Marco Quilca León

Si las miradas hablaran, la de Lionel Messi a Mauricio Pochettino en la victoria del PSG (2-1) ante Lyon dejó un claro mensaje: no le agradó para nada ser cambiado. Porque el marcador estaba igualado cuando dejó el campo -a los 75′- por Achraf Hakimi, y porque obviamente es un competidor nato que odia dejar ser reemplazo en medio de un encuentro. Quiere jugar los 90 minutos y cada partido de la temporada, así esté con alguna molestia física como en la final de la Copa América 2021 ante Brasil o en las semifinales del mismo torneo frente a Colombia en el que acabó con el tobillo ensangrentado. De hecho, las estadísticas ayudan a entender su molestia contra su técnico: desde 2010, Leo solo había sido sustituido 17 veces en 370 partidos.