La ‘era Mourinho’ se cerró en el Santiago Bernabéu con más ruido alrededor de su figura que fútbol, y una afición, la madridista, dividida entre el apoyo y el silbido al técnico portugués, que presenció con grada semivacía el último triunfo del Real Madrid por 4-2 ante Osasuna, en el cierre de una mala temporada.

El fútbol pasó a un segundo plano. Es la herencia que deja Mourinho, división en el madridismo. Aficionados de espalda al juego para insultar a periodistas señalados por el técnico portugués. Desafíos desde los ultras cantando sin cesar el nombre de Mourinho y siendo respondidos con silbidos del resto de aficionados.

El balance de sus tres años una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa es pobre. El juego con la plantilla de mayor presupuesto en la historia del club tampoco ha mejorado. En favor del técnico portugués, el crecimiento en competiciones como la Copa del Rey y Liga de Campeones, donde el Real Madrid pasó de seis años sin superar octavos a tres semifinales consecutivas.

El Real Madrid fue el Real Madrid ante Osasuna por el escudo. Era difícil identificar a un equipo en el que Mourinho premiaba a sus fieles y castigaba a los que han acabado enfrentados a él. Iker Casillas, Pepe y Cristiano Ronaldo a la grada. Era la despedida de jugadores como Carvalho o Essien. Y es más que probable que de Di María e Higuaín.

¿GOLES DE LOS QUE SE VAN? Real Madrid, que solo había llegado en una acción de Özil que Modric remató al aire, no perdonó la primera clara que tuvo a los 35 minutos. Higuaín se plantó en un mano a mano ante Asier Riesgo que definió bien. Era su último gol en un club donde siente que ha tenido que demostrar más que el resto para ser reconocido. El tanto cien de esta Liga del equipo de Mourinho.

Tres minutos después el Madrid marcaba el segundo. Un saque de esquina botado por Özil lo remató Essien de cabeza, ajustado al palo. Otro gol de despedida y éste con dedicación especial. El ghanés se lo dedicó a su ‘papi’ Mourinho con el que volvería de la mano al Chelsea.

En la reanudación parecía todo visto para la sentencia cuando golpeó Osasuna, cuando apareció Roberto Torres. Primero colocó con calidad un derechazo pegado al poste en el primer tanto y después puso en la cabeza de Cejudo el empate. Cuando de nuevo se acercaba Osasuna al triunfo marcó el Real Madrid. Benzema lanzó un desmarque entre líneas y definió para dar un triunfo que cerró Callejón con un disparo cruzado.

La Liga se marchó resonando en la grada un José Mourinho, José Mourinho que se apagará con el tiempo. Fin a una era repleta de polémica y con poco éxito deportivo.

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