El delantero sueco Zlatan Ibrahimovic ha vuelto a expresarse contra el entrenador español Pep Guardiola por el trato que recibió en el Barcelona: Es un fantástico entrenador. Pero ¿cómo persona? Es un cobarde. No es un hombre, dijo en una entrevista del semanario alemán Der Spiegel.
Ibrahimovic, actual jugador del París Saint Germain, repasó en la entrevista los motivos de su salida del Barcelona y su polémica relación con Guardiola, quien, dice, no tiene huevos.
Me sacrificó por Lionel Messi y no tuvo el valor de decírmelo, apunta. Según el relato de Ibrahimovic, que deja claro que Messi es un futbolista brillante, él había conseguido marcar más goles que el argentino, pero éste se quejó ante Guardiola y eso supuso un problema, porque Messi era su estrella.
El sueco recrimina a Guardiola que nunca le explicara por qué le sentaba en el banquillo y asegura que no tiene nada contra sus ex compañeros del Barcelona, aunque cuestiona su actitud en el vestuario: Siempre asentían cuando ‘Pep’ decía algo. Como colegiales delante del maestro.
Ibrahimovic, que había jugado en el Inter a las órdenes de Jose Mourinho, comparó a ambos entrenadores y Guardiola no sale bien parado. Mourinho no necesita jugar un papel. El otro quiere ser perfecto. Tiger Woods también quería ser perfecto. ¿Y qué pasó? Pues lo mismo con Guardiola. Todo el mundo tiene un lado oscuro, señala.
Confiesa que habría dado la vida por el portugués y elogió su inteligencia y su capacidad de motivar a los jugadores frente al discurso filosófico de Guardiola, una mierda para los avanzados.
Mourinho, continúa, es capaz de lidiar con las diferentes personalidades y siempre ha asumido retos difíciles, como ahora el Chelsea, mientras que Guardiola los evita.
¿Por qué ha elegido el Bayern Múnich? Porque es un equipo que funciona también sin él. Era completo. Ha llevado a nuevos jugadores, pero no los necesita, apunta.
Preguntado sobre si se imagina jugando un día en la Bundesliga, reconoce que el Bayern sería un destino de primera categoría, pero, naturalmente, cuando se vaya Guardiola, precisa.
Sobre las millonarias sumas que mueve el negocio del fútbol, con el fichaje del galés Gareth Bale como máximo exponente, recuerda que el Real Madrid pagó por él 76 millones de euros.
No valía esa suma. ¿Cien millones por Bale? Tampoco. El sistema está enfermo. Los contratos que firmamos son una locura. Ningún jugador vale ese dinero, afirma.