Mathias Laborda, de Nacional de Uruguay, con Federico Rodríguez en partido de Alianza Lima en el Alejandro Villanueva por la Copa Libertadores. (Foto: AFP)
Mathias Laborda, de Nacional de Uruguay, con Federico Rodríguez en partido de Alianza Lima en el Alejandro Villanueva por la Copa Libertadores. (Foto: AFP)
José Antonio Bragayrac

La última vez que Alianza Lima disfrutó a placer de un triunfo en la Copa Libertadores el volante Carlos Ascues era un púber patilargo de futuro promisorio y el ahora laureado Marcelo Gallardo, un técnico bisoño que se hacía de prestigio en el Nacional de Uruguay con un laureado Álvaro Recoba como referente. Aquella vez los íntimos vencieron en Lima 1-0 cortesía de un centro prodigioso de Johnnier Montaño y un frentazo salvaje de José Carlos Fernández. Ocho años después, frente al mismo rival, abrumado por la búsqueda de un estilo inubicable y una fallida adaptación al esquema del chileno Mario Salas, el cuadro íntimo se ha superado a sí mismo en el nocivo hábito al fracaso internacional: ya es el equipo con la peor racha sin victorias en la historia de la Copa Libertadores de América. Nada menos.

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