Los arrecifes de coral a menudo llamados los bosques tropicales de los mares son uno de los hábitats más biodiversos del mundo.

Al bucear en los arrecifes me siento como si estuviera en otro mundo. ¡Todos esos patrones y combinaciones salvajes, distintas a todo lo que he visto antes! Ni los diseñadores de moda pueden imaginarse algo tan extravagante, le cuenta a la BBC la economista ecológica Trista Patterson.

Sin embargo, la belleza de las criaturas oculta un propósito mucho más importante que sencillamente deslumbrarnos.

Esos caleidoscopios de color y vida que cubren menos del 0,1% del planeta son el hogar del 25% de las especies marinas.

Por ello, son el escenario de una contienda submarina.

Los organismos de los arrecifes de coral viven en una intensa competencia por el espacio y están en riesgo constante de depredación, explica el científico principal de la organización internacional sin fines de lucro The Nature Conservancy, el doctor M. Sanjayan.

Así que hay vecinos desagradables y vecinos que están tratando de comérselos.

Como muchas de las criaturas son estacionarias o pequeñas, han desarrollado defensas químicas para protegerse de los depredadores. Y curiosamente es por eso que en este antiguo ecosistema potencialmente está la base de los fármacos del futuro.

Esos pequeños animales que habitan los arrecifes de coral necesitan estar llenos de productos químicos: sustancias químicas inusuales, distintivas, muy ofensivas, para que nadie se les acerque o para evitar que se los coman.

Esas potentes armas pueden guardar claves para encontrar la manera de curar una gama de enfermedades que van desde el cáncer o Alzheimer hasta ciertos virus o artritis.

Es esa sopa de productos químicos lo que hace de los arrecifes de coral un cofre de tesoros para cualquier cazador de medicinas.

Podría ser la farmacopea más grande de la naturaleza, le dice a la BBC el biólogo de conservación marina Callum Roberts.

Decenas de miles de sustancias químicas ya han sido identificadas, de las cuales cientos están actualmente bajo investigación intensiva, asegura el experto.

Por ejemplo, señala, las esponjas son fuentes de productos químicos particularmente ricas, especialmente de productos químicos contra el cáncer: varios han mostrado ser supresores de tumores y uno ya tiene licencia para ser usado en el tratamiento de quimioterapia.

Es tres o cuatro cientos de veces más posible encontrar más remedios en el océano que en tierra firme.

Pero este botiquín de medicinas que potencialmente salvarían vidas, enfrenta un futuro incierto.

Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más vulnerables de la Tierra.

Están amenazados por un coctel de factores estresantes que incluyen la polución, la sobrepesca y el cambio climático, señala Callum.

Y lamenta: perder esa posibilidad de tratamientos por la destrucción de los arrecifes de coral sería una insensatez sin parangón.

La pérdida de los arrecifes significa que esta vasta alacena de drogas, que sólo ahora estamos empezando a entender y a utilizar para nuestro beneficio, se perdería para siempre, le dice Sanjayan a la BBC.