Arjen Robben se molestó con Pep Guardiola porque este no dejó que el holandés ejecutara un penal en la goleada del Bayern Múnich por 4-1 sobre Mainz 05 de la Bundesliga.
El marcador iba 3-1 para el equipo bávaro cuando el árbitro le cobró un penal a favor. Robben cogió el balón para ejecutarlo, pero Pep le gritó desde la banca que lo haga Thomas Müller.
Guardiola justificó su intervención en declaraciones a Sky. “Quería que lanzara Müller y soy el entrenador, eso es todo”, dijo. Müller, claro, convirtió el penal en gol.
Robben no patea penales en el Bayern desde que falló uno en la final de la Champions League de 2012 contra el Chelsea, que se coronó campeón.
Hace unos días Guardiola aseguró: “Si mis jugadores no acatan mis decisiones acabarán en la grada”. ¿Terminará Robben en la ‘congeladora’?