Miguel Villegas

Todos esperábamos las 8 de la noche, de espaldas a las Pentium y a la TV prendida pero en mute, listos para escuchar su voz en RPP. Si él decía algo definitivo en la radio, era tapa al día siguiente. Y si anunciaba el último fichaje, la movida dirigencial que se oculta o enlazaba en vivo con Claudio Pizarro gracias al Cura Martín Fernández porque Pizarro solo hablaba con él, había que grabarlo en una vieja casetera dolby stereo que hoy ya no da. Ese audio se hacía tendencia, el video se volvía viral y su columna en El Comercio, días después, artículo coleccionable. El responsable era un periodista que nunca informaba, contaba. Que se preocupaba por observar, ser testigo, recopilar detalles inéditos y luego de ese proceso, tratar de entender los sueños que depositaba nuestro héroe deportivo en la almohada. Hacer escuela.

Una época imposible de hallar hoy, que ya no se discute nada en un bar, con redacciones remotas donde nadie sabe prender una cafetera.

hacía todo eso de lunes a domingo, luego leer a García Márquez en su casa de Grimaldo del Solar. Él solo movía las audiencias cuando no se llamaban redes. Él solo viralizaba noticias hace 20 años, cuando todavía no se inventaba Twitter.

Por eso es tan importante este libro sobre él.

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Editorial sobre la partida de El Veco en el suplemento Deporte Total de El Comercio. Año 2010.
Editorial sobre la partida de El Veco en el suplemento Deporte Total de El Comercio. Año 2010.

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Alonso Cantuarias tiene 29 años y en el 2010, cuando ‘El Veco’ falleció, estaba en el tercer ciclo de la universidad. Escuchaba El Show de ‘El Veco’ en una radio local con la atención que se tiene con el vidente que te lee el futuro. “Cuando uno empieza a ejercer el periodismo deportivo buscas referentes —dice, ahora—. Para mí, ‘El Veco’ lo fue”. Cantuarias quería ser reportero y tenía claro que el cronista uruguayo podía ser uno de sus modelos, perfecto para un medio donde gana el que grita más y lee menos. En esos meses entró a trabajar al portal y precisamente le tocó escribir una nota sobre su partida, ocurrida el 6 de febrero del 2010. El Gráfico de Argentina, donde ‘El Veco’ fue jefe de redacción, resumió así sobre la noticia: “Sinónimo del buen decir, caballero gentil y escriba delicioso, el mundo del periodismo deportivo acaba de perder a Emilio Lafferranderie, uno de los hombres que edificó la mejor historia de El Gráfico”.

Entonces, Alonso Cantuarias lo decidió. , bucear en la biografía de alguien, recuperarlo de la memoria, iba a ser sobre ‘El Veco’. Solo faltaba un disparador que lo ayude.

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¿Cómo fue el proceso de convencer a la familia?

—Difícil. Emilio hijo fue mi profesor de Procesos Psicológicos en la facultad pero siempre que le preguntaban por su papá nunca respondía, jamás profundizaba. La familia fue muy reservada en la información cuando falleció, básicamente, por la manera en la que ‘El Veco’ miró siempre su profesión. De hecho, solo a partir de contactos cercanos pude conocer que la historia de la enemistad entre ‘El Veco’ y Pocho Rospigliosi fue más un tema de terceros. Hubo disgusto, pero no de la magnitud que se rumorea. (N. de R. Pocho fue el periodista deportivo símbolo entre los 70 y 0 y quien lo reclutó para Ovación, en 1982-. Con Emilio hijo pasamos muchas tardes en su casa y al final pude convencerlo de acceder al archivo familiar de fotos inéditas, que he podido incluir en el libro y que explican también el tipo de periodista que fue.

Amigo, aplaudido y solemne. Ácido, culto e irónico. Egocéntrico, perfeccionista y fiel. “El Veco, el hombre que jugaba a contar historias” (Editorial UPC, 2018), abre una puerta para redescubrir al periodista deportivo más influyente en el país entre 1980 y 2000. El hombre que hizo periodismo sin Google, radio sin Whatsapp y TV sin HD. Y lo hizo tan bien que desde 1982 nunca dejaron que se fuera del Perú. “Imposible que fuera intrascendente”, dice la primera línea del libro. Como a él le gustaban que fueran sus crónicas.

EL LIBRO

“El Veco, el hombre que jugaba a contar historias”
“El Veco, el hombre que jugaba a contar historias”