Las autoridades de Australia dieron inicio esta semana a la caza desde helicópteros de unos diez mil caballos salvajes para evitar que sigan muriendo de hambre y de sed, y degradando el terreno en el norte del país.
La matanza, organizada por el Consejo Central de Tierras del estado del Territorio del Norte, transcurrirá hasta mediados de junio próximo en una zona llamada de Tempe Downs, situada a unos 300 kilómetros al suroeste de la ciudad de Alice Spring.
Tal decisión motivó la protesta de organizaciones de defensa de los animales y de asociaciones ecuestres que aseguran que se tratan de los famosos caballos de raza waler.
El Consejo Central de Tierras quiere sacrificar a unos diez mil equinos porque éstos, que al igual que los burros y los camellos fueron llevados a Australia por los primeros colonos, se han multiplicado sin control y destruyen el medio ambiente.
Los caballos están muriendo por miles debido a la falta de alimentos y agua. La destrucción de las fuentes de agua en particular tiene un profundo efecto en los animales nativos, comentó a principios de mes el director del Consejo, David Ross.
CRÍTICAS Pero la Sociedad de Caballos Waler de Australia advirtió que la matanza aérea no es humanitaria porque provoca una muerte lenta a los caballos que solamente son heridos y al dejar a la intemperie los cadáveres, promueve el aumento de perros y gatos salvajes, también nocivos para el ganado y las especies nativas.
Asimismo consideran que los caballos son parte del patrimonio australiano porque los waler descienden de los primeros ejemplares llevados al continente por los primeros colonos y tuvieron un papel importante en el desarrollo del país.