El astro argentino Diego Armando Maradona recién había llegado al Napoli luego de jugar por el Barcelona, donde nunca se sintió cómodo del todo. El 3 de noviembre de 1985 se enfrentaba con su nuevo club ante la Juventus de Michel Platini, por la lucha del Scudetto.
El francés Platini era considerado, en ese momento, como el mejor jugador del mundo; además venía de ganar de ganar tres veces seguidas el Balón de oro. Era un mediocampista completo que deslumbró en la década de los ochenta con la selección francesa y con el cuadro italiano.
Napoli y Juventus no se hicieron mayor daño a lo largo del encuentro, fue un partido donde el orden táctico y la marca aplicada fue la principal característica en ambas oncenas. A pesar de ello, hubo una falta a favor del cuadro napolitano en el área, lo cual se consideró tiro libre indirecto. Ahí cambió la historia..
Maradona era el encargado habitual de cobrar los saques de falta, en esta oportunidad la barrera estaba muy cerca y el arco se veía disminuido. Era casi imposible que alguien pudiera convertir, pero Diego, con una majestuosa caricia con efecto, encajó el balón en el ángulo superior izquierdo de la portería de Juventus. Napoli venció 1-0 con una de las tantas obras de arte y pasión que dejó Maradona en el fútbol.