Cuando una persona en Bogotá prepara una taza de café o toma una ducha, pasa a ser parte de una travesía extraordinaria.

Y es que el agua que consume o la electricidad que utiliza pueden resultar de un viaje iniciado por gotas de agua a cientos de kilómetros de distancia y a miles de metros de altura, en bosques inmersos en nubes, los llamados bosques de niebla.

El caso en Colombia es sólo un ejemplo de por qué proteger esos bosques es vital para la generación de energía en los países del trópico, según un nuevo estudio que por primera vez mide en términos concretos la relación entre esos ecosistemas y los embalses que alimentan.

A pesar de ocupar sólo un 4,4% del área que alimenta las represas tropicales, los bosques de niebla son responsables de filtrar cerca del 50% del agua superficial disponible para esos embalses, dijo a BBC Mundo el científico colombiano Leonardo Sáenz, Director de Eco-hidrología de Conservación Internacional y uno de los autores del estudio, presentado esta semana en Bonn en la conferencia Agua en el Antropoceno.

Sáenz y su coautor, Mark Mulligan, del King’s College de Londres, crearon además un mapa de más 20 mil embalses existentes grandes y pequeños en el trópico.

Es el mapa más detallado que existe en la actualidad, el mapa anterior global incluía solamente siete mil represas.

Sáenz lleva una década intentando descifrar y cuantificar el vínculo entre los bosques de niebla y los embalses.

Parte de su trabajo incluyó simular un bosque de niebla en una cámara de nubes en un laboratorio en King’s College para medir los cambios en el peso de la vegetación a medida que intercepta gotas de agua.

Los bosques de niebla, definidos como aquellos que al menos 70% del año están inmersos en nubes, juegan un papel clave en la generación de energía.

El agua en forma de pequeñas gotas de lluvia o neblina es interceptada por los árboles, explicó Sáenz a BBC Mundo.

Esas gotas se deslizan por los troncos y por pequeños conductos por encima y debajo del suelo en colinas o montañas viajan hasta los ríos que alimentan las máquinas que convierten la energía del agua en electricidad.

Sáenz habla del agua que filtran los bosques de niebla, porque el agua que drena de esos ecosistemas contienen menos contaminantes que la que drena, por ejemplo, en campos agrícolas.

También llevan menos sedimentos, un serio problema para el funcionamiento de las represas.

Pero ¿cómo es posible que ocupando sólo el 4,4% de la cuenca de los embalses, los bosques de niebla filtren cerca del 50% del agua disponible?

No toda el agua que llueve puede ser usada aguas abajo, porque parte de ella se evapora o evapo-transpira por la vegetación, explicó Sáenz.

Del agua que resta, llamada agua superficial disponible en cuencas de embalses, el 50% ha sido filtrada por los bosques de niebla.

El alto porcentaje se debe a las características extraordinarias de este tipo de bosque tropical.

Tienen una precipitación altísima que es 43% en promedio más alta que la lluvia promedio en las cuencas de represas tropicales.

Las áreas de bosque de niebla son además 18 veces más húmedas que el promedio de esas cuencas, porque tienen una pérdida de agua mucho menor.

Como son zonas cubiertas por nubes más del 70% del tiempo cada año, esto reduce la radiación solar y por tanto la energía disponible para evaporación.

A eso se suma la capacidad de la vegetación de interceptar agua. Los bosques son verdaderas estructuras verdes para la captura de neblina que es incorporada al suelo y transportada a los ríos que usamos para nuestra agua potable, para irrigar o generar energía.

CAPITAL NATURAL Los bosques de niebla son ecosistemas multifuncionales, según explicó Sáenz,

Además de capturar agua, capturan y almacenan el carbono atmosférico, son algunos de los lugares más ricos en biodiversidad, albergando especies amenazadas como el Oso de Anteojos de los Andes y el Tapir de Montaña.

Sin embargo los bosques de niebla son de los ecosistemas más amenazados debido a la desforestación, conversión a pasturas y el cambio climático.

Mulligan, estima que se ha perdido ya cerca del 55% de los bosques de niebla originales, unos 2,7 millones de kilómetros cuadrados, un área similar a Argentina.

Si los bosques se siguen degradando, también lo hará la generación de energía, según Sáenz.

Las economías en desarrollo están sedientas de energía, lo vemos con la nuevamente creciente construcción de represas en Latinoamérica y en todo el mundo.

Los gobiernos y empresas deben priorizar la protección de bosques de niebla, porque el estudio demuestra que tienen un rol inmenso en el suministro de agua y el desarrollo de los países.

En un segundo estudio, que será publicado la semana entrante en la revista Hydropower and Dams, Sáenz y sus coautores se centran en el caso específico de Colombia, que cuenta con más de 170 represas.

Mostramos cómo la protección y restauración de bosques de niebla críticos podría ayudar a generar más energía en el caso de la represa de Calima.

La investigación de Sáenz y sus colegas tiene implicaciones globales, según Mathew Larsen, del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Es un verdadero desafío medir la captura de agua de los bosques de niebla y distinguirla de la precipitación total, dijo Larsen a BBC Mundo.

Los bosques en las áreas que alimentan embalses son una fuente clave de agua y servicios ambientales en el mundo. Y los bosques de niebla en particular, si son protegidos, ayudan a mantener tanto la biodiversidad como sistemas de manejo de agua robustos.

Sáenz está trabajando con operadores de energía en Colombia para identificar áreas prioritarias de conservación dentro de las cuencas de embalses existentes, pues la mejor forma de expandir la generación de energía en un país como Colombia y generar energía firme es comenzando por la optimización de la infraestructura existente Los bosques de niebla podrían jugar un papel inmenso en esta tarea.

Para el científico colombiano los bosques de niebla dentro de las cuencas que contribuyen a las represas tropicales existentes son verdaderos tesoros de agua.