Tahití y Nigeria protagonizarán hoy en Belo Horizonte uno de los encuentros más peculiares de la Copa Confederaciones de Brasil: un equipo amateur contra otro envuelto en polémica y bajo los efectos del ‘jet lag’.

Tahití, el campeón de Oceanía, es por lejos el equipo más débil del torneo, una selección compuesta casi en su totalidad por jugadores amateurs que apenas pueden creer lo que están viviendo.

Nigeria es, en cambio, una selección de nivel internacional que ya sabe lo que es jugar cuatro Mundiales, incluyendo el de Sudáfrica 2010. Pero un conflicto por los premios entre jugadores y la federación puso hasta último momento en riesgo su participación.

Pero más allá de las diferencias, ganar el torneo es para ambos una posibilidad muy remota. Ya empatar un partido sería una hazaña para Tahití, que tras el encuentro con Nigeria le espera un asimétrico duelo ante España , el campeón mundial, en el mítico estadio Maracaná.

La caída por 7-0 ante la selección Sub 20 de Chile en un partido de preparación presagia marcadores abultados, pero la selección de Tahití igual promete dar batalla. “Intentaremos una táctica especial. Jugaremos en forma más defensiva, porque nuestros jugadores no tienen como característica la velocidad o la habilidad”, aseguró su entrenador Eddy Etaeta. “Pero en el fútbol puedes jugar defensivamente e igual atacar”.

“Nuestra ambición más realista es poder pasar un tiempo sin que nos hagan un gol”, admitió el técnico del colorido equipo oceánico, que presenta todos los ingredientes para ser el favorito del público.

Ubicado en el puesto 138 del ránking de la FIFA, proveniente de un remoto archipiélago con menos de 300 mil habitantes y compuesto por cuatro miembros de una misma familia, Tahití representa a millones de personas en todo el mundo que juegan al fútbol por diversión y sueñan con compartir algún día un campo con superestrellas como Andrés Iniesta, Xavi Hernández o Iker Casillas.

“Estamos aquí para representar a millones de jugadores amateurs e hinchas”, dijo Etaeta. Su partido ante una Nigeria en conflicto se presenta como el menos complejo del torneo para Tahití, al que luego esperan España y Uruguay.

El técnico es consciente que ninguno de sus jugadores tiene experiencia en declarar a la prensa. “Es la primera vez que mis jugadores viajan en clase ejecutiva. Muchos no estuvieron nunca en otro continente ni saben lo que es hablar ante la prensa. Entonces les digo: ‘Están viviendo ahora un cuento de hadas, pero no se mareen, porque esto luego termina’”.

“Para nosotros esto es como una película. No hay un césped así donde estamos nosotros. Tenemos mar y playa, pero ningún buen campo de fútbol”, agrega el DT que hoy pisará con su equipo el mítico estadio Maracaná.

Los entrenamientos de sus jugadores se enfocan en lo psicológico porque los realiza con grabaciones de ruido de gente: “Reproducir la atmósfera a través de altavoces, para que los muchachos puedan acostumbrarse al grito de 100 mil espectadores y no estén sobrepasados”.

Inteligentemente se adelanta a una ‘catástrofe’ ante España. “¿Es necesario para el campeón mundial destruirnos con 20 goles y poner en ridículo al fútbol amateur? ¿Sería respetuoso? ¿Sería eso lindo? No lo creo”, concluyó.