"La culpa no es del VAR", por Julio Vizcarra. (Foto. Agencias)
"La culpa no es del VAR", por Julio Vizcarra. (Foto. Agencias)
Julio Vizcarra Torres

“Decididamente creo que fallamos en el uso de la tecnología”, declaró Marcelo Gallardo para explicar en parte la increíble remontada que sufrió su River Plate a manos de Lanús. La escuadra de Gallardo tenía una ventaja de 3-0 en el global –había ganado 1-0 en la ida en el Monumental– y parecía imposible el final con el ‘granate’ en la final de la Copa. Sin embargo, ni la eliminación de River ni la gran clasificación de Lanús pudieron con el VAR, que en su estreno en Sudamérica se robó el show.

El uso del Sistema de Asistencia Arbitral por Video, habilitado en el partido de ida en Núñez, dejó críticas y dudas. La gran mayoría de quejas llegaron desde el bando ‘millonario’, que se sintió afectado por las decisiones del árbitro Wilmar Roldán en el empleo de la tecnología.

En el epílogo de la etapa inicial, con River arriba 2-0, Marcone cortó con la mano un avance de Ignacio Scocco, que la visita no tardó en reclamar como penal. Roldán dejó seguir sin hacer uso de la tecnología convencido de que no hubo nada. En cambio, el colombiano decidió apoyarse en la tecnología en dos acciones claves del encuentro: en el empate 2-2 de José Sand, para ver si el delantero estaba en offside, y en la jugada previa del cuarto gol de Lanús, el de la clasificación. Con la ayuda del VAR se decidió cobrar penal a favor del local.

Ni bien se completó la primera semifinal de la Copa Libertadores, el análisis del juego quedó de lado para hablar de si era necesario el uso de la tecnología luego de lo visto en La Fortaleza. Siendo objetivos, el único error se dio en no señalar el tiro desde los 12 pasos para River porque las demás decisiones fueron correctas. Pero en Sudamérica aquello no es suficiente, mientras que en la Bundesliga no se hacen dramas y en España claman por la llegada del VAR, con la esperanza de que ese sistema acabe con los errores a favor del Real Madrid y Barcelona. Hasta Piqué en su momento lo pidió.

Y si queremos, el VAR es una clara muestra de la diferencia cultural entre uno y otro continente. En Europa se entiende que este sistema, como un error del mismo juego, te puede favorecer o perjudicar. Nada más. En cambio, en Sudamérica sirve como una justificación a la derrota. Sin ir muy lejos, en la Copa Confederaciones de Rusia, disputada entre junio y julio, quien siempre tuvo una objeción con el empleo de la tecnología fue Chile. ‘La Roja’ jugó y reclamó, a diferencia de Alemania, que solo se dedicó a hacer lo que sabe y terminó alzando el título.

El VAR fue añadido mirando otros deportes y, frente a tanta crítica, se debería seguir por esa vía de desarrollo. En el tenis está el famoso ‘ojo de halcón’, con el que cada tenista tiene una cantidad determinada de desafíos. Si acierta al pedir la revisión de una jugada, mantiene sus chances. Si falla, se le va restando. Quizás así, dejando de manera limitada y a potestad de los clubes la opción del uso de la tecnología, los reclamos se reduzcan, se asuman responsabilidades y se hable más de fútbol.

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