Sir Alex Ferguson no sería el mismo si dejara escapar una oportunidad para dar una lección a un futbolista. Incluso aunque sea durante la fiesta con la que puso fin a más 26 años como entrenador del Manchester United.
El delantero Wayne Rooney fue la última víctima de la mano dura del entrenador escocés de mejillas sonrojadas, que no dudó en dejar en la grada a la hasta hace poco máxima estrella del equipo en el último partido de ‘Fergie’ en el banquillo de los ‘red devils’.
No creo que Rooney estuviera dispuesto a jugar, pues ha pedido ser traspasado, lanzó con extrema franqueza Ferguson después de la victoria por 2-1 ante el Swansea City.
Rooney está infeliz porque fue sustituido un par de veces, agregó Ferguson, recriminando en abierto al delantero inglés. Un Wayne en plena forma, advirtió, no se hubiera quedado fuera de la lista.
El entrenador de 71 años, que puso fin a su etapa en el United después de 26 temporadas, quiso sacar por última vez el látigo educativo que tanto usó en el pasado.
CHICO MALO Cuando el delantero recogió sobre el césped la medalla por la conquista de la Premier League, Ferguson tan solo estrechó la mano al que fuera uno de sus favoritos. Otros jugadores, en cambio, recibieron un cálido abrazo del entrenador.
Incluso el público de Old Trafford, El teatro de los sueños, dedicó abucheos a Rooney. No vamos a dejar que se vaya, aseguró Ferguson, aunque más tarde se dio cuenta de que sus días en el banquillo serán pronto parte del pasado. Ya no es mi decisión, aceptó.
Ahora será decisión de David Moyes, hasta ahora entrenador del Everton. Rooney, de 27 años, debutó en 2002 en la Premier League a las órdenes del propio Moyes en el cuadro de la ciudad de Liverpool. En aquellos momentos, el delantero tenía 16 y era una de las grandes promesas del fútbol inglés. Wayne, el chico de ensueño, le decían.
Rooney vivió el domingo el partido ante el Swansea en las gradas antes de bajar al césped junto con su esposa embarazada Coleen y su hijo Kay. Después, lo esperaba el tradicional discurso de Ferguson después del último partido en casa de cada temporada.
Esta vez, ‘Fergie’ no recriminó nada a Rooney y aprovechó sus palabras para dar gracias al club. Tomé la decisión de retirarme la pasada Navidad. Las cosas cambiaron cuando murió la hermana de mi mujer, Cathy. Había perdido a su mejor amiga: su hermana Bridget.