ÁNGEL HUGO PILARES @angelhugo Redacción online
Cuatro años antes del Mundial de México 86, Argentina se había rendido en una guerra que hoy cumple su 30 aniversario. Cuatro años antes de ese partido, un Maradona lleno de sentido nacionalista había donado 100 millones de pesos al Fondo Patriótico Malvinas Argentinas. Eso ocurrió cuatro años antes de que Diego vengara la derrota con el ‘Gol del siglo’ y la ‘Mano de Dios’.
Fue el 22 de junio de 1986, y el propio Maradona dice que no olvidará jamás ese día. En la previa, consultado por periodistas, mintió: dijo que la guerra de las Malvinas no tenía nada que ver con ese partido. El mismo confesó años después lo contrario.
Era como ganarle más que nada a un país, no a un equipo de fútbol () Sabíamos que habían muerto muchos pibes argentinos allá, que los habían matado como a pajaritos Y esto era una revancha, era recuperar algo de las Malvinas () ¡Un carajo que iba a ser un partido más!, cuenta el hoy técnico en su libro autobiográfico Yo soy el Diego.
Esa tarde en el estadio Azteca, Maradona robó un gol y lo tapó haciendo un golazo. Porque el primer tanto fue con la mano y era, dicen cerca al río de La Plata, como ‘afanarle’ algo a quien te robó primero. Como robarle la cartera a un inglés, dijo su autor. Pero el segundo, en el que corrió 60 metros en diez segundos, contra seis ingleses que salían a matarlo, fue la humillación del enemigo. Porque treinta años, hoy, no parecen ser nada y en esa época los cuatro años que habían pasado desde el fin de la guerra estaban a solo un paso.
Y eso le hizo ganarse odios. Peter Shilton, muchos años después y ante unas supuestas disculpas por el gol con la mano, respondió que Diego le enferma. Pero estos no solo vinieron de un jugador, sino de un pueblo: en 1999 el gobierno de las Islas Falkland anunció que no iba dejar entrar al campeón del mundo a su territorio por cocainómano, aunque todos saben que los motivos de la prohibición no estaban en su nariz, sino en sus pies (y en su mano).
Los dos goles que aquel día anotó Maradona robó un gol fueron una reivindicación. Él dice que lo hizo por los soldados fallecidos en una guerra terrible, pero hay alguien más que debió haberse sentido reconfortado: Osvaldo Ardiles, el ‘crack’ que en 1982 jugaba en el Tottenham y tuvo que escuchar, cada que tocaba la pelota, cómo la barra de ambos equipos gritaba ¡England, England, England!. Todo porque había dicho ante los medios de ese país que las Malvinas eran argentinas. Su primo, un combatiente, había muerto una semana antes bombardeado por un avión caza inglés.