Era el minuto 89. Argentina ganaba 3-1 a Suecia en Estocolmo. De pronto las acciones se paralizaron. Un nervioso Messi era protagonista de la televisión. Un aficionado de gorro negro y con la camiseta de Barcelona con el nombre de Lio entró al campo y besó y abrazó a su ídolo. Luego se persignó y se fue de la cancha reducido por los agentes de seguridad.

Al final Argentina derrotó 3-2 a Suecia. Aunque Messi se quedó con las ganas de festejar. De hecho, anotó pero el arquero rival la sacó de la línea. Fue una jugada polémica. “Para mí entró, pero no pasa nada. Lo importante es que se ganó y jugando bien”, resaltó el crack del Barcelona.

Los resultados ayudan para seguir creciendo, agregó Messi, capitán del equipo que dirige Alejandro Sabella. “Me encuentro bien, es un grupo muy lindo. Ganar ayuda y mucho, hace que se miren de otro modo las cosas”, concluyó.