El brasileño fue la gran figura del Tottenham al anotar un triplete ante el Ajax en las semifinales de la Champions League. Sin embargo, el extremo de los 'Spurs' tuvo varias desilusiones en su carrera debido a la presencia de Neymar. (Foto: AFP)
El brasileño fue la gran figura del Tottenham al anotar un triplete ante el Ajax en las semifinales de la Champions League. Sin embargo, el extremo de los 'Spurs' tuvo varias desilusiones en su carrera debido a la presencia de Neymar. (Foto: AFP)
Kenyi Peña Andrade

El fútbol es sentir. Es dejar a un lado,  por un momento, el jugoso sueldo que cobrarás a fin de mes -le diría, si tuviera la oportunidad, al jugador moderno y millonario de esta época- e ir detrás del balón con la misma inocencia y ansiedad como lo hacías de niño. Es acordarse del barrio. Es, por encima de todas las cosas, nunca perder ese espíritu amateur. Es reír, es llorar, es emocionarte por una victoria y llenarte de impotencia si vas perdiendo. Y, si es así, es también enseñar los dientes y nunca bajar los brazos. Es, en pocas palabras, vivirlo como lo hizo Lucas Moura en los últimos 45 minutos ante el Ajax en las semifinales de la Champions League.

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En el festejo del gol de la clasificación, el brasileño corre y se tira sobre el césped. Se agarra el rostro y no lo puede creer. Este periodista se preguntaba, desde la comodidad de su silla y con varios grados menos de calentura, si Lucas era consciente de lo que acababa de lograr con su hat-trick. Solo por enumerar algunas de ellas, acaba de graduarse como un jugador de élite.

Y no nos referimos a que tenga ahora la autoridad de sentarse en la misma mesa y tomar un café con Cristiano Ronaldo o Lionel Messi. Pero, siendo justos, habría que preguntarse qué otros jugadores han aparecido con tanto desparpajo, talento y goles en una fase decisiva en el torneo, y en un momento tan caliente. Después de esto ya no puede ser visto solo como el Lucas Moura habilidoso, rápido y con cambio de ritmo. Ya no más. Ahora es, además de forma comprobada, uno de esos futbolistas que te puede resolver partidos en momentos claves. Y vaya que hay poquísimos que han obtenido dicha maestría en su carrera.

También ha desatado que todos los bares de Londres no se abastezcan con cerveza suficiente para la celebración eufórica de los 'Spurs'. Y, lo más importante, ha provocado una felicidad que no debe caber en el pecho de cada uno de sus familiares.

-Neymar, un obstáculo a gambetear-
La historia exitosa de este futbolista tiene valores: porfiar a la suerte, saber decidir cuándo hacer las maletas e irse, y no dudar de su capacidad nunca aunque hayan monstruos acechándolo como sombras. Por cosas del fútbol y de la vida, que se conducen casi de la misma manera (impredecibles, emocionantes, etc.), todas estas virtudes de Lucas tuvieron que ver con la presencia de Neymar.

-El primer desaire-
Era enero del 2011. En nuestras calles limeñas se alargaba la resaca navideña. La publicidad sobre ropa en centros comerciales, campanas en las puertas y el olor a pólvora que aun deambulaba en el aire así nos lo hacían saber. Sin embargo, Lucas Moura, en el Sudamericano Sub 20 que se jugaba y albergamos en ese momento, seguía festejando en la cancha.

Aquel Brasil tenía tenía futuras estrellas del fútbol mundial (Foto: Twitter)
Aquel Brasil tenía tenía futuras estrellas del fútbol mundial (Foto: Twitter)

Los fuegos artificiales ya habían cesado, pero su explosiva gambeta recién comenzaba a hacer ruido internacional. Aquel Brasil tenía futuras estrellas descollantes del fútbol mundial como Casemiro, Alex Sandro, Danilo, Willian, etc. Pero que quede claro, ese equipo era suyo y de Neymar. Ratificando esto, Moura había anotado cuatro goles al término del torneo y fue figura. Sin embargo, fue opacado por el desequilibrio, los lujos, el estrambótico peinado (una cresta rubia bastante elocuente) y los nueve tantos del actual jugador del PSG. En resumen, simbólicamente hablando, la medalla de plata de mejor jugador de aquel plantel fue para Moura, la de oro para 'Ney'.

Lucas Moura tenía la 10 y destacaba, pero la gran figura era Neymar. (Foto: AFP)
Lucas Moura tenía la 10 y destacaba, pero la gran figura era Neymar. (Foto: AFP)

-Enfrentamiento en casa-
Un año después, la historia se volvería a repetir pero esta vez en casa. La prensa brasileña alababa el talento de Lucas, pero se arrodillaba ante el de Neymar. El primero la rompía con el Sao Paulo, pero el segundo hacía lo que quería en la cancha con la camiseta del Santos. Dicha diferencia entre uno y otro se podía reflejar en las estadísticas: Moura en aquella temporada marcó la cifra nada despreciable de 16 tantos en todos los torneos y era una joven promesa que sea hacía realidad, Neymar rompió 42 veces el arco rival y era llamado el sucesor de Pelé. Así como ocurría hace 12 meses atrás, Lucas tuvo que contentarse con el premio consuelo: ser la sombra de Neymar.

Lucas Moura tuvo grandes actuaciones con Sao Paulo (Foto: Sambafoot)
Lucas Moura tuvo grandes actuaciones con Sao Paulo (Foto: Sambafoot)

Tiempo después, parecía que Lucas había conseguido una tierra donde ser profeta: París. El extremo se volvió uno de los primeros fichajes galácticos del PSG del jeque Nasser Ghanim Al-Khelaïfi por 40 millones de euros. Y el precio lo valió. En cuatro temporadas, Lucas Moura anotó 33 conquistas en la Ligue 1 y empezaba a ganarse el cariño del hincha parisino. Pero, para su quinta temporada, la figura de Neymar volvería a causar un terremoto en su mundo futbolístico.

Lucas Moura era estrella en el PSG hasta la llegada de Neymar. (Foto: AFP)
Lucas Moura era estrella en el PSG hasta la llegada de Neymar. (Foto: AFP)

-Huida de París-
Entre bombos y platillos se anunció la llegada de 'Ney' desde Barcelona y, para mala suerte de Moura, el ex Santos estuvo a la altura en su primera campaña en el equipo de la capital francesa. El actual atacante del Tottenham pasó de los cálidos aplausos a la frialdad del banco de suplentes, de abandonar el sueño que la hinchada pueda corear su nombre, para ingresar a la pesadilla de empezar a quedar en el olvido.

“Estoy asqueado por no jugar más, por no poder expresarme como lo hacía. Desde que llegué a París, tenía una media de 50 partidos por temporada. Ahora todo ha cambiado y no estoy contento", indicaba por ese entonces Moura, quien solo jugó cinco partidos y había anotado un gol en la temporada 2017-18. La otra cara de la moneda - una vez más- era 'Ney', quien se despachó con 19 dianas en la liga francesa. El mensaje era claro para Lucas: otra vez había que partir, otra vez por Neymar.

Finalmente, Pochettino apareció para comentarle de su proyecto y convencerlo de ir al Tottenham para jugar la Premier League. Allá, en Londres, hasta hace unas semanas era uno de esos jugadores considerado una pieza de recambio interesante y nada más. Es más, tuvo que lesionarse el goleador Harry Kane para que tenga su chance de ser titular en la Liga de Campeones.

Por estos días, luego del triplete anotado, el nombre de Lucas es santificado al norte de Londres. No es para menos, si con sus tres goles ha escrito un nuevo testamento en los libros del fútbol mundial: Tottenham a la final de la Champions League por primera vez en la historia. Sin Neymar en el horizonte, Lucas Moura espera ahora abrazar la gloria. Ya todos saben que puede hacerlo.

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