La selección peruana sumó sus 3 primeros puntos en el Preolímpico Sudamericano Sub 23 | Foto: FPF
La selección peruana sumó sus 3 primeros puntos en el Preolímpico Sudamericano Sub 23 | Foto: FPF
Jerónimo Pimentel

El resultado obtenido por la selección Sub 23 de Perú ante Paraguay tiene un poco de paradoja y otro de maquillaje. Lo primero va referido a los recursos que los dirigidos por Ñol pusieron en la mesa para imponerse: nada de toque, asociación ni virtuosismo, apenas el coraje tradicionalmente asociado a los guaraníes. Lo segundo es preocupante: hay que remontarse muchos años atrás para encontrar un equipo más confundido que este. Los dos goles recibidos en un minuto pusieron en evidencia a una defensa fragilísima y obligaron al sacrificio al buen arquero Solís. Lo que siguió hasta el entretiempo fue desolador: un desconcierto que pudo acabar en goleada si los rivales hubieran concretado, por ejemplo, el blooper del back Caballero.

Y, sin embargo, el equipo reaccionó. En parte por error ajeno, pues inexplicablemente el técnico de Paraguay, Marcucci, reemplazó a Sergio Díaz, un crack por donde se le mire, y su conjunto empezó a aflojar. Perú ya había logrado un gol de pelota parada, pero la salida del joven jugador del Real Madrid fue interpretado como un envite. Ciertamente, se necesitan madurez y experiencia para manejar un partido durante 70 minutos, y en ninguna Sub 23 se halla ni lo uno ni lo otro. Luego Aldair Fuentes aprovechó su altura, incomodó al arquerito Martínez y como resultado Carranza cobró. Después, otro centro dirigido a Fuentes, esta vez por Pacheco, tocó de nervios al lateral Arzamendia y, forzado a despejar, marcó en propia puerta.

La reacción de la selección peruana ante Paraguay en el Preolímpico Sub 23. (Foto: GEC)
La reacción de la selección peruana ante Paraguay en el Preolímpico Sub 23. (Foto: GEC)
/ VIOLETA AYASTA

No es menor que Perú haya logrado remontar un score adverso. En términos de mentalidad, perder 2 a 0 en el primer cuarto de hora ha sido siempre un castigo del que nos ha costado librarnos. La Blanquirroja nunca ha sido un conjunto reconocido por su garra ni por su capacidad de reacción. Y, sin embargo, ese parece el material del que empiezan a estar hechos los prospectos. Puede que sea mucho adjudicarle este cambio a Gareca, pero su presencia en el estadio Centenario de Armenia revistió a la remontada de cierta transversalidad.

Sin embargo, celebrar este triunfo o sobre interpretarlo puede ser exagerado: en los descuentos el juez de línea anuló un gol legítimo y, contadas las opciones de gol, se podría argumentar incluso que el resultado no refleja lo que pasó en la cancha. Adicionalmente, cuesta asimilar que nuestro futuro futbolístico estará signado por virtudes hasta hace poco ajenas. ¿Pragmatismo o tradición? ¿Fines o medios? Como en toda discusión, hay que evitar las falsas oposiciones y los simplismos. Lo interesante es constatar que, a pesar de lo visto en cancha, la selección peruana llega al tercer partido con el ánimo arriba y las chances intactas de pasar de ronda.

Foto: @SeleccionPeru
Foto: @SeleccionPeru

En adelante le corresponde a Solano demostrar bastante más: que puede gestionar el momento de los muchachos; que ante Uruguay se podrá ver no una respuesta anímica, sino algo de estrategia; que puede sacar lo mejor de López, Celi y Pacheco; que puede conseguir que los seleccionados empiecen el partido en el primer minuto y no en el 56.

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