersticiosos ancestros pudieron haberse imaginado.

Adems, las madres con personalidades dominantes, las que desayunan cereales y las que tienen esposos multimillonarios son mucho ms propensas a tener hijos varones.

Pero, fundamentalmente, la predisposicin para tener ms nios o nias reside en nuestros genes; los hombres con ms hermanas suelen tener nias mientras que aquellos que tienen hermanos suelen tener nios. De hecho, las probabilidades de tener un nio o una nia nunca han sido exactamente del 50 %. En el mundo nacen unos 109 por cada 100 nias.

Los hombres tienen sistemas inmunes ms dbiles, mayores niveles de colesterol, problemas del corazn, susceptibilidad a la diabetes, mayores tasas de cncer y menores posibilidades de sobrevivir a l.

Constituyen ms de dos tercios de las vctimas de asesinato, tres cuartas partes de los muertos en accidentes automovilsticos y son tres veces ms propensos a cometer suicidio. Por eso, las madres tienen que parir ms hijos varones, para que haya un nmero ms equitativo que sobreviva.

Ni Darwin pudo

Las probabilidades de concebir hijos o hijas llevan dcadas desconcertando a los cientficos. El fenmeno llam la atencin de Charles Darwin, quien estudi cuidadosamente la proporcin de descendencia masculina y femenina en el mundo animal.

Pero el asunto se volvi tan complicado que, al final, Darwin se dio por vencido. El problema es tan complejo que es mejor dejar esta solucin para el futuro, dijo el naturalista. El tema requera de una mente intelectual atrevida. Y aqu entra en escena el cientfico Robert Trivers.

Segn explica en su propia pgina web, pas tiempo en prisin y perteneci a una banda jamaicana que protega a hombres homosexuales frente a la violencia. Y fue expulsado de campus universitarios, tras haber sufrido crisis nerviosas y cambiado numerosas disciplinas en varias ocasiones.

Hoy, trabaja como antroplogo en la Universidad Rutgers, en EE.UU. En 1972, tras cansarse de la historia, Trivers centr su atencin en el tema que haba intrigado Darwin.

La hiptesis Trivers-Willard

Junto a un colega, Dan Willard, desarroll una de las teoras ms famosas en biologa evolutiva, la cual se conoce como la hiptesis Trivers-Willard y dice as: Asumamos que puedes elegir el sexo de tus hijos. Y que el juego consiste en dejar el mayor nmero de descendientes posibles.

Es un hecho probado cientficamente que un alto estatus social atrae a las mujeres. Las mujeres frtiles prefieren hombres ms dominantes, y quienes obtienen ms dinero o influencia suelen casarse con mujeres ms jvenes. Y a menudo tienen ms relaciones extramaritales.

Si tu hijo tiene xito, ganaste en el juego de la evolucin. Pero si no lo tiene, puede que no logre encontrar pareja. Sin embargo, las mujeres no se enfrentan a tal competencia.

Puede sonar algo sexista, pero Trivers dice que eso surge del hecho de que la mujer invierte ms tiempo en su juventud, comparado con el hombre, quien slo tiene las relaciones sexuales y deja a los hijos con la madre. Despus, est el tema de los recursos.

Para hacer que un nio se convierta en un hombre dominante de un alto estatus social, los padres tienen que hacer una gran inversin.

Con esos factores en mente, Trivers dijo que, en condiciones favorables, tena sentido a nivel evolutivo que tuvieran ms nios que nias.

Pero en condiciones ms desfavorables, la seleccin natural hara que los padres tuvieran ms nias, pues no tendran que enfrentarse a tal competicin.

El ejemplo chino

En esa poca hice la broma de que esa era la teora perfecta porque les tomara 20 aos probar que me equivocaba. Pero 11 aos despus, result que tena razn, dice Trivers.

La primera prueba provino de una fuente insospechada.

En 1958, el partido gobernante de china anunci un ambicioso proyecto: el Gran Salto Adelante, con el que esperaba impulsar a los campesinos de la nacin al xito industrial en pocos aos.

Obligaron a las familias a que abandonaran sus granjas, al tiempo que el pas se preparaba para intensificar la produccin de acero en un 30 por ciento.

En poco tiempo, la nacin se transform. Pero no de la forma en que el gobierno haba imaginado.

A tan slo un ao de que comenzara el proyecto, la produccin de cereales se redujo en un 15 por ciento. Un ao despus, volvi a bajar. Y en cuatro aos de hambruna murieron 45 millones de personas.

Cerca de cuatro dcadas despus, el economista Douglas Almond comenz a analizar los registros del censo chino para averiguar cmo fue la vida para nios de mediana edad.

Junto a colegas de la Universidad de Columbia, EE.UU., compar los resultados de aquellos nacidos despus de la hambruna con la informacin sobre la provincia donde haban nacido sus padres.

Algunas reas haban sido afectadas en mayor medida que otras. Y los resultados fueron alarmantes.

Aunque los nios no haban experimentado el hambre directamente, los de las regiones ms afectadas tenan niveles ms bajos de alfabetizacin y, y sus casas eran ms pequeas.

Adems, las madres afectadas por la hambruna solan tener menos nios. Y e stos , a su vez, eran ms propensos a concebir nias.

Ahora sabemos que el tabaco, la guerra o el cambio climtico son condiciones desfavorables que hacen que las mujeres tengan ms nias que nios.

Por otra parte, las mujeres con personalidades ms dominantes, con dietas ricas en alimentos altos en caloras o aquellas casadas con presidentes estadounidenses suelen tener ms nios.

Para los padres multimillonarios, las posibilidades de que sea nio son del 65 por ciento.

Balanceando la balanza

Pero, cmo es posible entonces el equilibrio entre sexos? Segn Keith Bowers, un ecologista de la Universidad de Memphis, EE.UU., con el tiempo, era de esperar que se igualara el nmero de nios y nias que nacen.

Segn Corry Gellatly, bilogo de la Universidad de Utrecht, Pases Bajos, puede que este restablecimiento del equilibrio natural ya est ocurriendo. En China, donde culturalmente prefieren los nios a las nias, la poltica del hijo nico propici el nmero de nias abortadas. Pero en familias que solan tener ms de un hijo, el primero sola ser nia. Irnicamente, al tratar de que hubiera ms nios que nias provocaron el efecto contrario.Pero esto no equilibrar completamente la cifra.

Se cree que en 2030, uno de cada cuatro hombres chinos no podr casarse. En las sociedades son sobreabundancia de hombres, podra haber horribles consecuencias, desde mayores tasas de violencia domstica hasta ms crimen organizado y asesinatos.

Hay quien sugiere que los solteros frustrados podran sentirse ms atrados ante la idea de ingresar en el e jrcito, lo cual resultara en ms conflictos internacionales.

Tal vez es momento de dejar a un lado los cereales, olvidarnos de los testculos y aceptar que, al final, las posibilidades de tener un nio son y deberan ser prcticamente del 50 por ciento.

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