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Lionel Messi anotó un gol, pero no pudo evitar la caída el Barcelona en la final de la Copa del Rey. (Foto: AP)
Marco Quilca León

El fútbol es cíclico, de rachas. Es como una montaña rusa. Un día puedes estar en la cima a punto de ganar todos los torneos que disputas y al otro quedarte sin nada. Para y el , la temporada 2018-19 ha sido como ese juego de atracción. Pasaron de ganar la octava liga en once años a ser eliminados de la Champions League con una vergonzosa goleada en Anfield y perdiendo la Copa el Rey, el único campeonato que más veces la ganó (30).

Tras la dolorosa caída ante el Liverpool, lo único que le quedaba al Barza para cerrar la campaña con una sonrisa era ganar por quinta vez consecutiva el campeonato más antiguo de España. Sin embargo, es casi imposible afrontar una final con la herida de la Champions aún abierta. Leo lo demostró así en cada mensaje dado en la conferencia de prensa que brindó el último viernes. Y el sorprendente Valencia de Marcelino lo supo aprovechar. Solo bastaron dos goles (Kevin Gameiro a los 21’ y Rodrigo a los 33’) para sentenciar el partido que terminó 2-1 con el descuento de Messi (73’).

El técnico del conjunto ‘che’ no hizo un planteamiento ultradefensivo para asegurar su arco en cero. El único mandamiento para sus futbolistas era tapar a Leo. Nada más. Porque este Barza, sin su ‘10’, es un equipo deslucido y sin ideas. Peor aún si no está su socio Luis Suárez. Con el uruguayo en las tribunas por una lesión y el argentino acorralado, el Valencia no tuvo problemas en la primera mitad. En el segundo tiempo, con el cansancio que se hacía presente, Messi marcó el descuento. Pero ahí nomás.

—La otra cara—

Como se dijo párrafos antes, el fútbol es una montaña rusa. Pero así como el Barcelona pasó de estar en la cima a caer sin frenos, el Valencia de Marcelino fue todo lo contrario. Desde que el técnico asumió la dirección técnica del conjunto blanco (en mayo del 2017), el cuadro ‘Che’ tuvo una de sus mejores temporadas en años. Terminó cuarto en la Liga detrás de los tres grandes (Barza, Atlético de Madrid y Real Madrid), llegó a las semifinales de la Europa League luego de cinco años y levantó ayer la Copa del Rey, un trofeo que no ganaba desde el 2008.

Marcelino ha aportado para la catástrofe azulgrana en esta temporada. De los tres encuentros que disputaron, sacó dos empates y una victoria. El único y último triunfo (el más importante también) se dio ayer y fue el sello para un 2018-19 de terror para el Barza. Messi, con los títulos individuales, puede salvarse; aunque su actitud y su poca influencia en los duelos cruciales lo condenan.

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