Renzo Gómez Vega

Mientras la UNSA es un hervidero de renegones que aplauden y putean a la vez al final del partido, un hombre arrodillado reza. Es Daniel, el arquero del . O para ser más justos: un hombre que trabajó horas extras en Arequipa.

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Melgar fue una fábrica industrial que produjo ocasiones de gol en serie. Mantuvo al público cautivo, parado sobre su asiento, con las manos haciéndose puño, y el grito de gol en la punta de la lengua.

Daniel fue la gran figura del partido. FOTO: Fernando Sangama.
Daniel fue la gran figura del partido. FOTO: Fernando Sangama.
/ FERNANDO SANGAMA

Y lo dejó así, extenuado, impotente y soñador.

Porque este Melgar que gana y pierde con lo justo tuvo un jugador más que los brasileños desde el minuto 65, cuando Alemao le dejó el codo al ‘Chaca’ Arias. Una ventaja que cayó del cielo, y pasó de frente.

Es más, el ‘Colorado’ tuvo la oportunidad de silenciar a todo un pueblo, cuando Edenilson quedó mano a mano con Cáceda tras una salida en falso de Deneumostier.

Juan Reynoso, el técnico de la selección, tomó apuntes en la UNSA. FOTO: Fernando Sangama.
Juan Reynoso, el técnico de la selección, tomó apuntes en la UNSA. FOTO: Fernando Sangama.
/ FERNANDO SANGAMA

Por fortuna, hace rato Cáceda ha recobrado los reflejos, y aquella huachafa condición de “jugador de selección”.

Con la presencia de Juan Reynoso en la tribuna, eso se potenció. Por lo menos cinco nombres merecen la atención del nuevo entrenador de la selección: además de la ‘Pantera’, los laterales Ramos y Reyna, dos cometas en nuestro lánguido firmamento; Arias, el infatigable volante mixto que patea córneres; y Kenji Cabrera, un extremo desvergonzado de los que están en vías de extinción.

Un sabio consejo

A los 31 minutos del primer tiempo, Bernardo Cuesta había disparado siete veces. Cinco de esas ocasiones se dirigieron hacia el arco. Claramente, les había ‘comido’ el vivo por arriba y por abajo a Vitao y a Gabriel Mercado.

Pero no siempre el ataque sorpresa es el más eficaz. A veces hay que tomarse una pausita en el área para resolver. Alguien llamado Romario sabía algo de eso.

El argentino más querido de la Ciudad Blanca abusó del remate sorpresivo en ocasiones, cuando debió trasladar un poco más el balón. FOTO: Fernando Sangama.
El argentino más querido de la Ciudad Blanca abusó del remate sorpresivo en ocasiones, cuando debió trasladar un poco más el balón. FOTO: Fernando Sangama.
/ FERNANDO SANGAMA

Genaro Neyra también, cómo no. El goleador del Melgar que salió campeón en 1981 le aconsejó en la previa: “No juegues enojado, Bernardo, diviértete. A veces el enojo te quita claridad”.

Y vaya que no la tuvo. Asustó a sus marcadores, le hizo sudar frío a Mano Menezes, pero no la clavó.

En el último tramo, las fintas a cinco kilómetros por hora de Quevedo y Vidales no fueron solución. Lástima la lesión de Bordacahar, y la amigdalitis de Iberico. Joel Sánchez, a sus 33 años y sin continuidad, difícilmente iba a vestirse de salvador.

Empate a cero que deja más rabia que serenidad. Pero Melgar nos mantiene expectantes. Hasta el próximo jueves.