Marco Quilca León

Es abril del 2010 y la hermosa noche parece prestarse para una jornada inolvidable en el Camp Nou. Ahí, en el mítico estadio del FC Barcelona que está repleto con más de 90 mil hinchas azulgranas, los dirigidos por Pep Guardiola sueñan con remontar la serie ante el difícil Inter de Milán de José Mourinho por las semifinales de la Champions League. El partido es tenso, tanto dentro como fuera del campo. Mientras los jugadores luchan cada balón a muerte, en la zona técnica hay un duelo aparte que llega a su límite cuando el entrenador portugués abandona su zona y se acerca a susurrarle algo al oído al catalán mientras este le da indicaciones a Ibrahimovic. Una imagen icónica.

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El Barza terminó ganando 1-0 con gol de Gerard Piqué, pero se quedó fuera por el 3-1 del Inter en el duelo de ida. Pep y los suyos lamentaban la chance de avanzar a su segunda definición consecutiva luego de consagrarse una temporada anterior. Mientras tanto, ‘Mou’ celebró a su más fiel estilo: pese a que el club catalán había abierto los aspersores de agua, el luso corrió por todo el césped como niño bajo la lluvia con una sonrisa totalmente desafiante y con el número uno dibujado en su índice.

Es muy probable que ninguno de los técnicos imaginara que esa noche iba a dar inicio a una de las rivalidades más encarnizadas en la historia del fútbol. No lo imaginaban por un par de razones: ambos habían coincidido años atrás en el Barza, cuando el portugués era ayudante de Bobby Robson y el catalán era aún un inteligente volante central; y porque ya se habían enfrentado dos veces en la fase de grupos de esa Champions sin ningún tipo de problemas. Pero no fue así. Aquel día, en el Camp Nou, la guerra entre ambos empezó.

La rivalidad Guardiola-Mourinho cruzó todos los límites cuando Florentino Pérez decidió contratar a ‘Mou’ en busca de que el Real Madrid le compita al superpoderoso Barcelona que había construido Pep. Los duelos pasaron, Guardiola llamó “el puto amo” a José en una recordada conferencia de prensa previo a las semifinales de Champions 2011, y las grescas en medio de los choques no se hicieron esperar. Se enfrentaron once veces en el clásico español con un balance de cinco victorias para el Barza, dos para el Madrid y cuatro empates.

Con una filosofía totalmente opuesta a la otra -Pep con su ‘tiki-taka’ y Mou con su estilo ultra defensivo-, los entrenadores supieron dividir al mundo del fútbol. Pasaron los años, se fueron a otras ligas, pero el caprichoso destino podría volver a enfrentarlos una vez más. Si este miércoles (2 p.m. / ESPN), la Roma de Mourinho vence al Sevilla en la gran final de la Europa League, y el próximo 10 de junio, el Manchester City de Pep hace lo propio ante el Inter de Milán en la definición de la Champions League; los entrenadores se verían las caras en la Supercopa de Europa.

Para que llegue a darse ese escenario -que todo el mundo espera- claramente tienen que ganar la Roma y el City, dos equipos con panoramas totalmente distintos. La ‘Loba’ parte como la sorpresa porque enfrente estará el Sevilla, que básicamente es como el Real Madrid de la Europa League: es el más ganador con seis títulos y la estadística favorable de no haber perdido ninguna final. Los italianos, por su parte, ganaron una Copa UEFA (antecesor del presente torneo) en 1961 y 30 años después perdieron una final ante el Inter; aunque en el banco tendrán a un técnico que dirigió cinco finales europeas y las ganó todas. Además, ya sabe lo que es ganar el certamen: lo hizo en la temporada 2016-17 con el Manchester United.

El City, por su parte, afrontará su segunda final de Champions luego de caer en 2021 ante el Chelsea, ambas serán con Guardiola como guía. Esta vez parten como favoritos luego de haberse sacado de encima y con total justicia al Bayern Múnich y Real Madrid. Aunque en frente estará un Inter de Milan -el exclub de Mourinho- que buscará su tercera estrella de la mano de Lautaro Martínez.

Por ello, en la previa del primero de los duelos (el Roma vs. Sevilla), gracias a la invitación de ESPN, Deporte Total conversó con dos leyendas del fútbol acerca de la rivalidad entre Mourinho y Guardiola, y el posible escenario de una final europea entre ambos. Mario Alberto Kempes, campeón del mundo con Argentina en 1978; y Hugo Sánchez, perteneciente a la ‘Quinta de El Buitre’, una de las mejores generaciones en la historia del Real Madrid, analizan así a ambos entrenadores.

La palabra de Kempes y Sánchez

Mario Alberto Kempes es uno de los grandes ídolos del Valencia, club con el que ganó una Copa del Rey (1978-79), una Recopa de Europa (1979-80) y una Supercopa de Europa (1980). Incluso una de las tribunas del estadio Mestalla llevan su nombre. Por eso, el argentino campeón del mundo vivió de cerca la rivalidad entre Pep Guardiola y José Mourinho en esos años lujosos de la liga española.

“Son dos mentalidades muy ganadoras, de las que normalmente no se ven. Cuando se juntaron en España, hicieron que todos los años fuera un espectáculo para el mundo del fútbol. Uno con el Real Madrid, el otro con el Barcelona. Sinceramente, el hincha disfrutaba cada vez que había un clásico”, empieza contando.

“Si buscamos diferencias entre ambos, no la busquemos por los títulos porque son ganadores. Las diferencias están en la forma de encarar los partidos. Guardiola ha seguido la filosofía del Barcelona y la instauró en este Manchester City, creo que apoyado porque tuvo la posibilidad de dirigir a jugadores canteranos del Barza y eso lo ayudó. En cambio, Mourinho, así como en el Madrid, tuvo que armar equipos con jugadores de otros lugares”, añade.

Para Hugo Sánchez Márquez, apodado el ‘Niño de Oro’ y recordado por desatar una “guerra” al pasarse del Atlético de Madrid al máximo rival de la capital, hay algo que resaltar tanto de Mourinho como de Guardiola: “Le enseñaron al mundo que en el fútbol se puede ganar siendo ofensivo o defensivo”. “El fútbol de Guardiola es más espectacular, más ofensivo, con mucha posesión de balón. El de Mourinho es de controlar los ataques del rival para hacerse luego con el juego en base a contragolpes”, agrega.

Tan crack como polémica, entre risas también, ‘Hugol’ propone algo quizá impensado en la actualidad, sobre todo en este contexto en el que ambos pueden ganar un título europeo. “Ambos han estado en muy buenos equipos con mucho dinero, pero a mi me encantaría que, antes que se retiren, vayan a un equipo que pelea el descenso a ver si esas cualidades y virtudes en sus estilos se mantienen”.

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