(Foto: Diario La Industria)
(Foto: Diario La Industria)
Miguel Villegas

Existen fotos que resumen sueños y fotos que duermen años en los archivos. O nunca se publican o son momentos Kodak. La foto de ese Alianza Lima 1987 en Pucallpa, el equipo que posa para los reporteros
y ‘Caíco’ Gonzales Ganoza, el arquero y capitán del plantel, mundialista del 78, el tío de Paolo, se distrae y se sale del cuadro y malogra una imagen que debería ser perfecta: la última de Alianza antes del accidente aéreo del Fókker. O la clásica postal del ídolo de Universitario Lolo Fernández –la mano izquierda en la cintura, la derecha en caída libre– que se ha multiplicado por miles en banderas, pósteres, cuadros, estampitas. La primera portada de como técnico profesional tiene el efecto contrario a estas gráficas: nadie hablaba de ella hasta que clasificó a su primera Copa del Mundo.

Luego, todos la vieron, todos estuvieron; todos se tomaron una con él.

El 8 de enero del 2002, “Campeón”, el suplemento deportivo del diario “La Industria” publicó una fotografía a seis columnas con la que era, para los chiclayanos, la noticia del día. Es una imagen del momento inaugural en la vida del entrenador argentino: Jorge Sampaoli le da la mano a uno de los trabajadores del JuanAurich con la misma postura con que lo veríamos años después por la TV de cable: un hombre con la talla de ropa equivocada. En la camiseta piqué que usa Sampaoli dice Lava+Activa y ni siquiera es parte de la indumentaria oficial del club. Es una camiseta pirata del Alavés de España. No tenía más ropa.

(Foto:
(Foto:

–Yo estaba en el hotel Garza Real, donde hicimos la presentación, recuerda Martín Salazar, el primer gerente deportivo de Sampaoli, el hombre que redactó su primer contrato como profesional.

Martín es hijo de Juan José Salazar, presidente de Juan Aurich en el 2002, ‘Chiquitín’. Todavía no sabía que su padre iba a ser ministro de Agricultura. Todavía no sabía que iba a quedar en la historia como el primero que creyó en Sampaoli y le dio trabajo en el Perú.

Hoy no existe más ese hotel. Y tampoco existen los negativos de esas fotos.

– ¿Y recuerdas quiénes acompañaron a Sampaoli?
– Me parece que el señor que le da la mano es…, espérame. No lo tengo claro… Espera. Ah, Ricardo Zúñiga es quien está a su lado. Era nuestro preparador de arqueros.
–¿Cuándo le presentaste a Kukín, la figura y la ‘figura’ de ese equipo?
–Le fui contando poco a poco. Pero fue ese día, en el Garza. Aunque ni siquiera fue necesario: Jorge ya lo sabía todo de él. A los dos días me llamó a las 4 a.m. para pedirme un VHS: quería ver unos videos. No podía creerlo. ¡Eran las 4 a.m.!

Ni la ‘U’ de Cappa hizo más amistosos previos al Apertura 2002. Ese Aurich de Sampaoli se preparó como si se acabara el mundo: goleó a Coopsol (5-0), perdió con Boys (1-2) y empató con Cristal (2-2) y Olimpia de Piura (0-0). Videos, charlas. Eran las primeras pistas sobre el tipo de técnico que proyectaba Sampaoli. La verdadera foto. La imagen que nadie ve.

La foto se ha viralizado en redes sociales y es natural que a partir de ella se construyan cientos de historias. “Solo quienes lo conocimos sabemos quién es Sampaoli”, dijo una vez Kukín Flores, el jugador que más abrazos recibió del próximo entrenador de Argentina. El autor de la imagen es Lolo Ayasta, un fotoperiodista chiclayano de 58 años que en aquel entonces reporteaba deportes con su cámara de rollo. Al teléfono, dice que el día que se fue de “La Industria” olvidó quedarse con esos negativos: “Hoy ya no existen en el archivo, desaparecieron”. Ayasta habla de Sampaoli como quien ha sido testigo de un ovni: parece imposible haberlo visto todo chiquito e inexpresivo. La historia de Sampaoli está llena de estos episodios.

Por eso, guarda siempre una copia cuando te tomes una foto. Cuando seas grande, la vas a querer volver a ver.

Contenido sugerido

Contenido GEC