Bordacahar se toma el rostro luego de haber conseguido la épica con dos cabezazos. (Photo by Diego Ramos / AFP)
Bordacahar se toma el rostro luego de haber conseguido la épica con dos cabezazos. (Photo by Diego Ramos / AFP)
/ DIEGO RAMOS
Renzo Gómez Vega

Es injusto generalizar en la tragedia. Pero se ofrecen disculpas y se aprende. Desde el sur del país, el volcánico Melgar abofeteó a todos quienes los metimos en la misma bolsa de los perdedores del fútbol peruano. Porque lo que hizo ayer, en el estadio de la UNSA, fue aleccionador.

Tenía todo en contra: un rival brasileño y tres puntos menos que , que alistaba un fin de fiesta en Avellaneda ante River Plate de Uruguay. Pero nunca dejaron de intentarlo.

Archimbaud anda dulce: la pelota lo buscó para el primer gol. | Foto: Leonardo Cuito
Archimbaud anda dulce: la pelota lo buscó para el primer gol. | Foto: Leonardo Cuito

Los dirigidos por Néstor Lorenzo salieron a la cancha embravecidos, con el gran objetivo de regalarse un triunfo, y de competir hasta el final. Si no les alcanzaba, se quedaban con la conciencia tranquila.

, el hijo de Lalo, anotó el primero a los 38′, en una clara muestra de que anda ‘tocado’. La pelota lo buscó, y él la añadió apenas con un roce.

Gustavo Nescause quiso hacer de aguafiestas y empató el juego a los 61′. Pero nadie aflojó. Menos un pueblo que sabe mantenerse firme, en una región que siempre tiembla.

En Argentina, un River menos ilustre le concedió a Melgar la posibilidad de lavarle la mugre al fútbol peruano cinco minutos después, con el sorpresivo gol de Salaberry.

Melgar tenía que ganar, pero además por dos goles para adueñarse del Grupo B, y sacar de un empujón a uno de los punteros del fútbol argentino, uno que incluso está por encima del River de Gallardo, el ‘némesis’ de los blanquiazules. Ay de quien se le ocurra desmerecer esto.

Entonces, a falta de nada, con el reloj en contra, Cristian Bordacahar fungió de Benzema en una de las grandes remontadas que solemos verle al Real Madrid y logró, con el poder de su cabeza, lo que parecía imposible: los dos goles que les faltaban. El primero a los 85′ y el segundo a los 89′.

Melgar sumó doce puntos como Racing, pero con dos goles más a su favor. Se avecinan los octavos. Que nadie los meta en la misma bolsa. Porque son de otro costal.

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