Sus amigos lo llamaban ‘Conejo’. Bajo ese apelativo se le conoció siempre. El ‘Conejo’ Benites. Su nombre era Víctor, futbolista peruano que se inició en Alianza Lima. Con los íntimos ganó dos títulos. Luego se puso la camiseta de la selección. Allí tuvo actuaciones destacadas. Una de ellas en el Sudamericano de Argentina en 1959. Esto le permitió fichar por Boca Juniors, equipo con el que logró el título del fútbol argentino. Benites tuvo éxito en el país de Maradona. AC Milan se fijó en él y lo contrató. Fue con el equipo ‘rossonero’, precisamente, con el que ganó la Champions, en ese entonces llamada Copa de Campeones de Europa.

El ‘Conejo’ fue el único peruano en haber ganado este torneo. Al menos hasta hoy, claro. Fue en 1963. Benites jugaba de volante central al lado de Giovanni Trapattoni, quien luego sería un exitoso técnico de la Juventus (ganó 13 títulos) y que dirigió a la selección en el Mundial de 2002. El camino hacia la final era en partidos de ida y vuelta. Así, Milan eliminó al US Luxemburgo, al Ipswich Town de Inglaterra, Galatasaray de Turquía y al Dundee United de Escocia. La final, a diferencia de los duelos anteriores, era a partido único. Se jugó en el mítico estadio de Wembley, en el que mañana Bayern Múnich y Borussia Dortmund decidirán al campeón de la actual Champions.

22 de mayo de 1963. Ese fue el día de la final. Estadio lleno. El rival era el Benfica de Portugal, que contaba en sus filas con el mejor delantero de toda la historia del fútbol portugués: Eusebio. Fue precisamente Eusebio quien adelantó para su equipo. Milan iba perdiendo pero logró remontar el resultado gracias a dos goles de José Altafini. Suficiente. Benites y el Milan alzaron la Copa. Era el primer y único peruano en hacerlo. Claudio Pizarro tiene la chance de ser el segundo. Si mañana gana el Bayern, el ‘Bombardero’ sumará ese trofeo a su palmarés.

Posteriormente, Milan perdió la final de la Copa Intercontinental ante el Santos de Pelé, pero esa es otra historia. Lo cierto es que Benites, que también jogó en el Inter de Milán, la Roma, Venecia y Messina, fue pieza clave en la consecución del título del equipo italiano.