Barcelona despidió la gira asiática con una victoria sin brillo en Kuala Lumpur, ante el Malaysia XI por 3-1, un esforzado combinado de jugadores de la liga malaya que incomodó al conjunto azulgrana en algunas fases del partido, especialmente en la primera mitad.

Sin Lionel Messi contractura en el cuádriceps ni Pedro golpe en el gemelo al Barza le costó fabricar su fútbol. Además, sufrió un inesperado contratiempo en la figura de Cesc Fábregas, que tuvo que abandonar el campo en la recta final del encuentro al torcerse el tobillo.

Precisamente fue el volante, haciendo hoy de Messi, el jugador más activo de todo el choque. Y suyo fue el tanto que abrió el marcador: un cabezazo a centro de Jordi Alba que contó con la inestimable colaboración del meta local Fahmi.

Norshahrul tuvo un mano a mano con Víctor Valdés que este envió a córner y Aidil Zabwan volvió a ponerle a prueba con un tiro cruzado que se marchó fuera por poco antes de que llegara el empate: un trallazo a la escuadra de Amri tras un mal despeje de Alba en la frontal.

NEYMAR Y UN GOLAZO Sin embargo, la alegría loca duró poco, porque Neymar volvería a adelantar a su equipo, justo antes de llegar al descanso, con un sutil gesto técnico en un maravilloso control orientado que le dejó la pelota en el sitio justo para impactarla directa a la red.

Si la primera mitad fue poco animada, aun lo sería mucho menos la segunda parte. Los malayos, correosos, duros en algunas fases y ordenados atrás, prácticamente renunciaron a atacar tras la reanudación, y el choque se convirtió en un frontón anodino que, además, contó con la falta de inspiración de los jugadores barcelonistas.

Adriano, Iniesta y Busquets lo intentaron desde lejos y con el punto de mira desviado antes de que Piqué marcara el tercero en un remate de delantero centro a falta de un cuarto de hora para el final y sentenciara definitivamente el partido, si no lo estaba ya.