Corresponsales Escolares

El botadero de Jaquira en Cusco funciona desde hace 20 años. Desgraciadamente para la población empezó a colapsar, esto quiere decir, que se ha quedado sin espacio para recibir la basura que día a día generan los ciudadanos, convirtiéndose en un gran problema que afecta a todos en la ciudad imperial.

Según cuenta la ingeniera ambiental Gabriela Frisancho Colpaert, en 2022 el botadero de Jaquira llegó a su límite de acumular basura y llegará a cerrar dentro de 7 meses. Ahora se tendría que buscar un nuevo lugar para abrir otro botadero o – mejor solución – reducir masivamente la generación de basura en la ciudad de Cusco.

Conociendo a Jaquira

Si visitas el botadero de Jaquira a primera vista podrás notar las toneladas de basura que hay. Día a día llegan aproximadamente entre 400 y 500 toneladas de basura al día. Estas son cubiertas con una geomembrana negro de dos pulgadas de grosor para evitar que el agua de la lluvia entre al cerro de basura y se mezcla con otras sustancias. También notarás el olor de los gases tóxicos que emana la basura y que puede causar náuseas y vómitos a los visitantes.

En ruta a Jaquira encontramos camiones compactadores y de recicladores. Por día, Jaquira recibe entre 450 a 500 toneladas de basura. 

Foto: Fabian Simeon
En ruta a Jaquira encontramos camiones compactadores y de recicladores. Por día, Jaquira recibe entre 450 a 500 toneladas de basura. Foto: Fabian Simeon
Uno de los nueve pozos de agua lixiviada que se extrae de la mezcla de residuos orgánicos con residuos sólidos. El agua es altamente tóxica y contaminada. Es un pasivo ambiental para muchas generaciones. 
Foto: Jasmin Callapiña Ovalle
Uno de los nueve pozos de agua lixiviada que se extrae de la mezcla de residuos orgánicos con residuos sólidos. El agua es altamente tóxica y contaminada. Es un pasivo ambiental para muchas generaciones. Foto: Jasmin Callapiña Ovalle

El agua lixiviada

Lamentablemente, los pobladores del Cusco no cooperan con la clasificación de los residuos sólidos. Como consecuencia, materiales reciclables, en especial los restos orgánicos, se mezclan con la basura ya no reusable. Al momento de llegar al botadero, por el agua dentro de los residuos orgánicos, se produce una sustancia líquida llamada agua lixiviada. Es una amenaza para los suelos, para el agua subterránea e incluso para el agua superficial por ser tóxica. Además, puede provocar problemas graves de salud, eutrofización (exceso de nutrientes inorgánicos) y acidificación (proceso de producir un ácido o transformarse en un ácido).

Toda el agua lixiviada está almacenada en pozos techados y cubiertos para evitar que se junte con el agua de la lluvia y de esta forma, evitar que se inunde y contamine el lugar y las fuentes del recurso hídrico.

Con una geomembrana de 2 pulgadas de grosor, la municipalidad intenta reducir la generación de lixiviados contaminantes. (Foto: Maryori Chambi Layme)
Con una geomembrana de 2 pulgadas de grosor, la municipalidad intenta reducir la generación de lixiviados contaminantes. (Foto: Maryori Chambi Layme)

No hay forma de tratar las aguas lixiviadas para reentrarlas al río u otras fuentes de agua. Significa que es un pasivo ambiental que aún preocupará muchas generaciones futuras. Lo que nos lleva a que debemos de razonar y empezar a reciclar, así como reducir la basura en Cusco.

¿A dónde llevaremos nuestra basura?

Frente al inminente cierre de Jaquira, la pregunta es: ¿a dónde llevaremos la basura? Nadie quiere un botadero al lado de donde vive así que encontrar un lugar nuevo será extremadamente difícil. Entonces, la única opción para Cusco será masivamente reducir la generación de basura, segregar todo lo posible los materiales reciclables y evitar que consumamos productos que generan mucha basura. Es un cambio masivo pero necesario. Todos, en especial los niños y adolescentes del mundo, tenemos un derecho a un medio ambiente sano. Ayuda a respetar este derecho.

Enseñar a cuidar el medio ambiente, es enseñar a valorar la vida”.

Nota escrita por los corresponsales escolares Silvia Cintia Condori Carazas, Maryori Nicolasa Chambi Layme, Luciana Ocón Tecsi, Jasmin Milagros Callapiña Ovalle, Carlos Raul Zárate Chacon del colegio Inti Runakunaq Wasin. Bajo la mentoría del docente Fabian Simeon y la mentora Angela Espinoza Hermoza.