Luego de consumar el histórico triplete con el Bayern Múnich, Jupp Heynckes, el entrenador más codiciado del fútbol europeo, se enfrenta ahora a una de sus decisiones más complejas.
A pesar del excelente estado de ánimo reinante, el entrenador, que en julio dejará su puesto en manos del español Josep Guardiola, no quiso hablar sobre sus planes futuros, limitándose a repetir que el martes ofrecerá una conferencia de prensa en Múnich.
¿Habrá un retiro dorado en una residencia de lujo donde el entrenador responderá consultas como un sabio venerable, o a sus 68 años Heynckes dará la sorpresa y asumirá nuevos desafíos en el fútbol?
Podría ser que se ponga a entrenar algún otro equipo y nos complique la vida, dijo el jugador del Bayern Daniel van Buyten tras la victoria del sábado por 3-2 ante el Stutgart en la final de la Copa Alemana, que permitió a los bávaros lograr el histórico triplete de ganar Copa, Bundesliga y Champpions League en una misma temporada.
Pero si hay que creer lo que el mismo entrenador anticipó, el fútbol alemán es una posibilidad que debe descartarse. Lo que sí se considera es que se confirmen los rumores de los últimos días, que lo ubican como sucesor de José Mourinho, que el sábado se despidió del Real Madrid.
HEYNCKES, EL AMIGO QUE SE VA Yo le aconsejaría que después de este éxito inigualable se abstenga de volver a entrenar equipos. Más de lo que consiguió en el Bayern no puede lograr, opinó el presidente honorario del club, Franz Beckenbauer.
Tal vez, si tuviera ganas, podría entrenar a una selección nacional o asumir como director deportivo, eso le aconsejaría, agregó. Los elogios que recibió de parte de los dirigentes del Bayern dejan ver de todos modos que es ya un miembro más de la familia bávara. Siempre tendrás la puerta abierta, siempre te recordaremos no solo por los éxitos logrados, sino también por tu humanidad, le dijo el jefe de la junta directiva del club, Karl-Heinz Rummenigge. Lo que nos dio no se computa en oro. Se va como un gran amigo, añadió.
El presidente del Bayern, Uli Hoeness, no fue menos elogioso con su compañero de trayectoria, que coronó casi 35 años como entrenador con la temporada récord del club bávaro. Siempre fue un gran entrenador, una gran persona, pero ahora se ha convertido en un gran estratega, definió.
Hasta el sábado por la noche, el único título que le faltaba a Heynckes era la Copa Alemana, trofeo que brilla mucho más ahora que forma parte de la triple corona.
ELOGIADO Y OVACIONADO A diferencia de su despedida de la Bundesliga, hace dos semanas, en la final de la Copa a Heynckes no se lo vio llorar. Controla de modo fantástico sus emociones, comentó el ex futbolista Matthias Sammer, director deportivo del Bayern.
Jupp Jupp Jupp, bramó largamente el estadio Olímpico de Berlín después del partido. El entrenador, convertido en el héroe de la noche, se limitó a caminar por el campo mientras sus jugadores se hincaban ante él para después levantarlo en andas.
Más tarde, Franck Ribery secó el rostro del entrenador con su propia camiseta. Uno absorbe la atmósfera. Esto fue gigante, una cumbre completa, dijo Heynckes sobre esos momentos únicos e inolvidables, que podrían ser los últimos de su carrera.