La frase de Felipe Cantuarias dejó anonadado a todos. Nosotros no trajimos a equipuchos de Nigeria o Bolivia. ¿Los agraviados? Obviamente la gente de la ‘U’ y Alianza. Sin embargo, el presidente de Cristal, más tarde, pidió disculpas a los clubes extranjeros, mas no a los peruanos. ¿Por qué? No lo sabemos. Lo que se puede decir es que el titular rimense es un lanzador de frases que dan para la polémica. Recordemos:

1. Nuestra posición es muy clara: estamos en contra de todo tipo de manifestación de violencia, sea verbal o física. Este ha sido el eslogan de Catuarias durante todo el 2012. Resulta curioso, o más bien contradictorio, entonces, que el mandamás rimense haya dicho lo que dijo. ¿Las clases en la escuela de Frieda Holler aún están disponibles?

2. En este club no hay Pachecos ni Alarcones. Esto respondió Cantuarias cuando el club Pacífico FC acusó de ilegales los convenios entre Cristal y la Municipalidad del Rímac para la utilización del estadio Alberto Gallardo. Puñal para los ex presidentes de la ‘U’ y Alianza, respectivamente, que dicho sea de paso están más perdidos que Max Barrios. O Juan Carlos Espinoza Mercado.

3. Erick Delgado y Cristal son como dos novios que necesitan un tiempo. De esta forma explicó Cantuarias por qué el golero se iba del club. Todo indica que el ‘Loco’ abandonó el Rímac por llevarse mal con un directivo que no era, precisamente, Cantuarias. Plop. ¿Quién manda en Cristal? ¿Cantuarias? Al menos hizo la fácil: no eres tú, soy yo. Bueno, él.

4. Traer argentinos o brasileños de nivel es imposible. Esta frase resulta curiosa por un motivo: Nicolás Ayr, uno de los mejores defensores del torneo 2012, es argentino. ¿Qué quiso entonces decir Cantuarias con esto? Saque usted sus propias conclusiones.

5. En Cristal prefiero jóvenes comprometidos a quienes solo quieren cobrar puntual. La frase es del 2011. Lo curioso es que Cristal se caracteriza por pagar puntual. Eso nadie lo niega. ¿Jóvenes comprometidos? También, sin dudas. La pregunta es: ¿juegan? Si hacemos memoria, en los últimos dos o tres años, Cristal usó poco o nada sus canteras. ¿Realmente se prefiere a los jóvenes comprometidos?