Claudio Pizarro no ha tenido mucha continuidad debido a las lesiones que lo aquejan. Ha estado presente en 9 de los quince partidos del Bremen. (Foto: Werder Bremen)
Claudio Pizarro no ha tenido mucha continuidad debido a las lesiones que lo aquejan. Ha estado presente en 9 de los quince partidos del Bremen. (Foto: Werder Bremen)
Raúl Tola Pedraglio

El Werder Bremen es un club especial. La docena de canchas de entrenamiento de su equipo de fútbol profesional están abiertas al público que corre, monta bicicleta, patina o pasea entre ellas como si fuera un inmenso y muy bien cuidado parque público. El equipo ‘Lagarto’, como se le conoce, está muy integrado en la comunidad que noche tras noche abarrota las graderías del Weserstadion. Ubicado en el extremo oeste del complejo, es un estadio moderno y lleno de comodidades, donde Claudio Pizarro se mueve como en casa. El delantero peruano —que inició su aventura europea aquí mismo, hace dos décadas— accede después de mucho tiempo a ofrecer una entrevista exclusiva para un medio peruano, donde repasa su larga trayectoria.

- ¿Cómo va la lesión?

Mejor. Es un tema largo porque lo tengo desde hace muchos años, desde el 2007. Es una mala postura que yo tengo y que hace que el músculo de la espalda se contraiga demasiado y apriete un nervio y eso me irradia la pierna. Lo he estado manteniendo ahí, pero siempre vuelve y fastidia, entonces necesito un poco de pausa. Llegan momentos en que el nervio se irrita demasiado y termino los entrenamientos sin poder caminar.

- O sea que tienes que volver a educar a tu cuerpo.

Es lo que estoy haciendo, llegué a un punto en que tenía que parar y he comenzado a hacer trabajos de fortalecimiento. Educar a la pierna para que me haga caso, porque había momentos en que no podía hacer fuerza en la pierna izquierda.

- La frustración que traen las lesiones, ¿tiene que ver con tu retiro esta temporada? ¿Por qué has decidido hacerlo?

Porque creo que ya ha sido suficiente y este tema del nervio me tiene un poco fastidiado. No me costó tomar la decisión porque hace muchos años que la tengo en la cabeza. Sé que va a venir un momento en que voy a dejar el fútbol. Simplemente, es difícil decir “ya”. Porque, pienso, mientras el cuerpo me diga que puedo, corazón y aire tengo.

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- ¿No te ha aburrido el fútbol? ¿En ningún momento te ha llegado a aburrir esta rutina?

¡Cuando salgo de la rutina la extraño! No me ha aburrido para nada. Creo que es algo que me apasiona, me encanta, me divierto mucho estando en los entrenamientos, en las pretemporadas, aunque no lo creas. Y obviamente aquí, en el estadio…

- ¿Qué te ha dado y qué te ha quitado el fútbol? ¿Cuál es el balance final?

Satisfacciones y muchas alegrías. Derrotas. He aprendido mucho en el profesionalismo. He podido desarrollarme en lo que me agrada, en lo que me gusta. He podido llegar a mis límites…

- Se ríe pero también se llora mucho en el fútbol…

Sí. Por suerte creo que yo he podido tener muchas alegrías. Y esa es una de las cosas que creo que me ha hecho jugar tanto tiempo, porque me divierto mucho con esto.

- ¿Qué es lo que más vas a extrañar?

No lo sé. Por ahora trato de disfrutar al máximo. Creo que te lo voy a tener que decir cuando lo deje, aunque podría ser el ambiente en el camarín. Esa es una de las cosas con las que uno se divierte mucho. También conocer tipos de personalidades distintas. En el fútbol hay mucho tronado, mucha diversidad, gente distinta, es muy divertido…

- ¿Quiénes son los futbolistas más divertidos que conoces?

La verdad es que he tenido varios… Thomas Müller es muy divertido en su estilo alemán. Bastian Schweinsteiger es otro jugador muy divertido en su estilo alemán, que yo he aprendido a entender luego de tantos años de estar acá. Con el brasileño Rafinha la he pasado espectacular. Jefferson Farfán es muy divertido. Y así, tienes de todo. Españoles como el arquero Pepe Reina, un jugador muy importante en el camarín. Hay jugadores que creo que son muy importantes por su personalidad. Eso hace grupo. Y cuando hay un buen grupo se consiguen cosas importantes.

Pizarro, Farfán y Carrillo en un entrenamiento de la selección. (Foto archivo: Jesús Saucedo)
Pizarro, Farfán y Carrillo en un entrenamiento de la selección. (Foto archivo: Jesús Saucedo)
/ JESUS SAUCEDO

- ¿Tienes planes para lo que vas a hacer luego? ¿Negocios, trabajos, una larga vacación?

Yo no creo que sea una persona que necesite mucha vacación. Terminando el año voy a tener que ponerme a analizar. Obviamente, ya estoy viendo algunos negocios, tengo algunas cosas privadas aparte del fútbol. Pero lo que voy a hacer será algo relacionado al fútbol, sin duda. Exactamente qué, no lo sé. Ni dónde. Entrenador no voy a ser. Necesitaría mucho más tiempo del que he perdido siendo jugador de fútbol.

- ¿Algo dedicado a los caballos, una gran pasión tuya?

Sí, yo creo que siempre voy a estar relacionado a los caballos. He aprendido mucho en todo el tiempo que he estado metido en esto. Pero la base mía, el trabajo que voy a tener, siempre va a ser relacionado con el fútbol.

- Ayer caminamos un rato por el estadio porque parte de tu trabajo cuando no juegas es visitar a los auspiciadores, a los hinchas, y una cosa muy impresionante es el cariño que te tienen.

Yo creo que tengo algo especial con los hinchas de acá. Sí, es verdad. Creo que es por los años que he estado acá, por las cosas que he podido hacer en el club, por los goles, por los buenos años que he tenido.

- Se comenta que tu primera venta al Bayern contribuyó a construir el Werder Bremen como es actualmente.

Nunca había escuchado ese dato pero, sin duda, cuando hay una venta grande, el club tiene la posibilidad de hacer cosas nuevas. En ese momento creo que fue una cantidad de dinero importante para que el club pudiera desarrollarse en infraestructura, hacer contrataciones y ganar la Bundesliga. Me acuerdo que nos ganaron a nosotros con gol de Aílton. Un partido que fue decisivo para que ganaran el título.

- ¿Fueron esos años del Bayern los mejores de tu carrera?

Hablando de ganar títulos, creo que sí. Porque obtuve muchos títulos, tuve muy buenos años. Lamentablemente en esa época, entre el 2001 y el 2006, no pudimos ganar la Champions League.

- También ganaste la Copa Intercontinental y finalmente, en 2013, ganaste la Champions. ¿Cuál es el título que recuerdas más?

La Champions. Yo creo que cualquier jugador aquí en Europa te va a decir eso.

- También tienes muchos récords personales, como el mayor goleador extranjero de la Bundesliga (que hace un par de años pasó a manos de Robert Lewandowski), el mayor goleador en la historia del Werder Bremen y el jugador de más edad en hacer un gol en la historia de la liga. ¿Imaginabas esos títulos personales cuando llegaste aquí?

Para nada. Yo pensaba en hacer una carrera, en tratar de avanzar y llegar a un club más grande. Pero cuando vas consiguiendo cosas siempre van apareciendo cosas nuevas, porque vas queriendo seguir subiendo, obteniendo títulos. Estos récords que tú mencionas me los termino enterando siempre por los periodistas.

- Robben, Ballack, Shevchenko, Lucio, Ribéry, Toni Kroos, Ozil… ¿Quién dirías tú que es el mejor futbolista con el que has jugado?

Zé Roberto. Te falta Zé Roberto. Para mí siempre ha sido un jugador muy completo: velocidad, dribling, en el uno contra uno era imposible pararlo. Por otro lado, para mí, siendo delantero, era espectacular. A veces solo tenía que pararme en el medio, él dribleaba a uno o dos, me daba el pase y yo hacía el gol. Para mí era extraordinario.

- ¿Y el mejor contra el que has jugado?

Uno de los jugadores más impresionantes que he visto ha sido el brasileño Ronaldo. Tuve la oportunidad de enfrentarlo, él por el Real Madrid. Yo creo que él, aunque he enfrentado a Zidane, a Messi, a Cristiano Ronaldo… Cuando yo era chico lo miraba como un ejemplo.

- ¿Y el defensa más duro que te ha tocado?

He tenido varios. Pero los más duros y los más difíciles son los que no son tan buenos jugadores.

- Patean más…

Eso. Y no saben frenar y de alguna manera están ahí, son muy pesados. Creo que esos han sido los más difíciles.

- ¿Se patea más en Sudamérica?

Tal vez a veces de una forma malientencionada. Ahora ya no tanto, porque las reglas han variado un poco. Acá tal vez se pega con menos intención, pero se juega un fútbol más físico.

- Mourinho, Ancelotti, Heynckes, Guardiola… Has tenido un póker de ases de entrenadores.

Eso es algo increíble, he tenido una gran suerte. Yo he aprendido mucho de todos los entrenadores que he tenido y siempre les estaré agradecido. Pero te podría decir que Pep [Guardiola] está un poquito por encima de los demás. Por la manera de analizar el fútbol, por la manera de verlo, de buscar soluciones de acuerdo al rival. En este nivel, el que está en el detalle es el que gana siempre.

- Tu carrera está llena de éxitos pero hemos hablado momentos frustrantes como tu paso por el Chelsea y el Colonia. En el deporte de alta competición, ¿se aprende más de las derrotas que de los triunfos?

Yo creo que sí. Con las derrotas no conseguiste lo que querías y estás obligado a analizar qué fue lo que pasó, para que la próxima vez no vuelva a pasar.

- ¿La selección es una gran frustración también?

La selección es un tema del cual no voy a hablar en estos momentos. Lo que te puedo decir es que el dolor más grande que he tenido en mi carrera y tal vez en mi vida fue no haber podido ir al Mundial. Ya llegará el momento en que pueda conversar sobre todo eso…

- ¿Todavía está muy cerca?

No es que esté muy cerca. Tengo que organizarme un poco para decir las cosas de la mejor manera.

- ¿Quizás porque no terminas de entender lo que pasó?

Tal vez porque no tengo el tiempo suficiente para ponerme a pensar en eso solo ahora. Todavía estoy con cosas importantes como el Bremen, pero obviamente, he analizado y visto. Fue un tema duro, necesito más tiempo para analizarlo y llegar a hablar de él como se debe.

- ¿Viste el proceso de clasificación después de que dejaste la selección en ese partido con Uruguay?

Por supuesto.

- ¿Viste el Mundial?

Sí. Bueno, cuando pude, porque estuve viajando.

- Pero viste los partidos de Perú…

Sí, por supuesto.

- Perú-Dinamarca, minuto 70, va ganando Dinamarca 1-0, ¿era el minuto para que ingresara Claudio Pizarro?

Ingresó Paolo. Creo que fue por ahí, ¿no? Esa es otra de las cosas que me parecen un poco raras. Se hizo todo lo posible para que Paolo fuera al Mundial y no juega uno de los partidos más importantes. Analizando los rivales, te das cuenta que Dinamarca es un equipo de mucho potencial físico y nosotros terminamos jugando no con los jugadores ideales para ese partido, cuando creo que Paolo, después de haberse hecho lo que se hizo, era el jugador ideal para ese partido. Pero en fin… yo creo que sí hubiera podido entrar en ese partido, por supuesto que sí.

- Te hubiera gustado…

[Asiente.]

- Muchísimo…

[Vuelve a asentir.]

- Claro que sí…

No solo entrar. Ganar. Y hacer un gol. Pero bueno…

- Quiero preguntarte por tu relación con la hinchada peruana. ¿Cómo sientes que es?

Normal, creo yo. Hay diversas líneas, diversos movimientos. Cada vez que voy al Perú, estoy en la calle y me encuentro con alguien, siempre es muy cordial. Nunca he tenido ningún problema con nadie. Pero recuerdo muy bien alguna vez que perdimos un partido en casa, creo que fue con Uruguay, y al salir del estadio me sorprendió mucho algunas reacciones de hinchas ahí, en el mismo estadio, obviamente no simpáticas.

- ¿La prensa ha mentido mucho sobre ti en Perú?

Puede ser. Tal vez es un tema del que yo me debí preocupar un poco más: hasta dónde podía llegar la prensa en decir algunas cosas. Siempre dije que no me interesaba, porque la gente que me conoce sabe cómo soy y sabe lo que hago y lo que no hago. Pero esa prensa, lamentablemente, hay mucha gente que la ve. Y tal vez esa es una de las cosas de las que yo no me preocupé. De decir: “Oye, esto es mentira. Me está calumniando”. Porque hay mucha gente que al final sí ve prensa y ese morbo le gusta y por ahí no tenía una idea exactamente de cómo era yo.

- En una entrevista te preguntaron por los años que jugaste en la Academia Cantolao y dijiste una frase muy reveladora: “Me miraban raro porque era el único blanco”.

Esa es una experiencia que me tocó vivir cuando era chico. No era muy fácil y en esa época, mucho menos. En la Sub-17 también tengo muchas historias que en algún momento contaré. Porque tengo la idea de sacar un libro, ya me han hablado de hacer una película, entonces estoy viendo y analizando posibilidades.

- ¿Tú crees que tu apariencia y tu éxito, junto al manejo de la prensa, terminaron envenenando tu relación con los hinchas?

No debería ser así, porque uno no debería hacerse ideas de nadie antes de conocerlo. Pero es probable, es probable que sí.

- Cuando te entrevisté hace algunos años pusimos encima de una mesa todas las camisetas de los equipos con los que habías jugado y pregunté cuál era tu camiseta favorita. Y, de inmediato, escogiste la camiseta de la selección peruana. ¿Es la camiseta que te emociona más haber vestido?

Sí, sin duda. Creo que cualquier persona quiere jugar por su país. Desde muy chico tenía mi camiseta, me la regaló mi papá y eso era lo que quería. Viendo con el tiempo que tenía condiciones y que las cosas podían ir bien, lo que quería era jugar por mi selección. Obviamente, después de tantos años que el Perú no iba al Mundial, observando las cualidades de los jugadores que están a tu alrededor y cómo se van dando las cosas, ves una luz y dices: “Puede ser”.

- La peor lesión que sufriste fue en la Copa América Perú 2004, cuando un choque con el venezolano Cichero te produjo un hundimiento de cráneo. Ese fue un susto de vida, no solamente deportivo…

Es tal y como lo dices. La gente que está a mí alrededor me cuenta que estuve a punto de irme. Yo siempre he sido muy positivo y no lo veía así en el momento que pasó porque estaba en plena carrera, lo que quería era recuperarme rápidamente, volver a jugar, eso es lo que tenía en la cabeza. Pero sí, fue un tema bien grave. Yo tuve la suerte de que me sacaran tarjeta roja en ese partido y no seguí jugando. Esa noche tenía mucho dolor de cabeza, llamé a mi mujer y mi mujer me dijo: “Nos vamos al doctor ahorita”. Y el doctor fue bien claro: “Te tocaban ahí nuevamente y quedabas”. Yo tenía el cráneo roto y si los pedazos de hueso tocaban la duramadre, que se había hinchado, quedaba. No me acuerdo más porque me hicieron dormir, me pusieron cosas para que baje la inflamación y no pasara lo que pudo pasar.

- Has dicho varias veces que recuerdas tus inicios en el Perú, en clubes donde faltaban muchas cosas, y esos inicios son los que te han permitido mantener los pies en la tierra.

Yo tenía compañeros que vivían en barrios donde peleaban a diario. Algunos habían pertenecido a bandas. Para mí todo esto era algo nuevo. Mi niñez la pasé en un colegio de la Marina, donde hay mucha disciplina y no veía este tipo de cosas. Tenía que convivir con ellos, con la Sub-17 estuvimos encerrados en una concentración que duró casi un mes. Tenía que acostumbrarme a todo esto y llevarlo de alguna manera con el fútbol. No fue fácil, pero son experiencias de las cuales uno aprende. Cuando obtienes cosas importantes, puedes mirar para atrás y decir: “Acuérdate de todo esto”.

- Siempre has asegurado que en este largo camino que ha sido el fútbol, una figura fundamental ha sido tu padre…

Siempre me inculcó la disciplina. Claro, es marino. Yo me acuerdo que siempre tenía que dejar mis cosas ordenadas para el día siguiente: el uniforme, lustrar mis zapatos, cosas por el estilo. Yo aprendí a hacer todo en mi casa porque mi papá me dijo que tenía que aprenderlo: a planchar, lavar, cambiar fusibles, cambiar llantas… todo lo que se puede aprender lo aprendí. Ya les he dicho a mis hijos que yo lo sé hacer todo pero ya ahora no hago nada [risas].

- Eso te preparó para la vida acá en Alemania, ¿no?

Creo que me preparó para la vida en general. Aparte de eso, me inculcó el deporte. Mi papá también jugó al fútbol, pero estando en la marina era mucho más complicado. Él siempre me apoyaba, quería que yo juegue, me llevaba a los partidos, a veces teníamos que ir desde Surco hasta el Callao a los entrenamientos del Cantolao. Ese apoyo para mí fue fundamental.

- Una cosa que siempre me ha sorprendido es cómo has logrado mantener a tu familia al margen de tu presencia pública. ¿Esa es una decisión que tomaste desde muy temprano?

Viendo cómo era la prensa en Perú, cómo se manejaba, cómo ventilaba temas personales —ya comenzaban a salir los programas de chismes—, yo dije: “No, esto no lo quiero para mi familia. De ninguna manera”. Lo conversé con mi esposa y los dos pensamos igual, así que preferí no involucrarlos en este tipo de temas. Ahora que mis hijos son más grandes es un poco más complicado, porque ellos mismos usan las redes sociales. Pero siempre he tratado de mantenerlos al margen.

- El problema no es solo su presencia pública, sino lo que pueden recibir tus hijos en casa. Porque a veces has recibido ataques muy duros. ¿Cómo proteges a tu familia? ¿La aíslas? ¿Lo conversan?

Lo conversamos todo en familia. Hay temas que no puedes ocultar porque son públicos. Creo que tenemos una familia muy unida, conversamos mucho de todos los temas. Mis hijos son muy abiertos, demasiado para mi estilo, yo me crié en casa de marino [risas]… Tuve una educación tal vez machista y mi hija, sobre todo, es muy abierta a este tipo de temas, siempre tenemos discusiones al respecto. Conversamos mucho y ellos saben perfectamente cómo soy yo, cómo es mamá, cómo nos manejamos, cómo es la familia que tenemos.

- Tú estás casado con tu enamorada desde los 17 años, ¿cuál es el secreto?

Nos conocemos desde los seis y estamos juntos desde los 17. ¿Cuál es el secreto? La paciencia que tiene ella [risas]…

- ¿Cuánto te ha ayudado tener este entorno a tu alrededor, con tu esposa, tu padre, tu representante y tus amigos?

Se habla mucho de los jugadores que pierden el norte. Siendo tan jóvenes llega todo de golpe: dinero, fama. Si no tienes gente a tu alrededor que te diga: “Oye, encarrílate. ¿Adónde vas? ¿Qué quieres? ¿Cuál es tu prioridad?”… te puedes perder. Y creo que le ha pasado a muchos. Yo, felizmente, siempre he tenido gente que me han apoyado, gracias a ellos he podido mantenerme en el buen camino. No digo que no me haya desviado, seguro me he desviado, pero gracias a ellos he regresado en el momento que se debía.

- ¿Tus hijos tienen mucho contacto con el Perú?

Sí, vamos todos los años. Tratamos de ir dos veces al año y, si no se puede, al menos una. Por ahí hubo algún que otro año que no fuimos por temas de seguridad.

- ¿Seguridad? ¿El país se puso muy peligroso?

Sí. Y para evitar problemas no fuimos.

Cuando te retires, ¿dónde vas a vivir? ¿Entre Alemania y Perú? ¿En Alemania? ¿En Perú?

Cuando yo vine a jugar acá siempre dije que iba a regresar a vivir al Perú, sin duda. Porque son mis raíces, porque tengo mi familia, porque me gusta, me encanta mi país. Pero después empiezas a tener hijos, la familia va creciendo, tienen sus amigos, estudian. Ellos tienen una vida hecha acá y como padre dices: “¿Me voy a ir para no ver a mis hijos? ¿Para verlos una vez a las quinientas?” Y dices que no. Creo que la idea es quedarnos acá.

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* Esta entrevista es de creación del programa La Locomotora (www.lalocomotora.pe) con una producción de MU Marketing & Content Lab.

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