Conversamos con el 'Cenizo' Nunes, uno de los últimos ídolos del cuadro crema, sobre su época vistiendo la camiseta de Universitario de Deportes y el actual momento que vive el club. (El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Para algunos fueron los dos goles al Deportivo Independiente de Medellín (DIM) en el 93. Para otros, el bicampeonato nacional. Elija la razón que quiera, pero todos estos hechos convirtieron a en uno de los últimos ídolos de . Hoy buscamos al ‘Cenizo’, para recordar su paso por las canchas y analizar el actual momento crema.

— ¿Cuándo se definió tu llegada a Universitario?
Yo regresé a Paraguay después de casi 12 años jugando en el extranjero. Quería terminar mi carrera allá. Un domingo por la mañana recibí una llamada de don Jorge Nicolini. Yo le había dado mi palabra a Juan Ángel Napout, el presidente de Cerro Porteño, de que iba a terminar mi carrera ahí. Ese día don Jorge me llamó como tres veces y le dije que no podía. Al día siguiente me volvió a llamar. Me ofreció un contrato por dos años y quedé en comentarlo con mi entorno. Al final la decisión fue por mi familia y por la insistencia de Jorge. Hablé con el presidente de Cerro, me replicó que tendría la oportunidad de jugar la Copa Libertadores con ellos; entonces le dije lo que me ofrecían y no podía igualarlo. “No te vas a arrepentir”, me dijo don Jorge y la verdad es que no erró.

—¿Cuál es tu primer recuerdo con Universitario?
Un amistoso con Barcelona en Guayaquil. En el primer tiempo nos pegaron un baile que no tienes idea y se largó un aguacero. Perdíamos 4 a 0 en el primer tiempo. Yo decía: “Dónde me vine a meter. Qué equipo tan malo” [risas]. Entramos al vestuario, vino Iván Brzic y puso un poco de orden. Arrancando el segundo tiempo nos hicieron el quinto. Casi al final nos cometieron un penal, agarré el balón, hice el gol y perdimos 5 a 1. Después del partido Iván me dijo que faltaban unos jugadores que estaban en la selección. Don Jorge me dijo lo mismo. Zubzuck, Baroni, Reynoso, Roberto Martínez, el ‘Puma’ Carranza y no me acuerdo si César Charún estaban en microciclo con la selección.

—¿Qué hacía diferente a Universitario?
El club tiene su ADN, está impreso en los hinchas, ellos transmiten en seguida cuál es la ideología del equipo. Explicarlo no es fácil, hay que vivirlo... Sí tengo claro que la ‘U’ es más que un sentimiento. Cerro Porteño también tiene ese ADN, es del pueblo, le pertenece a los hinchas, es la clase trabajadora.

—¿Te sientes ídolo?
Te voy a ser sincero. Nunca me he considerado ídolo en los equipos donde jugué. Eso es cuestión de la gente, no de uno. Nunca olvidaré lo que me dijo mi papá: “Nunca olvides que antes de ser jugador, fuiste hincha”. Me decía que habría días en los que quizás no jugaría bien, pero que nunca deje de sudar la camiseta y que eso la gente lo iba a agradecer.

—Hablemos del puñete a Kopriva. ¿El Nunes de hoy qué le diría al Nunes de aquel 1994?
No le podría reprochar nada. Mi padre me enseñó los códigos de la vida. Ese era Jorge Amado Nunes. Hoy soy más viejo, más pensante, tal vez, con menos temperamento que antes, pero sin tratar de pasar por encima de nadie.

—¿Cómo fue tu salida del equipo crema?
Mal, porque me enteré por ‘Pajita’ [jefe de utilería], quien llegó al entrenamiento y me dijo: “Viejo, perdona pero me dijeron que no te podía entregar ropa para entrenar”. Nadie dio la cara. Empezando por el entrenador y el presidente: el ‘Gordo’ Alfredo González y Sergio Markarián. Una dupla única.

—¿Cómo encajó ese golpe?
El club es una cosa, los hinchas son otra y los dirigentes toman decisiones para bien o para mal. En mi caso no tenía por qué ir contra la institución ni contra los hinchas, ellos se portaron bien conmigo. El accionar que dejó mucho que desear fue de parte del presidente.

—Regresaste en el 2006, pero como técnico.
Cuando llegué al aeropuerto me esperaba la gente de la Trinchera Norte y ellos me pusieron al tanto de la interna. Pero cuando hablé con Alfredo me pintó algo que no correspondía. Luego vi que era un momento complicado y decidí dar una mano. Pero está claro que me habían mentido. A veces entrenábamos en la mañana y debíamos llamar a alguien que colaborara con el agua. Un mundo de inconvenientes.

—¿Quiénes son los culpables de la situación actual que atraviesa la ‘U’?
Esto fue por los dirigentes, tiene nombre propio, dejaron al club en la bancarrota y no les importó. Ahora el club se encuentra intervenido y si otra gente tiene el mando es porque estos dirigentes, cuando tuvieron la oportunidad, hicieron mal la tarea. Si sacamos a Jorge Nicolini y alguno otro más, el resto tiene mucha culpa.

—¿Ves una salida a esto?
Esperanza siempre hay que tener.

—¿Pero qué pasos se deberían seguir?
La verdad, sobre la problemática interna, si la deuda es real o inflada, no tengo gran conocimiento. Trato de no opinar de eso. Pero sí opino sobre lo deportivo y está más que claro que esta gente [los dirigentes actuales] no saben nada de fútbol, no tienen idea, el [Carlos] Moreno este puede ser un gran administrador, pero de fútbol no sabe nada. Se saca una foto al lado de Zidane y con eso ya se computa que sabe de fútbol.

—¿Cómo vives los últimos partidos de Universitario?
Es complicado. Hay que agradecerles a los jugadores que se quedaron y a los que llegaron, que están poniendo el pecho.

—¿Has tenido temor por un posible descenso?
No tuve miedo, tuve mucha fe, como siempre he sido.

—¿Ni lo pensaste?
No, no, no, nunca. Sé que la ‘U’ tiene una hinchada que no lo permitiría. Es el jugador número 12, el mejor refuerzo que tiene.

Jorge Amado Nunes

Nací hace 57 años en Buenos Aires pero soy paraguayo y jugué con mi país el Mundial de 1986. Debuté con Cerro Porteño en 1979 y luego pasé por España, Argentina y Colombia antes de llegar a Universitario de Deportes en 1993, donde fui campeón nacional.

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