Bayern Múnich completó hoy la final alemana en la Champions League al golear al Barcelona con facilidad por 3-0 en el Camp Nou. Los bávaros se enfrentarán el 25 de mayo en el estadio de Wembley al Borussia Dortmund, que logró el pase tras dejar atrás al Real Madrid.
Será la cuarta final entre dos equipos de la misma nacionalidad y la tercera del Bayern Múnich en las cuatro últimas ediciones de la Champions. El Barcelona, por su parte, fue la otra cara de la moneda, la de un equipo hundido, apaleado y aturdido. Perdió las semifinales por un global de 7-0, contando el 4-0 de la ida en Múnich.
La hinchada del Barcelona acudió en masa al Camp Nou en su sueño de remontada, pero éste se desvaneció ya minutos antes de comenzar el encuentro: Lionel Messi no estaba en el once inicial.
El argentino notó nuevas molestias musculares en el entrenamiento de la mañana y se quedó fuera del equipo. Fue un duro golpe en el ánimo local, que había fundado casi todas sus opciones de milagro en la presencia del argentino.
BAYERN SALIÓ CON TODO A cambio, el Barcelona propuso una delantera compuesta por David Villa, Cesc Fábregas y Pedro, tres futbolistas que no pasan precisamente por su mejor momento. El Bayern se presentó en el Camp Nou con toda su grandeza, la propia del favorito a ganar la Champions. Lejos de especular con el 4-0 de la ida, salió a presionar al rival, a buscarlo a su área, mostrando sin reservas su extraordinario despliegue físico.
Sustentado en la solidez de Bastian Schweinsteiger y Javi Martínez en la medular, más el vértigo de Franck Ribery y Arjen Robben en las bandas, el conjunto alemán mandó desde el primer tramo del encuentro. Al rescate del Barcelona apareció Gerard Piqué, providencial en un par de cortes en su área.
El Barcelona echó de menos una mayor incidencia de Andrés Iniesta y Xavi Hernández, las brújulas del conjunto azulgrana, quienes apenas entraron en juego en las zonas trascendentes del campo. Su mayor peligro llegó con disparos lejanos de Pedro o Dani Alves.
La primera parte fue vertiginosa por el ritmo de los dos equipos, aunque los arqueros apenas intervinieron. En este escenario, y sin la amenazante presencia de Messi, el Bayern Múnich ya se sintió ganador cuando se marchó al descanso.
ROBBEN ABRIÓ LA CUENTA Y ese sentimiento lo acrecentó al comienzo de la segunda mitad, cuando marcó el primero. El lateral austríaco David Alaba realizó un magnífico cambio de juego hacia la banda derecha, desde donde arrancó Robben. El extremo holandés orientó su carrera hacia su pierna zurda y realizó un disparo brutal que entró como un obús.
Entonces los hinchas del Barcelona comenzaron a abandonar progresivamente el estadio, pues preveían una segunda parte muy larga para sus colores. Con todo a favor y con un rival persiguiendo sombras, el Bayern Múnich movió el balón a su antojo.
El técnico del Barcelona, Tito Vilanova, no sólo pareció dar por perdida la eliminatoria, sino también el partido. Así se dedujo al quitar del campo a Xavi e Iniesta. Mientras, Messi siguió viendo el partido desde la primera fila del banquillo.
La relajación no le impidió al Bayern Múnich aumentar su renta. El segundo tanto apareció a los 72 minutos, con la progresión de Ribéry por la izquierda, su pase atrás y el autogol de Piqué entre el silencio de la hinchada local y la fiesta visitante.
Y cuatro minutos después llegó el tercero, con una nueva maravilla de Ribéry. El francés volvió a entrar como un cuchillo por la banda de Alves, centró al palo alejado y Thomas Müller marcó de cabeza. Ahí pisó el freno el conjunto de Jupp Heynckes.
BAYERN ES FAVORITO Fue una noche muy dura, casi cruel, para el Barcelona, que quedó fuera de la Liga de Campeones por un resultado global de 7-0. Todo un golpe para un equipo que no hace mucho se exhibía en el continente. Un margen extraordinario para unas semifinales de la Liga de Campeones, en la que el conjunto azulgrana se vio arrollado.
El cambio de guardia en el fútbol europeo quedó constatado esta semana con el pase de los dos equipos alemanes a la final. Ahora el Bayern Múnich es el gran favorito al título, y más después de arrollar de esta manera a un Barcelona aturdido. Hace una semana con Messi y ahora sin él. El conjunto alemán lo aplastó.