Resultaba difícil imaginarlo hace solo dos semanas, pero bastaron 90 minutos para que el Real Madrid resurgiera de sus cenizas y traspasara la depresión a un Barcelona que ahora vive su momento de mayor desconcierto en cuatro años y medio.
Un clásico es mucho más que un partido, según se demostró el martes. El Real Madrid no sólo ganó 3-1 en el Camp Nou y se clasificó para la final de la Copa del Rey, sino que reforzó su confianza hasta extremos próximos al infinito. Todo lo contrario que su rival.
Madrid amaneció hoy vestida de blanco por la nieve, toda una metáfora del sentimiento de orgullo que manifestaron los hinchas del Real tras el partido del Camp Nou.
“Sublime exhibición”, “equipazo”, “memorable”, “cambio de ciclo”; los elogios se encadenaron hoy en un sinfín en la prensa de Madrid. Son adjetivos que, por otra parte, se atribuían al Barcelona hace solo dos semanas, cuando el equipo azulgrana parecía viajar en avión hacia los tres títulos en disputa que le quedaban en esta temporada.
EL FINAL DE LA PESADILLA Pero el guión de la película dio un giro inesperado y hoy los calificativos dirigidos al Real Madrid hace 15 días van destinados al Barcelona: Triste, desorientado, desconcertado, fuera de forma y fin de ciclo.
Nadie como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi personifican el estado de ánimo de ambos equipos. Mientras el crack del Real Madrid es aclamado hoy por prensa y seguidores como el jugador del momento, Messi pasó el día en la cama tratándose una gripe y escuchando la misma pregunta en cada tertulia: ¿Qué le pasa al argentino?.
Hace dos semanas, el Real Madrid se situaba frente al abismo al ver cómo en unos pocos días se podía despedir de la temporada. Estando a 16 puntos del Barcelona en la Liga española, el equipo blanco se angustiaba con la posible eliminación temprana en Copa del Rey y Liga de Campeones.
Pero solventado con total éxito el primer reto, ahora prepara el partido del martes ante el Manchester United por los octavos de la Champions con el máximo nivel de confianza, como dijo Cristiano Ronaldo tras marcar dos goles al Barcelona.
Es el final de la pesadilla, añadió el portugués recordando la derrota de 5-0 en noviembre de 2012 en el Camp Nou.
BARCELONA SE CAE A TROZOS Pesadillas que el rival azulgrana comienza a tener ante la idea de quedar eliminado el 12 de marzo de la Liga de Campeones. Ni siquiera algo como la Liga española un premio decididamente mayor parece crear ilusión en unos hinchas desconcertados con un equipo que parece estar cayéndose a trozos.
Así es el fútbol, una sucesión de estados de ánimo próximos a una montaña rusa. Hoy es el Real Madrid el que celebra mientras el Barcelona se lame las heridas con cierta actitud de incomprensión, sobrepasado por los últimos acontecimientos.