PEDRO CANELO @jovennostalgico

Con sus bigotes de viejo cocinero italiano, Roberto Rivelino parece un amigable personaje de la saga de “El Padrino”. Ha finalizado la conferencia oficial del tour Coca Cola de la copa del mundo FIFA y este zurdo inolvidable busca su mesa de invitado para descansar un poco. Está cansado, pero aún tiene energías para hacer muecas impredecibles en cada fotografía que le piden. Rivelino sonríe a tiempo completo hasta que a alguien se le ocurre preguntarle por el último Mundial que jugó. En 1978, la alegría no fue brasileña.

Hace ocho años leí una entrevista en la cual usted fue muy duro para calificar el partido entre Perú y Argentina en el Mundial 1978. ¿Se mantiene en decir que fue una vergüenza para el fútbol ese partido? Como dije esa vez, han pasado más de treinta años y nada de lo que diga va a cambiar esa historia. Así se escribió y no queda mucho por hacer. De lo que pasó con tu selección en el 78, prefiero ya no hablar a estas alturas. El fútbol de Perú se manchó en el Mundial de Argentina.

¿Cuánto pudo doler cada gol de Argentina en ese 6-0 que eliminó a Brasil de la final mundialista? Mucho, sobre todo porque fue mi último Mundial con la selección brasileña. Ya estaba en mis últimas temporadas como futbolista de primer nivel. Por respeto a los periodistas de estos países que han venido aquí para la conferencia de la copa, ya mejor no comento más sobre eso. Es muy difícil.

¿Su recuerdo del fútbol peruano cambiará un poco si le menciono el Mundial de México 70? Claro. Ese equipo peruano era fantástico línea por línea. Fue una gran selección con futbolistas fenomenales que luego fue un gusto reencontrar en otras canchas. A pesar del 4-2 final, fue un encuentro muy difícil para nosotros, sin duda de los más difíciles que tuvimos en ese torneo. Es un partido que puedes verlo muchas veces por televisión y sentirás la misma emoción.

¿Qué sintió al heredar la camiseta 10 de Pelé en la selección brasileña? Normal. El número de camiseta no tiene mucho que ver con lo que puedes rendir en el campo de juego como futbolista. Aparte es imposible comparar a Pelé con cualquier otro jugador del planeta. Pude haber usado la 10, la 11; no importaba. No existe jugador que pueda compararse con lo que fue Pelé. A mí no me preocupaba si usaba la 7 u 8. Ya había usado la 10 antes en Corinthians y después en Fluminense. Para mí lo que era relevante tenía que ver con mis posibilidades para ser titular en un equipo y desarrollar siempre mis principales características de juego. Lo importante siempre fue jugar, no el número de camiseta.

Hace un rato, Mario ‘Lobo’ Zagallo me dijo que Neymar es uno de esos futbolistas que le hubiera gustado dirigir. ¿Neymar hubiera encajado en algunas de las selecciones de la década del setenta? Era otro estilo de fútbol, otro estilo, no hay como relacionarlo con el balompié actual. Sin duda otra realidad para atacar y para defender. Hoy tenemos futbolistas de primer nivel, pero sería difícil imaginarlos en uno de los equipos que yo formé.

AHORA O NUNCA ¿Pero Neymar es la gran carta de Brasil? Sin duda. Es el mejor futbolista de mi país. Para nosotros es muy positivo ver su crecimiento como jugador. Está creciendo muchísimo desde que llegó a Barcelona. Ojalá nos dé una mano para cumplir el gran sueño de ser campeones mundiales en casa. Como dije en la conferencia, Brasil no tiene la obligación de ser campeón, pero el país no se imagina otra final después de que termine la copa del mundo.

¿Será el de Neymar entonces? No, más bien creo que será el Mundial de Lionel Messi. Neymar está en su mejor momento, pero lo de Messi es superlativo en el fútbol del mundo. Esperemos que destaque individualmente pero no como equipo [se ríe]. Argentina tiene muchas oportunidades de destacar y será uno de los grandes rivales que tendrá Brasil por el título. Igual, aquí confiamos mucho en el trabajo de Felipao Scolari, sobre todo después de lo que mostró el equipo en la Copa Confederaciones. Argentina llega muy bien, pero Brasil siempre será un favorito donde vaya.

¿Es un orgullo para usted ser uno de los embajadores del Mundial 2014 y de esta gira mundial Coca Cola del trofeo FIFA? Así es, me siento un privilegiado. No son muchos los jugadores los que pueden vivir la emoción y la pasión de poder tocar una copa del mundo. Somos afortunados por haber tenido esa experiencia en nuestras vidas. Miro la copa FIFA desde cerca y siento la felicidad de hace cuarenta y tres años. Los que podemos tocar la Copa somos una minoría, así que tendremos esa alegría para toda la vida.

¿Por eso besó la copa como si fuera la primera vez? Así es, la foto será la misma como en el Mundial de México en 1970. El único que ha cambiado he sido yo. La copa está intacta.

¿Ya están listos para comenzar con la fiebre mundialista? Sí. El 90% de las estadios están terminados; van a quedar muy bien con los arreglos que harán en estos nueve meses. Ya vengan de una vez.

¿Lo halaga que Diego Armando Maradona lo incluya como uno de sus ídolos con la zurda? Esas cosas las agradezco. Solo puedo decirte que los más grandes fueron zurdos. Está Maradona, ahora está Messi. Y claro, yo también [vuelve a reírse y se despide].