Sideritis scardica es el nombre científico de la planta, que se conoce como Mursalski chai (Té de Mursalitsa). Actualmente se encuentra en peligro de extinción, y contiene sustancias como cobre, hierro, zinc, cobalto, selenio, calcio, magnesio, potasio y sodio.

Esta hierba estimula el sistema sexual masculino, refuerza la libido y al mismo tiempo mejora la capacidad reproductiva, según el urólogo Anatoliy Alikovski, quien ha estudiado sus virtudes.

Pero además fortalece el organismo, aumenta las defensas, protege de catarros y gripe, y de “enfermedades cardíacas, del hígado y renales, además de la próstata, explica.

La planta se encuentra comúnmente en el Monte Ródope, al sur de Bulgaria y crece a una altitud de entre 1.200 y 2.200 metros sobre el nivel del mar; alcanza una altura de entre 20 y 40 centímetros, florece en junio y julio en color amarillo, y emite un aroma mixto parecido a la miel y el limón.

En la época del comunismo se prohibió su cosecha, pero se utilizaba en los programas de preparación para los cosmonautas soviéticos en la década de 1970, asegura Alikovski. Con los cambios políticos de la década de 1990 se levantó la prohibición y se inició una explotación por parte de locales y extranjeros que casi hizo desaparecer la planta.

Desde que en 1996 se volvió a prohibir su recogida para evitar su desaparición, se trató de cultivarla en otras zonas del país. Los campesinos de Tigrad lo han logrado, y ahora buscan declarar este té símbolo oficial de su localidad para atraer turistas.

Incluso un empresario exporta el té embotellado a Japón, y sus ventas crecieron luego del desastre de Fukushima, pues se cree que también remedia los efectos de la radiación y limita su expansión por el cuerpo.