Barcelona enfrenta hoy al Deportivo Alavés por la final de la Copa del Rey. (Foto: Agencias)
Barcelona enfrenta hoy al Deportivo Alavés por la final de la Copa del Rey. (Foto: Agencias)
Arturo León

La última vez que  jugó con Alavés el duelo acabó 6-0. Marcador de escándalo a favor de los culés. ¿Alguien cree que los dirigidos por Luis Enrique no ganarán la Copa del Rey? Calculo que ni siquiera los hinchas albiazules imaginan un resultado diferente. Sueñan, claro, y cualquier cosa puede pasar en el fútbol, pero las probabilidades existen por algo. Entonces, cabe preguntarse, ¿puede el título de la Copa del Rey ‘borrar’ la mala temporada del Barza?

Yo creo que no. La Copa del Rey es un título importante en España porque tiene muchísima tradición. Está en su edición número 113, recibe equipos de otras divisiones, pero no es más que eso. Clubes como Barcelona y Real Madrid no enfrentan rivales de calibre sino hasta los cuartos o semifinales. De hecho, tanto culés como merengues utilizan suplentes hasta estas fases. Y basta con que uno de los dos tropiece en octavos o cuartos para que el camino quede libre al otro. Atlético y Athletic dan pelea. Nada más. Lo del Alavés fue una sorpresa. En sus 96 años disputará por primera vez la final.

Barcelona, en cambio, y creo que es lo que más se puede rescatar del cuadro culé en caso logre el título, tiene 28 copas y puede alargar la diferencia sobre el Bilbao (23) y Real Madrid (19). Por lo demás, la temporada de los dirigidos por Luis Enrique ha sido mala. Peleó la Liga Española y llegó a cuartos de Champions, pero en el caso de los azulgranas importa mucho el cómo. Y el cómo, este 2016-2017, estuvo muy lejos de cubrir las expectativas de los hinchas. No solo en lo que respecta a los movimientos ofensivos, sino también, a la parte defensiva.

Falló el colectivo y también las individualidades. Piqué y Mascherano completaron una temporada para el olvido. Faltos de ‘timing’, lejos de sus mejores versiones físicas, sufrieron ante PSG y Juventus como muy pocas veces en sus carreras. Tras la salida de Dani Alves, cuya presencia parecía un problema, el Barcelona se encontró con más dificultades. El fichaje de Aleix Vidal prácticamente fue en vano, mientras que Sergi Roberto, pese a anotar el gol que permitió la remontada ante PSG, no se acercó ni al nivel más bajo mostrado por el brasileño.

Si algo tenía que reforzar, con jugadores de alto nivel, era la defensa. Mathieu es otra muestra de lo mal que eligió. Cuando faltó Jordi Alba, lo del francés fue calamitoso. Y pasó algo similar con Busquets. El volante central, eje principal del juego y recuperación de la pelota, tuvo una de las temporadas más bajas. Sus reemplazos, André Gomes y Mascherano, no estuvieron a la altura.

De los de ataque, hay muy poco para criticar. Messi fue el pichichi, Suárez se cansó de hacer goles de todo tipo y Neymar demostró que es capaz de tirarse el equipo al hombro. El problema fue cuando faltó uno de ellos. A Paco Alcácer y Arda Turan casi ni se les recuerda.
La Copa del Rey será celebrada, sin duda. Está bien porque es cerrar la temporada con un título al menos, pero de ninguna forma tapará el fracaso en las otras dos competiciones. Barcelona puede levantar hoy la copa, pero de ninguna forma será el rey. Eso será para el equipo merengue o a la Juventus.

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