Mundial de Francia. 30 de junio de 1998. Inglaterra vs. Argentina. Octavos de final. Los ingleses habían clasificado segundos del Grupo G detrás de Rumanía. Los albicelestes, primeros del H. Se trataba de un duelo histórico por dos cosas: uno futbolístico y otro político. ‘La mano de Dios’ y la disputa de la soberanía de las Islas Malvinas. En el ‘86 Maradona había dejado afuera a los ingleses con el mejor gol de la historia de los mundiales y la famosa mano, algo que no les gustó para nada.
Doce años separaban aquel partido del de Francia. La historia era otra, pero el recuerdo aún estaba vivo. Ya no era más la Argentina de Bilardo, Maradona, Valdano, Burruchaga y compañía. Era la de Pasarella, Batistuta, Verón y Ortega. En frente estaba un equipo liderado por Alan Shearer, con un de crack de 19 años apellidado Owen y un rubio llamado David Beckham, quien un año antes había sido nombrado el mejor jugador joven (23) del año en la Premier League.
El partido entre ambos es recordado por aquel golazo de Michael Owen. Este fue su carta de presentación ante el mundo del fútbol. Aquel disparo al ángulo tras dejar atrás a los argentinos bastó para que se hable de que había nacido una nueva estrella. El partido, sin embargo, fue a favor de Argentina. En los noventa minutos terminó empatado a dos. Marcaron Batistuta y Zanetti para los albicelestes y Shearer y Owen para los ingleses. En penales, Argentina se impuso 4-3 y clasificó a cuartos de final, ronda en la que sería eliminada por Holanda.
Pese a la eliminación del Mundial, Inglaterra hablaba de Owen. Pero también de Beckham. Y no precisamente por casos similares. Mientras el chico de 19 era idolatrado, David era repudiado. ¿La razón? Durante el citado partido fue expulsado por dar una patada a Diego Simeone. La prensa e hinchas ingleses lo culparon de la derrota. David vivió un calvario durante más de un año a causa de su “estupidez”, como lo catalogaron algunos medios de comunicación de ese país.
LA REVANCHA Cuatro años más tarde, en la víspera de un nuevo duelo entre ambos países en el Mundial de Corea y Japón, Simeone recordó aquel episodio y confesó que se aprovechó de la situación para forzar la expulsión de Beckham. “Mientras yo me levantaba él me dio una patada por detrás. Y me aproveché de eso”, dijo. David, no obstante, y lejos de guardarle rencor, agradeció a Simeone. De ninguna manera sería la persona que soy, de ninguna manera no sería tan fuerte si no hubiera sido por aquel episodio, reconoció el inglés en el 2002.
En ese partido Beckham se sacó la espina de lo sucedido ante Argentina en el 98. Marcó de penal el único tanto con que los ingleses derrotaron 1-0 a los albicelestes por el Grupo F. Aquella derrota fue determinante para que el equipo de Marcelo Bielsa, que llegaba con cifras históricas tras hacer una Eliminatoria espectacular, quedara afuera de la Copa del Mundo en primera fase. Aunque esa es otra historia. Hoy, quince años después de aquel episodio, Beckham anunció que dirá adiós al fútbol.
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