Marco Quilca León

“Dieguito, qué lindo que escribes”. Las palabras envueltas de sorpresa y orgullo que viajan a través de una llamada telefónica desde Buenos Aires hasta México DF son de Dalma Salvadora Franco, Doña Tota, el gran amor de Diego Armando Maradona, la leyenda que hoy, domingo 30 de octubre, cumple 62 años. Y la única mujer en la tierra que era capaz de influir en él, en sus decisiones. Se estaba jugando el Mundial de México 86 y el Diego se convertía en ‘D10s’ sobre el césped y en una suerte de periodista en sus ratos libres “escribiendo” columnas para el diario “Tiempo Argentina”. Como si supiera que levantaría la copa el 29 de junio de 1986 -un día como hoy- en el estadio Azteca, dejó para la videoteca goles (5), asistencias (5) y gambetas, y para la hemeroteca textos que hoy son reliquias.

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