Zinedine Zidane hizo historia el último sábado en Cardiff. El técnico francés logró su segunda Champions League con Real Madrid en ediciones consecutivas. (Foto: AP)
Zinedine Zidane hizo historia el último sábado en Cardiff. El técnico francés logró su segunda Champions League con Real Madrid en ediciones consecutivas. (Foto: AP)
Jasson Curi Chang

Hay que ponernos de pie cuando se trata de . Por el genio jugador que fue, y por el sabio técnico que es, y que –me atrevo a decir– será en adelante. El elogio postítulos suele ser una locura porque esconde los errores de un equipo campeón. Y aquí estoy, buscándole tres pies al gato al cuadro de ‘Zizou’. Para que el halago sea justo, debería detectar el fallo incorregible. Ese, para el , es apenas no haber ganado la Copa del Rey 2016-17.

Si hoy los blancos celebraran el ‘triplete’ y no el ‘doblete’ en la temporada, se pondría a Zidane por encima de cualquier antecesor en su cargo en Chamartín. Sería más que Miguel Muñoz –técnico multicampeón de los gloriosos años cincuenta y sesenta– y Vicente del Bosque –hacedor de la Champions League 2000 y 2002–.

La crítica no aguanta, eso sí, que no sean reconocidos sus grandes méritos en el banco del Santiago Bernabéu. Sería entrar en ese grupo de ácidos periodistas que lo ninguneó tras su designación en enero del 2016, que lo catalogaba solo como el técnico del proceso de transición. Cuánto se han equivocado y cuánta saliva han tenido que tragar después de ver a Zidane ganando títulos, imponiendo récords y repitiendo una frase en sus últimas conferencias de prensa. ¿Cómo se ha sentido en el último año y medio, señor Zidane? “De puta madre me siento”, ha respondido con ese perceptible acento francés.

—Genio trabajando—

La vida, sin embargo, no ha sido color de rosa para el estratega galo. Después de retirarse como futbolista dando un cabezazo al pecho del italiano Marco Materazzi en la final del Mundial Alemania 2006, ‘Zizou’ se hizo embajador de Unicef y se paseó por el mundo en actos benéficos.

En junio del 2009 es nombrado por Florentino Pérez asesor de la presidencia del Real Madrid. En este cargo, y con Jorge Valdano como director general, Zidane aprobó la llegada del chileno Manuel Pellegrini al banco merengue. Una temporada después y sin títulos ganados, apostaron por José Mourinho para ser el dueño del buzo blanco. La vida del Real Madrid rozó la polémica en los cuatro años que estuvo el portugués dirigiendo al equipo. El mandamás Florentino Pérez le aprobaba la mayoría de sus antojos y así fue como Zidane y Valdano fueron víctimas de un ‘Mou’ que quería que el mundo Madrid girara en torno a él.

Zidane seguiría vinculado al Madrid a través de las canteras. Luego, cuando llegó el italiano Carlo Ancelotti, se lo nombró su mano derecha. Juntos ganaron la Copa del Rey 2014 y la ansiada décima Champions League en Lisboa. En la temporada 2014-2015, Zidane arrancó como técnico del Madrid Castilla, equipo en el que jugaba el peruano Cristian Benavente y que había descendido a la Segunda B.

Allí fueron a buscarlo en enero del 2016, cuando se cansaron del carácter irascible del Rafa Benítez. Llegó a su presentación de la mano de su esposa Véronique y acompañado por sus hijos Enzo, Luca, Théo y Elyaz. Todos integrantes de la ‘Fábrica’ madridista.

Dos golpes dio hasta el final de la temporada. Le ganó el clásico al Barza en el Camp Nou y salió campeón de la Champions League frente al Atlético en Milán. Dos más en el 2016: título de Supercopa de Europa y Mundial de Clubes en Japón. Después sumó más puntos que Mourinho o Guardiola en sus primeros 33 partidos en la Liga: 86 en total de 99 posibles.

En esta campaña se puso de meta ganar la siempre complicada Liga Española y lo hizo en la última fecha; buscó ser el primer bicampeón de la Champions League y lo acaba de lograr frente a la Juventus en Cardiff. Es el padre del más grande récord de partidos sin perder en la historia del Madrid: 40 partidos invictos.

No sabemos cuánto más dará Zidane, pero sí entendemos que siempre dará pelea.

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