Marco Quilca León

nació el 7 de junio de 1956 en Durazno, Uruguay; pero hay dos fechas que son tan importantes en su vida como su cumpleaños: 14 de diciembre de 1986 y 12 de julio de 1987. Seis meses y 26 días separan esas fechas. Uno se dio en Tokio, Japón; el otro en Buenos Aires, Argentina. No importa los miles de kilómetros de distancia. Para el ‘Hormiga’, como era conocido, es como si hubiesen ocurrido en algún campo de su natal durazno. En el primero marcó el gol más importante en la historia de para salir campeón del mundo; en el otro celebró el tanto de Pablo Bengoechea con el que Uruguay se proclamó campeón de América.

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Fue atleta de niño, luego policía, pero en el fútbol encontró la inmortalidad. Era tan grande que el mismísimo Julio Grondona le pidió que se nacionalizara argentino. Pero así como fue ídolo, también tuvo cracks a quien admirar. Uno de ellos: Julio César Uribe, nuestro diamante. “A la altura de Rubén Paz, Ricardo Bochini, Diego Maradona, el Beto Alonso”, nos dice en la previa del por las . Alzamendi, quien dirigió en el fútbol peruano, también se dio un momento en la charla con DT El Comercio para opinar de lo que significa el superclásico argentino entre y --. Quién mejor que él para hablar de esos partidos.

El último domingo se jugó el superclásico con victoria de Boca Juniors 1-0 sobre River Plate en el mismo Monumental. Los peruanos Luis Advíncula y Carlos Zambrano fueron titulares en la victoria xeneize. El lateral fue cambiado en el entretiempo por el riesgo de expulsión, ya que fue amonestado tempranamente.

— ¿cómo son los clásicos en Argentina?

En los clásicos nunca se sabe cómo quedará. Puedes venir segundo o último, no importa. Es el partido del año y significa mucho para ambos. Boca toma los clásicos como una revancha de lo que pasó en Madrid y saben bien que tienen que hacer algo grande para poder voltear toda esa historia.

—Se habla mucho que, después de la final de la Libertadores 2018, Boca le juega a no perder ante River…

Boca siempre ha tenido un estilo de juego diferente al de River. Ellos siempre han sido más de contragolpes y River más de juego asociativo. El defender es parte del juego y si lo hace bien, contiene al rival, está bien. Saben que no pueden jugarle de igual a igual porque River te mata. Yo he jugado miles de clásicos y Boca muchas veces nos esperó porque si nos dejaba espacios, los podíamos complicar. También tuvimos que cuidarnos porque tenían jugadores desequilibrantes.

—¿Qué tiene que hacer Boca para superar la final perdida en 2018 ante River?

Tendría que haber otra final de Copa Libertadores entre ambos. Lo de Madrid no se va a borrar hasta que ocurra eso. Por más que le gané cinco clásicos no va a borrar ese partido que ganó River. No hay otra historia.

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—¿Cuánto significan y afectan los clásicos para los jugadores? Carlos Zambrano y Luis Advíncula podrían jugar y el jueves se viene un partido clave para la selección peruana.

El clásico hay que ganarlo como sea. Si ganas eres el dueño, la gente está feliz, el jugador está tranquilo. Es lo que quiere el hincha y la obligación del futbolista. Incluso para muchos jugadores que no rinden en los clásicos puede costarle hasta su salida del club. Se juega mucho en el clásico. Juega el jugador, el hincha y hasta el dirigente.

—Este quizá sea uno de los últimos clásicos de Marcelo Gallardo como técnico de River Plate, ¿qué le depara al club después de una era tan exitosa como la del ‘Muñeco’?

Pasar a Gallardo no va a ser fácil, como tampoco lo fue cuando se fue el Bambino Veira. El Bambino fue campeón del mundo y esa es una deuda que quizá Marcelo Gallardo quiere saldar. En River siempre hubo historias de grandes entrenadores y reemplazar a uno que ganó todo es muy difícil.

—¿River es candidato para la Libertadores este año a la par de los equipos brasileños que vienen dominando últimamente?

River siempre es candidato. Hoy por hoy dominan los brasileños. El fútbol suyo está en un nivel espectacular y tienen mayor jerarquía. Solo comparar los jugadores que están allá con los que están en Argentina o Uruguay. Entonces se hace más difícil así. River no ha estado tan lejos, eh. La Libertadores que pierde con Flamengo en 2019, para mí River debio ser campeón pero en el fútbol mandan los goles. Por más que juegues bonito, si no ganas no sirve de nada. Solo importa ganar. A mí no me vengan con que juega bien o mal, hay que salir campeón y punto.

—Y usted de campeonatos sabe… ¿qué recuerda de su gol que le dio la única Intercontinental a River?

Lo recuerdo todos los días. Los hinchas también me lo recuerdan. Fue el triunfo más importante en la historia de River. No hay triunfo que se compare a ser campeón del mundo. Después hay otras sensaciones como la final ante Boca, que también es un partido histórico. Ganarles la Libertadores es histórico. Pero ser campeón del mundo es mucho más importante.

—En 1987 ganó la Copa América con Uruguay en el mismísimo estadio Monumental, su casa. ¿Antes de la final sabía que iba a levantar el título?

Después de que le ganamos a Argentina, yo me sentí campeón. Sabiendo que estaba Chile al frente. Pero ganarle a Argentina que venía de ser campeón del mundo, en una semifinal, con cracks como Maradona o Caniggia, y saber que luego te toca Chile… el poder anímico es impresionante. Nosotros nos conocíamos muy bien con Chile y sabíamos que en ese momento éramos favoritos.

—¿Es cierto que Julio Grondona, expresidente de la AFA, le pidió que se nacionalice argentino?

Sí, pero yo no quise. Fue antes del Mundial 1982, yo jugaba en Argentina y había disputado algunos amistosos con Uruguay. Me habló personalmente. Pero no, jamás hubiese jugado por otra selección. Yo soy uruguayo y quería representar siempre a mi país.

—Seis años después es el que anota el gol del triunfo ante Argentina en las semifinales de una Copa América que se realizó justamente en Argentina. Las vueltas de la vida…

Sí, fue impresionante. Algo que lo hice en la cancha en la que yo jugaba, contra compañeros míos. Pero bueno, uno tira siempre para su país y yo di todo por Uruguay. Aparte que venía molesto por lo del Mundial del 86 que no había jugado. En los octavos de final que perdimos ante Argentino, estuve en el banco y me pareció injusto. Me dejó una sensación de que se equivocaron y en la Copa América fue una revancha para mí.

—¿Es Diego Maradona el mejor jugador de la historia?

Yo vi jugar a Pelé. Pero no sé. Creo que cada uno tiene su tiempo. Estuvo el momento de Pelé, luego de Maradona y hoy es de Messi y Cristiano. No me gustan las comparaciones.

—Usted la rompió en la década del 80, justo en una época en la que la selección peruana tenía un equipo de oro con Chimpitaz, Cueto, Cubillas, Uribe, Oblitas… ¿qué recuerda de esa selección?

Eran fenómenos, jugadores sensacionales. Yo siempre digo que el fútbol peruano, después del brasileño, tiene una gran técnica. Creo que sí el jugador peruano se la cree, es un equipo muy duro. A mí me ha tocado dirigir en Perú y los jugadores me han respondido. Perú hoy por hoy es competitivo. No en vano llegó a la final de la Copa América en 2019. Hay que sacarse el sombrero con el trabajo de Ricardo Gareca.

Antonio Alzamendi en la portada de la histórica revista argentina El Gráfico.
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—¿Qué jugador destacaría de aquella selección?

Julio César Uribe. Para mí fue lo más grande que tuvo Perú. Fue lo más grande, en serio. Está entre los mejores que ví jugar al fútbol. A la altura de Rubén Paz, Ricardo Bochini, Diego Maradona, el Beto Alonso. Juan Carlos Oblitas, que era puntero izquierdo, también era un fenómeno. Teófilo Cubillas también. Había jugadores fenomenales en Perú.

—Y viniendo al presente, ¿qué expectativas hay en Uruguay sobre el partido ante Perú?

Es una final. El que gana está en el Mundial prácticamente y el otro se puede complicar dependiendo de los otros resultados. Pero es una final.

—¿Cómo analiza el Uruguay-Perú?

Será un partido en el que habrá diferentes formas de juego. Uruguay ha mejorado mucho con la pelota y Perú tácticamente es muy ordenado y peligroso con jugadores como Christian Cueva, Gianluca Lapadula o André Carrillo. Perú es un equipo con mucha precisión, muy buena triangulación, por eso Uruguay no debe permitir que sean dueños del balón.

—¿Afecta en Uruguay que Luis Suárez y Edinson Cavani no tengan continuidad en sus clubes?

No. Son jugadores de clase A y a mí dámelos siempre. Hasta me gusta más que estén un poco más descansados. Yo prefiero que les hayan dado un descanso ahora y no como antes que jugaban siempre y venían maltratados.

—¿Qué le espera a Perú en el Centenario en cuanto a la hinchada? ¿La presión jugará un partido aparte?

Yo siempre digo que un jugador de selección no puede sentir presión. El Centenario lleno es espectacular y, quieran o no, se siente la tribuna. Pero la presión, para mí, no la puede sentir nadie. El jugador de selección que sienta presión directamente no puede ponerse la camiseta porque ahí normalmente van los mejores. Lo que veo es que habrá un Uruguayo con mucho entusiasmo sabiendo que ganando están prácticamente clasificando al Mundial y con el apoyo de una hinchada que alienta mucho. Por más que la tribuna esté un poco lejos, el hincha se siente. Aunque a veces los jugadores nos concentramos en el partido y no nos importa la gente. Lo único que escuchamos es cuando hacemos un gol. “Los de afuera son de palo”, dijo el más grande de todos los uruguayos, campeón del mundo en el 50. El público no juega.

—¿Cómo ven a la selección peruana de Gareca?

Perú cambió mucho con Gareca. Tiene personalidad, jugadores muy interesantes, creen en el entrenador. Gareca le ha cambiado la cara a la selección. Ahora es un equipo con más agresividad, capaz de ir a jugarle de igual a igual a cualquiera y en cualquier lado. Perú tiene las condiciones para ganar y sacar un buen resultado acá. Por algo llegó a la final de América, por algo está peleando por ir al Mundial. No es porque sea malo.

—Hoy, Christian Cueva es nuestro jugador más desequilibrante, ¿ustedes lo ven igual?

Cueva significa mucho para el fútbol de Perú, por todo lo que genera. Carrillo y Lapadula también me encantan. Tienen buena salida por los laterales, un equipo que triangula muy bien y después está el diferente, que es Cueva. Nosotros tenemos a Luis Suárez y Edinson Cavani, cracks que hacen la diferencia cuando el partido está complicado, y ustedes a Cueva, que juega bien en todos lados.

—¿Qué opina de Gianluca Lapadula?

¡Me encanta! Me hace acordar a Paolo Guerrero también. Parece que fueran uruguayos por como juegan. Lapadula es como Luis Suárez, ambos son jugadores intratables. Tienes que estar bien atento porque en cualquier momento te pueden definir un partido. Lapadula aguanta arriba, corre, marca, cubre bien la pelota. Es un jugador bárbaro.


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CORRECCIONESEsta entrevista fue publicada antes del River-Boca del domingo