La Ligue 1 de Francia fue la primera en iniciar su temporada. PSG aparece como máximo candidato para ganarla. (Foto: EFE)
La Ligue 1 de Francia fue la primera en iniciar su temporada. PSG aparece como máximo candidato para ganarla. (Foto: EFE)
Jerónimo Pimentel

Como todos los años, la ha sido la primera en iniciar acciones en esta temporada y, más allá de la megacontratación de , con todos los fastos y debates éticos que ello ha conllevado, vale la pena atenderla.

El contexto es interesante. La quinta Liga de Europa lucha por cobrar un protagonismo empujado, en los últimos años, por dos clubes franquicia sustentados por ingresos extrafutbolísticos: el PSG y el Mónaco. Los dos contendientes tienen retos propios. Los parisinos deberán justificar futbolísticamente la llegada de Neymar, quien acompañado por un elenco de estrellas sudamericanas (Cavani, Pastore, Di María, Alves, Silva) y volantes dotados (Rabiot, Verrati, Matuidi, Draxler) tiene a la Champions League como objetivo central desde hace demasiado tiempo. ¿Cuán satisfactoria será para los cataríes esta operación con ánimo de hobby sin dicho trofeo en la vitrina? Los del Principado, por su parte, tendrán una tarea muy distinta: restablecer su plantel sin perder competitividad luego de las salidas de Mendy, Bakayoko y Bernardo Silva, a quienes podría acompañar Mbappé en cualquier momento. Si el joven galo es listo, debe saber que el momento de emigrar es ahora.

Conjuntos más tradicionales, como el Olympique de Lyon y el Olympique de Marsella, se han convertido en equipos vendedores (Lacazette) o de reciclaje (Payet), por lo que difícilmente podrán competir contra las fortunas que sustentan planteles en modo ‘dream team’. Aun así, tienen algunas armas. El Lyon, sobre todo, ha acertado con las contrataciones de Mariano Díaz (Real Madrid) y Bertrand Traoré (Chelsea), lo que confirma el olfato para la compra-venta de Aulas, el presidente del club, quien entiende perfectamente cuál es el negocio de su institución y ha sabido dotar de solidez y estabilidad a un conjunto que habita perfecto en la clase media europea. El equipo marsellés, de la mano de Rudi García, deberá cuajar el juego de un plantel que no ha tenido aún grandes contrataciones, salvo quizás por la llegada de Luiz Gustavo. Mantener una base también es una estrategia válida, por lo que se espera que García demuestre las virtudes que exhibió cuando le tocó dirigir en Roma.

Hay algunas otras noticias menores en la Ligue 1 que encienden el optimismo. La mejor de ellas, la llegada de Marcelo Bielsa al Lille. El entrenador argentino tiene una gran capacidad para armar equipos chicos y hacerlos fuertes en posiciones aparentemente desfavorables. Ha contratado bien (Luiz Araujo y Thiago Mendes del Sao Paulo, Thiago Maia del Santos) y ha empezado la temporada con una bonita goleada ante el Nantes de Ranieri, lo que de alguna manera anticipa que el pequeño club norteño puede convertirse en un animador.

Con estos añadidos, se podría esperar que los franceses se vuelquen a los estadios de una manera más fervorosa, en correspondencia con las grandes inversiones que desde hace un buen tiempo animan su torneo profesional. Que la Bundesliga 2 siga teniendo un promedio de asistencia superior a la Ligue 1 es un indicador que debería, más temprano que tarde, cambiar.

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