Lionel Messi, con un doblete, lideró hoy la épica remontada del Barcelona, que goleó 4-0 al Milan y se clasificó a los cuartos de final de la Liga de Campeones tras voltear el 2-0 adverso de la ida.
A esta generación le falta una remontada, dijo el volante Xavi Hernández tras la dura derrota sufrida por el Barcelona en la ida. Hoy la logró, con un fútbol magnífico durante 70 minutos y con sufrimiento al final. Y el Camp Nou estalló en lágrimas de alegría.
Fue el Barcelona de las grandes ocasiones. Alentado por un campo en llamas, el equipo azulgrana mejoró notablemente la versión ofrecida en el último mes y fue el viejo Barcelona, ese equipo que presiona en campo contrario, que recupera el balón inmediatamente, que mezcla el juego por bandas, que tira paredes a velocidad de vértigo, que juega vertical Y también fue el Barcelona de Messi.
UN MESSI GIGANTE Porque el argentino rindió a plenitud, como le pedían sus millones de incondicionales. Ayudado por los inteligentes movimientos de David Villa, el argentino se alejó un poco del área para participar más en el juego de su equipo. Y sólo necesitó cinco minutos para marcar.
Ocurrió en la jugada más conocida del Barcelona, que llegó a la frontal del área tirando mil paredes. El balón cayó en los pies de Messi, quien soltó un latigazo que Abbiati ni vio y el balón entró por la escuadra.
Para entonces, el Milan vivía en su área y su rostro era la viva imagen del pánico. Dominado por la presión del rival y de la grada, sus jugadores no conseguían juntar dos pases y todo acababa pronto en las botas azulgranas.
El Barcelona sumó una, dos, tres y cuatro llegadas en 15 minutos y Andrés Iniesta, el mejor socio de Messi, estrelló un balón al palo en plena catarsis local.
Sin embargo, el Milan pareció enderezarse un poco a partir de la media hora y vivió su momento clave a los 38 minutos, cuando Niang aprovechó un grave error de Mascherano para quedarse solo delante de Víctor Valdés, pero estrelló su lanzamiento en el palo.
Fue una acción decisiva porque un minuto después llegó el segundo gol del Barcelona. El autor, cómo no, fue Messi.
El argentino soltó otro fogonazo desde la frontal del área y sorprendió a Abbiati, de nuevo superado por un acontecimiento llamado Messi. Y eliminatoria igualada al descanso, como en los mejores sueños de los hinchas azulgranas, con Messi elevado de nuevo a los altares.
El Milan pareció mostrar una cara algo más ambiciosa en el inicio de la segunda mitad, pero un nuevo golpe, a la postre definitivo, le devolvió al piso.
A los 55 minutos, Mascherano se anticipó prodigiosamente, el balón pasó a Xavi Hernández y éste puso un espléndido balón sobre Villa, quien definió con categoría. El delantero español gritó el gol como un loco, y con él su hinchada.
El tanto dejó aturdido al Milan, que tardó mucho tiempo en reaccionar. Ni siquiera le ayudaron las entradas de Muntari y Robinho. Con la eliminatoria de su parte, el Barcelona se dedicó a defender con el balón, haciendo esos rondos interminables que tanto le gustan.
ALTA TENSIÓN Pero en el Barcelona apareció la fatiga y el paso de los minutos fue llenando el campo de tensión, pues un gol del Milan provocaba un vuelco en la emocionante eliminatoria. Y Massimiliano Allegri, el técnico italiano, añadió un delantero más a su equipo.
El Camp Nou vivió los últimos instantes con el corazón desbocado y en el descuento llegó la sentencia, con un pase de Alexis Sánchez a Jordi Alba, quien certificó la clasificación del Barcelona con un gol que desató pasiones.
Cuando llegó el final del partido, la hinchada local estalló en una de las mayores ovaciones de los últimos tiempos. Su equipo, una generación única de jugadores, había conseguido la gran remontada que soñaba. Volvió el viejo Barcelona, el mejor Barcelona, ya en cuartos de la Liga de Campeones. Con Messi a la cabeza.